the ninja of the bloody moon

~~~CAPÍTULO 10~~~

—Muy buenos días señor, estoy listo para comenzar mi entrenamiento,
¿o aún es muy temprano para hacerlo?—, preguntó Beckett.

—Buenos días joven discípulo, llegas muy temprano, aún no sale el sol y no falta mucho para eso. No tengo molestia alguna en entrenarte ahora mismo, pero si es verdad que tenemos un pequeño problema—. Dijo el maestro otaka un poco preocupado.

—¿Un problema maestro? Dígame cuál es y lo arreglaré lo más pronto posible, p...pero no me diga que no puede entrenarme—. Deslizó Beckett.

—Claro que te entrenaré, es solo que no puedes hacerlo al ritmo de los demás, ya que ellos están muy avanzados para ti. Tendré que entrenarte por separado hasta que tomes el nivel de los demás—. Explicó el maestro.

El maestro Otaka llevo a Beckett a la parte trasera del templo, al salir, un jardín muy amplio los esperaba. En
el lugar había un
pequeño lago donde viejos samuráis meditaban. Todo estaba rodeado por frondosos bambúes, todo era tan verde y lleno de armonía.

—Y bien maestro ¿Qué es lo primero que debo hacer aquí? ¿Tengo que meditar con aquellos viejos?—, preguntó Beckett entusiasmado.

—Necesito que cortes 100 varas de bambú y las traigas aquí, ya debes de saber que son muy resistentes a los golpes, tendrás que cortarlas usando solamente tus manos—, aclaró el viejo maestro.

—¿Solo usando mis manos? Será muy difícil maestro, además son 100 las que tengo que cortar. Los huesos
de mis manos no
podrán resistir a tanto—. Retrocedió Beckett.

—Solo imagina que las katanas están hechas para partir huesos, el bambú es muy resistente y para eso debes medir la fuerza con la que golpeas al objetivo, entre más daño causes mejores resultados tendrás en tus batallas— sentenció el maestro Otaka.

—Trataré de hacerlo maestro pero sé que esto dolerá mucho, aún así daré lo mejor de mí y cortaré esos bambúes. Aunque en el proceso mis manos sufran heridas—, deslizó beckett.

—Muy bien hijo entrena lo más fuerte que puedas, no importa la cantidad o el dolor. Lo que importa es tu determinación y tu fuerza, cuando sientas que ya no puedes hacerlo debes continuar, eso es lo que separa a los hombres normales de los samuráis—. Sentenció el maestro Otaka, para después retirarse a meditar con los samuráis que estaban en el lago.

—Bueno ya se fue el maestro, ahora tengo que darme prisa y terminar con todo esto, sin embargo no puedo dejar de pensar en lo que dijo esa ninja del clan indura, tengo que ir a investigar un poco sobre eso con los miembros  de la dinastía escarlata,
aunque claro, ahora me consideran un desertor— comentó Beckett un tanto preocupado.

El joven ninja comenzó a cortar los bambúes muy lentamente, con cada golpe de la parte exterior de la palma de su mano. El proceso era lento y muy doloroso, ya que debía golpear con fuerza y en muchas veces no lo lograba, al finalizar el día solamente pudo cortar 10 bambúes y sus manos estaban destrozadas.

—Y bien hijo, ¿Dónde están las 100 varas de bambú que te pedí?Estás aquí desde que inició el día y ya ha terminado— dijo el maestro Otaka.

—Lo siento mucho maestro, solo pude cortar 10. Mis manos están lastimadas, ni siquiera puedo empuñarlas y creo que me he fracturado un dedo—, respondió Beckett mientras miraba como gotas de sangre caían de sus manos.

—Con que solo pudiste cortar 10 varas de bambú, muchos llegan esperando que el entrenamiento sea fácil, incluso hay quienes hacen trampa a la hora de cortarlo, y siempre me entregan las 100 y con sus manos intactas. Vale más cortar 10 varas dignamente con el dolor y el sacrificio que eso implica, por qué así se inicia dignamente en el mundo del
bushido. Felicidades has
pasado esta prueba—, aplaudió el maestro Otaka para luego retirarse.

CONTINUARÁ...

Capítulo de la historia corregido por la editora @Printemps_sombre