Extraño

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Luego de ese día, iba a diario después de clases a la biblioteca solo para verla, parecería algo absurdo hacerlo por alguien que no conozco, pero esa mujer desconocida despertó mi atracción con solo observarla, no quisiera imaginar lo que causaría si pudiera tocarla; tras varios intentos de verla de nuevo, lo pude hacer 8 días después de la primera vez, nunca fui bueno para fechas, pero como olvidar el día que la vi, si desde entonces la tengo presente de sol a sol en mis pensamientos... al verla nuevamente se iluminó mi mirada exactamente como la primera vez, sentía un gran impulso de acercarme y hablarle porque no quería dejarla ir aunque no la tuviera, lastimosamente la duda y el temor a su reacción podía más... es entonces cuando descubrí su nombre durante una de mis visitas a la biblioteca, un nombre hermoso, que le quedaba perfectamente, ahora sabía cómo se llama aquella dama que sin saberlo abarcaba toda mi intención. Muchas veces idee en mi mente el motivo perfecto para acercarme sin parecer extraño, lo que resultaría complicado pues "extraño" es una de las palabras que mejor me describen, y es precisamente en esos momentos cuando el destino obra de tu parte y te concede una oportunidad, de forma misteriosa apareció alguien, se sentó a mi lado y me dijo: "parece que te gusta, la ves demasiado... ¿quieres que te de su número de teléfono?", no lo pensé dos veces para decir que sí, pero me intrigaba que alguien que apenas conozco me ayudara de esa forma, es posible que notara mi exceso de atención a ella y que sea su amiga e intentó hacer algo bueno por mí, pero sin lugar a duda aquello me ayudó mucho.
Sin pensarlo me arriesgue a lo que significaría mi llegada hacia ella, o mi rechazo inminente sin más, sin intermedios, sólo había dos opciones tras buscar su atención, y sea cual sea, merecía la pena intentarlo; así fue como le escribí por vez primera... cuanto me costó hacerlo, tratando de buscar las palabras correctas para llamar su atención descubrí que no las hay, que aunque saliera mal debía hacerlo a mi modo, con mi simpleza... quizás no fue el mejor inicio de conversación, pero resultó, grande mi sorpresa al recibir su respuesta: "tú eres el que no deja de mirarme mientras leo"... quién diría que mi obsesión por mirarla despertaría su atención; aquel primer cruce de palabras era mágico, era prometedor, poco a poco nos fuimos soltando, nos fuimos abriendo el uno al otro hasta llegar al punto de conocernos siendo desconocidos, de mirarnos sin vernos, de escucharnos sin hablarnos; sorprendentemente habíamos congeniado de tal manera que parecía encajábamos el uno al otro, fue entonces cuando una parte de mí se idealizó hasta la raíz que será mía!.

 quién diría que mi obsesión por mirarla despertaría su atención; aquel primer cruce de palabras era mágico, era prometedor, poco a poco nos fuimos soltando, nos fuimos abriendo el uno al otro hasta llegar al punto de conocernos siendo desconocido...

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