Capítulo 14

9K 956 267
                                    

Ay no ¿qué había hecho?

—Pues escojo reto —dije, pero él sonrió con picardía.

—Ya has elegido, respóndeme. Y con la verdad.

—Reto, por favor.

Él rodó los ojos y asintió dándome el favor, aunque sabía que no sería compasivo conmigo.

—Quítate la blusa —me pidió.

Me puse de pie sintiendo completa confianza conmigo misma y lo observé a los ojos, no fui tan lenta como él al desabrochar los botones, en realidad fui bastante rápida y cuando el aire de la oficina hizo contacto con mi piel rápidamente me senté para que Jared no me observara demasiado, sin embargo, no lo conseguí, pues él se quedó mirándome con sus ojos flameantes, sonrió con astucia y continuó:

—Elijo verdad.

—¿Qué estamos haciendo? —bajé la voz.

Esa no era una pregunta perteneciente al juego, sino que se me había escapado sin previo aviso. Jared me observó a los ojos y negó lentamente con su cabeza.

—No lo sé —contestó en el mismo tono que yo —, pero ya no aguanto Camile.

—¿Qué dices? —sonreí nerviosa, pero él estaba alejadísimo de esbozar una sonrisa.

Ahora se encontraba serio, con una expresión en el rostro que no había visto antes, su mandíbula estaba apretada y me observaba como si en cualquier momento fuese a disparar una sarta de verdades que nadie estaba preparado para escuchar.

Se acercó tanto a mí que tuve que moverme unos centímetros hacia atrás, sus ojos estaban puestos en el sofá, luego subió su mirada para encontrarse con la mía. Nuestros ojos claros estaban mirándose con complicidad y como si estuviesen reconociéndose de muchos años atrás.

—Es que siento que... —comenzó, pero yo no lo dejé continuar.

Estampé mi boca contra la suya sin previo aviso. Y no sabía si había sido por el alcohol en mi cuerpo o porque realmente había estado esperando hacerlo desde hace algunas semanas.

Besarlo se sintió como una gran electricidad, todo mi cuerpo temblaba de los nervios, pero no me arrepentí. Se sintió cercano, como si ya nos hubiésemos besado antes, pero a la vez algo completamente nuevo. Sus labios eran suaves, carnosos y traviesos. Lo había tomado desprevenido, pero en ningún momento él dijo que no ni tampoco tardó en corresponderme.

No se despegó de mi boca, sólo me besó con fuerza colocando una mano en mi nuca, acercándome más a él con desesperación. Nuestras lenguas se encontraron consiguiendo que todo mi cuerpo se estremeciera, todo me dolía de una manera nueva y avasalladora. Acarició mis brazos, mi cintura desnuda y continuó besándome con esas ganas que nunca antes había sentido.

—Jared... —comenté bajo sus labios, pero él me silenció poniendo nuevamente su boca en la mía.

El sofá era grande, tanto que quedé tendida en el con Jared sobre mi cuerpo. No podía dejar de sentir sus labios sobre los míos, me estaba gustando tanto que no podía pensar en otra cosa. Luego de unos segundos sus labios se fueron a mi rostro, luego a mi oreja y a mi cuello consiguiendo que me removiera debajo de su cuerpo, pero no podía detenerlo, pues me estaba gustando más de la cuenta y ya sentía que había perdido todo el control que tenía conmigo misma.

El vino había ayudado un poco más a no pensar en lo que estaba sucediendo, aparte Jared tampoco reparaba en lo que hacíamos.

Sus labios se deslizaron por mi cuello hasta llegar a mi clavícula, podía sentir el bulto de su pantalón sobre los míos. Ya comenzaba a dolerme ahí abajo con desesperación y no podía no comparar que Jared Brackley estaba haciéndome sentir cosas que nunca antes había sentido.

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora