11. La tentación

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Capítulo once.

El alcohol hace cosas increíbles en las personas.

¿Por qué?

Decidí ir a hablar con los chicos de la clase contraria como sugirió Madison y ahora estamos bailando con ellos, no puedo recordar sus nombres pero hace ya dos horas que comenzamos una charla entre los cuatro y luego bebimos sin parar. Una cosa llegó a la otra y ahora estamos junto con otro grupo de personas bailando en el lateral del salón al ritmo de la fuerte música, cantando y moviéndonos sin importar nada.

Pero entonces me detengo y mi vista busca al estúpido que tanto me obsesiona.

Él aún sigue en ese círculo de sofás con el grupo de personas que vinieron junto a él. Y esa chica que besó. Aprieto mis puños a mis costados y me dirijo a un pequeño mueble donde están los vasos de tequila que nos traen de vez en cuando. Le doy un sorbo mientras observo como esa chica, rubia, de buen cuerpo y con ese vestido que casi deja a la vista más allá de sus muslos está sentada al lado de Christian, sus dedos pasando por su pecho mientras le sonríe.

Y él la deja, totalmente complacido.

Nuestras miradas no se han vuelto a encontrar cuando vine a hablar con el par de chicos que nos miraban y eso me frustró. Claro, teniendo a semejante chica a su lado que obvio coquetea con él, ¿por qué me miraría?, tampoco servía de algo que él me mirara, ¿qué podría hacer?

Suspiro y le doy un sorbo a mi vaso, terminandomelo por completo cuando unos fuertes brazos rodean mi cintura. Veo por sobre mi hombro y veo que es uno de los chicos con los que hablé, este es el de cabello castaño y ojos negros. Me limito a sonreírle ya que no recuerdo su nombre, no estaba prestando mucha atención cuando se presentó y ya tenía un par de bebidas en mi sistema.

—¿Bailamos la siguiente?—Me dice en el oído, sonriendo contra mi oreja. La calidez de su aliento me hace estremecer y él vuelve a hablar,—Quiero seguir estando así de cerca en la pista de baile.

—No hay pista de baile.—Digo riendo y siento como el chico me aprieta más cerca de él.

—Entonces solo quiero esto.

Pienso en lo estúpido que es este coqueteo hasta que mis ojos viajan inconscientemente hacia el sofá donde yace mi amor de la preparatoria y me sorprendo al ver como su mirada está fija en mí, mejor dicho en lo pegado que está el chico castaño de mí cuerpo y mi mente alberga una idea totalmente idiota que no dudo en llevar a cabo.

Me lamo los labios, motivada por el sabor a tequila que queda en ellos y me volteo rápidamente entre los brazos del chico, quedando frente a él. Mis manos rodean su cuello y le doy una sonrisa perversa, pasando mis manos por su cabello.

—Me parece buena idea.—Le digo mirándolo de la forma más sensual que puedo.

Le echo un vistazo a Christian, quien sigue teniendo su mirada en mí y aún está siendo manoseado levemente por la chica rubia a su lado. Sin dejar de mirarme él le dice algo que no puedo entender hasta que veo como la rubia deja su lugar en el sofá para sentarse en las piernas de Grey. Arrugo mis cejas sin entender sus acciones, sin embargo, él parece tener una expresión inquieta y tensa al verme.

¿Es mi imaginación o está celoso?

Aún así, sus ojos ven a los míos y noto el reto claro en ellos así que tomo las manos del chico, ya que las estaba bajando demasiado para mi gusto y lo llevo a otro lateral de la sala, alejados de Madison y el grupo de chicos que baila con ella.

La música cambia y Do re mi de Blackbear comienza a sonar, haciendo que todo el mundo se levante, incluido Christian y la chica rubia, y en instantes la sala se ve más pequeña. Todas las chicas buscan a un chico y se posicionan para comenzar a bailar. Me muerdo el labio, poniendo las manos del chico en mi cintura. Esta canción me excita de alguna forma, su ritmo sobre todo.

Mi Amor de Secundaria [#1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora