Capítulo final:

11.4K 1.3K 130
                                    

Querido Al,

Si estás leyendo esto es porque viniste a Madrid y me buscaste en Nebraska. La que te ha dado esta carta es mi tía, Gloria.

Verás, no podía esperarte aquí. No podía esperarte aquí ni en ningún otro sitio, porque me estuve esperando a mí tantos años que ya me he cansado, y no quiero que esto siga así.

Por eso quiero despedirme de ti, y agradecerte que me hayas hecho feliz durante tantos años sin tan siquiera saberlo -y aún más cuando volvimos a vernos-.

Voy a alejarme, voy a volar tan lejos que nadie va a poder encontrarme nunca, ni siquiera tú.

Y no lo hago porque no te quiera, o porque no te acordaras de mí, o porque me rompieras el corazón incontables veces, sino porque ya me he encontrado.

No ha sido en Nebraska, ni contigo, sino aquí, donde estoy yo. He comprendido que la paz que buscaba no se encuentra en ninguna ciudad, ni me la puede proporcionar ninguna persona. Esa paz se encuentra en mí, y para desarrollarla tengo que vivir así: lejos y sola.

Porque te quiero. Y porque sé que si hubiera dejado remite, dirección o cualquier teléfono de contacto te hubieras lanzado en mi busca. Y tampoco quiero eso para ti.

Al, tienes que vivir y encontrarte. Tienes que viajar, salir de tu bonita Asturias y ver el resto del mundo, puestas de sol desde otro punto de vista, lluvia en un campo perdido de cualquier país, la sequedad de los desiertos que voy a ir dejándote a mi paso...

Te quiero.

Y te he querido, y te voy a querer siempre, joder, claro que sí.

Y cuando me encuentre seré yo la que vaya en tu búsqueda, para dar contigo y murmurarte contra los labios todo lo que te he echado de menos.

Los humanos somos cristales, Al. Y con el tiempo nos vamos agrietando, hasta que llega un momento en que pensamos que estamos rotos. Yo nací rota. Y por eso ahora necesito desagrietarme, unir todas mis piezas para encontrar a la Luna verdadera, a la que todavía no ha existido.

Todo lo que voy a echar de menos vamos a ser tú y yo en aquellas rocas del mar de Asturias. Ojalá me hubieras besado.

Pinkie.

PD: pensé que mi epitafio sería "rómpeme la caja torácica, no tengo corazón" durante todos estos años, pero ahora sé que no es verdad.

Espérame.

Nebraska.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora