—¿Qué dirá mamá? —bajé la voz.

—Lo que diga tu madre no es tu problema, Jared —me observó con el ceño fruncido.

—¿Por qué no estás gritándome enfadado?

—Porque no puedo entrometerme en tus decisiones. Eres mi hijo y quiero lo mejor para ti, sé que Emma es una buena chica, de una familia poderosa y que es muy hermosa, pero si no estás enamorado de ella no puedo hacer nada para unir su relación. Nada funciona si lo fuerzas —comentó y yo sentí una presión en el pecho, comenzaba a sentirme culpable por lo que sabía de mamá y él no, pero apenas podía cargar con mi vida —Sé que todo saldrá bien, Jared.

Estuve conversando con mi padre por bastante rato acerca de las decisiones que debía tomar, acerca de lo tan preocupado que estaba por lo que pensaran de mí y también de mis frustraciones. No tuve tiempo de comentarle que las cuentas que había sacado unas cinco veces no estaban dándome un resultado positivo y que no me calzaban en absoluto, así que luego me encargaría de eso.

Cuando terminé de trabajar, me fui directamente al departamento. Todavía no arreglaba el capot de la camioneta y esperaba que nadie me preguntase qué demonios había sucedido.

Me subí al ascensor con el móvil en la mano cuando una notificación me llegó, miré la pantalla y me percaté de que era una noticia. Fruncí el ceño un poco confundido, no solían llegarme notificaciones de periódicos nacionales si no se trataba de economía. Abrí la notificación y la página me llevó directamente a una revista de farándula que parecía ser muy famosa. Lo primero que noté fue el gran título que tenía la nota: "¡Jared Brackley, el hijo del famoso empresario Cedric Brackley no quiere hacerse cargo de su bebé!"

Me bajé del ascensor y me detuve en seco en el pasillo con la molestia bajándome desde la cabeza hasta los pies. Continué leyendo la nota en medio del pasillo, allí hablaban acerca de mí, de mi familia, casi presentándome ante el mundo por si alguien se le pasaba quien era yo y también aparecía una fotografía mía en primera plana saliendo de la empresa Brackley. Hablaban acerca de mi reciente compromiso con Emma y también sobre su embarazo, pero "especulaban" que no quería hacerme cargo del bebé porque me habían visto amargado deambulando por las calles. También había cosas como: "¿Será que Jared Brackley le ha sido infiel a su prometida?".

Esto solo podría ser obra de Emma.

Apreté el móvil entre mis manos y caminé firmemente hacia el departamento, abrí la puerta con más fuerza de lo normal y luego la cerré. Miré a mi alrededor y comencé a buscarla por el departamento hasta que la encontré en su sala, la miré fijamente a los ojos y le mostré la pantalla de mi móvil en donde se veía la noticia.

—¿Qué demonios significa esto?

—Te lo advertí, Jared.

Camile Rooney

Ese día no asistí a la universidad, sólo me dediqué a empacar todas mis cosas. Si fui al trabajo porque pretendía pedirle alojo a Harriet. Apenas entré a la cafetería vi a Harriet paseándose con una bandeja de pasteles hasta una mesa. Pasé de largo al camarín, me vestí y antes de salir, Harriet me detuvo en la puerta.

—¿Cómo estás? —me preguntó con una sonrisa triste.

A pesar de que me encontraba triste por lo que había ocurrido, no tenía ganas de llorar, al menos sentía que me había sacado un gran peso de encima diciendo la verdad y ya no tenía nada para ocultarle al mundo.

—Le conté todo a Stefan.

—¿Qué? —abrió sus ojos de par en par, asentí levemente y ella de inmediato se acercó a mí para abrazarme —Eres muy valiente, Camile, de verdad lo eres.

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora