Capítulo 7

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El miedo es una emoción, es una sensación, es algo desagradable pero, al igual que el dolor, es algo que nos hace sentir vivos de una manera muy extraña pero efectiva.

-Sólo quería lavar un poco mi cara -dije titubeando mientras volteaba lentamente hasta poder ver a quién me amenazaba.

Me sorprendí al ver que la persona que se encontraba detrás de mí era un chico muy alto, con el cabello corto y con una cicatriz en su mandíbula nuy grande. Lo que más me sorprendió fue que ese chico se encontraba viendo hacia una de las esquinas del baño y no en mi dirección.

- Si no me está hablando a mi entonces ¿Con quién lo hace? -pensé.

De forma repentina el chico empezó a refunfuñar y caminar en dirección donde me encontraba y se detuvo a mi lado.

- ¿Puedes creerlo? -me preguntó viéndome directamente a los ojos.

Su tamaño era mucho un poco mayor al mío y podía deducir que tenía alrededor de quince años de edad o algo así.

-No entiendo -logré responder con la voz muy temblorosa.

Eso -dijo mientras señalaba la esquina a la que anteriormente estaba gritándole y añadió: No puedo creer que me esté siguiendo a todos lados que voy, incluso a este sitio.

Al principio no lograba entender  lo que aquél chico me decía pero al cabo de unos segundos empecé a deducirlo. Me encontraba en un hospital psiquiátrico, un lugar donde probablemente todo es posible, incluso el ver a una persona discutir con otra pero totalmente imaginaria.

-Tienes razón, esto no puede seguir así -le dije de forma ingeniosa haciendo un gesto de desaprobación y luego le pregunté: ¿Por qué te sigue tanto?

La rabia del chico desapareció de inmediato al escucharme, era como si el hecho de ser entendido hubiera mejorado su estado emocional.

-No entiendo porqué Ronald me sigue hasta para venir al baño -me respondió desanimado, con la mirada apagada y prosiguió: Ya estoy cansado de él. Algunas veces es agradable pero otras veces me hace molestar por su intensidad de querer estar cerca de mí todo el maldito tiempo.

Básicamente me encontraba en una situación en la que alguien me estaba contando de lo cansado que se sentía de su posible amigo imaginario pero era increíble que esa tristeza que denotaba detrás de su locura podía verse en su mirada.

Debía hacer algo para ayudarle así que decidí tomar cartas en el asunto.

-¿Sabías que existe algo llamado espacio personal, Ronald? -grité de repente mientras caminaba hacia la esquina y el desconocido que se encontraba a mi lado quedó perplejo.

La comprensión es para todos,  incluso para los enfermos mentales y eso es algo que no todos saben.
Y ahí estaba yo, siendo comprensivo y hablándole a la nada pero en el fondo sabía que para ese chico era algo muy importante esto.

-Debes entender que es algo vital, es algo fundamental, respeta este espacio y sal de aquí ahora mismo seguí gritando y señalé hacia la puerta de salida.

Lo sé, también pude haber quedado como un loco en ese momento pero pensé que a través de la locura podría ayudarlo. Tenía que ponerme en sus zapatos y actuar como tal.

-Ve y esperame en la habitación, Ronald -dijo el chico con la mirada puesta hacia el suelo.

Se sintió muy extraño ese momento, era como si él pudiera ver exactamente cada paso que daba su amigo imaginario, pude sentir como lo seguía con la mirada aún sin haber nada enfrente de nosotros dos realmente, o al menos no algo que yo pudiera ver. ¿Realmente ayudé a ese chico con su problema? ¿Funcionó?

¿Esto Es Parapsicología?Where stories live. Discover now