CAPITULO 2

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Hazel

Aun en el suelo mi padre empezó a citar todas las reglas y normas que desde la antigüedad tenía la familia Beckham, sin importarle que su hija sangraba por el golpe que le había dado.

Siempre vi a mi padre como un gran hombre, no se involucraba mucho con nosotros porque siempre estaba ocupado con su trabajo, aun así, era un hombre pulcro, recto y de admirar ante mis ojos, aunque casi nunca hablábamos. Así que nunca, jamás, imagine que me levantaría una mano.

-Y una cosa más Hazel- tomo mi mentón levantándolo hacia arriba, encontrando nuestros ojos –más vale que en esa tonta cabeza entre que jamás debes hablar o apoyar a esas bestias inhumanas- me dejo petrificada, los ojos de mi padre me sentenciaban lo peor si lo desobedecía –entendiste Hazel?-

No respondí más solo asentí con la cabeza.

Luego prácticamente me hecho de su despacho, fuera mi madre estaba sentada en la sala con una copa de vino junto a Brenda que la imitaba.

-Hazel acércate-

Por un momento pensé que se preocuparía por mí, su hija lastimada, pero otra vez me dejo sin habla al escuchar sus palabras.

-Mañana tienes una cena con el joven Cristian Sian, más vale que no escuche otra vez que te quedaste callada o fue aburrido, compórtate como una dama que si las cosas salen como estamos planeando anunciaremos tu compromiso con él, así tendremos el apoyo de otra poderosa familia-

Estaba hablando de un compromiso y no preguntaba sobre la rojez de mi mejilla, que clase de madre tenía.

-Estate lista a las 9 de la mañana que iras con tu hermana al salón y a comprar un vestido, debes verte hermosa para el joven Sian-

Otra vez me quede en silencio, no valía la pena decir una palabra de objeción cuando no me escucharía y de todos modos iría a esa estúpida cena. Estaba pensando que el estar en el internado era mejor que haber regresado.

Llegue a mi habitación tirándome en la cama, esta noche había sido la peor al dejarme descubrir qué clase de familia tenía. Quise llorar, gritar o volver a darme la opción de tirarme por el balcón de mi habitación más miré mi celular, lo prendí encontrando un mensaje.

"Soñare con el momento en que al fin mis manos puedan tocarte, dulces sueños mi hermosa muñeca"

Siempre fue sincero y sus palabras me salvaron en los momentos que pensé hundirme. Ayudándome a levantar.

Mi muñeco. Ese era el apodo que le puse cuando ni uno de los dos quiso decir nuestro verdadero nombre.

Recordaba como comenzó todo esto. Siempre estuve atenta a todos los peligros de la interacción por internet con personas desconocidas. Pero de todos modos cree una cuenta de Facebook donde un día hace dos años me puse a agregar como amigos a todas las personas que pude, pensé usar a alguna persona que me hablara primero como mi saco de boxeo donde soltara todo lo que pensaba o sentía ya que esa otra persona nunca me conocería, cualquier extraño me valía. Y la primera persona que me hablo fue él.

Al principio me resulto extraño que lo primero que me preguntara fuera si el nombre que tenía en mi perfil era verdadero porque el suyo no lo era. No le respondí de inmediato porque esperé que otros me dijeran algo más, todos los otros empezaban con los típicos cortejos o piropos donde me indicaban que querían conocerme. Hablé con algunos que no me interesaron hasta que volví a leer su primer mensaje. Antes de darme cuenta había respondido que no y fue el inicio. Ambos no quisimos decir nuestros nombres, así que optamos por algún apodo, fue divertido decidirlo, algunos graciosos otros ridículos que terminaron en miles palabras hasta que al fin quedo en "muñeco" porque colgando de mi lámpara caía un pequeño muñequito de madera. Y él lo acepto si yo le permitía llamarme "muñeca".

Mi Muñeca Mi muñeco (Nuevas Especies)Where stories live. Discover now