Capitulo 26

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Sebastian.

Ya habían pasado veinticuatro horas, veinticuatro horas en la que Tn_______, aún no aparecía, su madre, su tía y su hermano venían en camino, veinticuatro horas en las que yo no había dormido nada; me la había pasado recorriendo Nueva York en mi auto, sabía que quizás no serviría de nada, pero al menos me ayudaba a despejar la mente, llegue a Maine, Queens, Brooklyn, el Bronx y aún así, no vi ni rastro de ella, a todo aquel que le preguntaba, no la había visto o no sabía nada, estaba comenzando a frustrarme y realmente necesitaba a mi Tn_______.

Conduje de vuelta a mi apartamento, olía a mierda y quería al menos darme una ducha rápida.

Deje mi saco a un lado junto a toda mi ropa, entre a la ducha y fue si como si el calor del agua en mi espalda fuera un alivio; comencé a llorar, ¿Que iba a hacer si tn______ no aparecía? No quería pensar en lo peor, pero quizás ya era tarde, no podía, el imaginarme no tenerla a mi lado, me rompía el corazón y me hacía pensar que para mi era el fin.

Lo que pensé, sería una ducha de dos minutos, se convirtió en una de diez y cuando salí de la ducha mis ojos estaban rojos como la sangre, me coloqué unos jeans y una camiseta, iba a salir a buscarla de nuevo cuando el timbre de mi apartamento sonó, corrí a la puerta y al abrirla me arrepentí al sentir el golpe del puño de Adam en mi ojo.

– ¡Adam! – Grito Joseph mientras yo me cubría mi ojo bañado en dolor – ¡Mierda esa no es manera de sobre llevar las cosas! – Lo regaño justo cuando me incorpore y la madre de Tn______, se acerco a mi con una sonrisa triste en su rostro.

– Desde que se enteró está agresivo. – Susurró a lo que Asentí ligeramente.

– Lo siento, Camille, yo.... No se que hacer. – Su madre poso su mano en mi mejilla y sonrió.

– Se que ella está bien, lo sé porque es mi hija y no va a dejar que nadie le haga daño. – Aunque intentará ayudarme, lamentablemente eso sonó más como a que intento convencerse más a si misma que a mi.

– ¿Han sabido algo de ella? – Pregunto Dahlia, suspire y negué cabeza.

– Lo último que se supo, es que habían visto el auto en Queens, pero ella no estaba cerca, solo lo dejaron ahí tirado. – Dahlia suspiro y asintió con sus ojos cristalizados.

– ¿Cuanto tiempo llevas sin dormir? – Me pregunto Camille, Rodee los ojos, ahora mismo no sabía que era eso.

– No lo sé, y si quisiera no podría. – Camille apretó los labios.

– Sebastian debes descansar, al menos no dormir, pero si quedarte aquí en casa, y comer algo. – Sugirió Dahlia.

– Hazlo, y yo saldré contigo a buscarla. – Agregó Joseph, asentí y me senté en el sofá de la sala mientras, por más les pidiera que no lo hicieran, menos caso me
hacían, Camille y Dahlia preparaban la cena.

– ¿Albani ya sabe algo? – Me preguntó Joseph.

– Íbamos a decirle, pero no queremos por su embarazo, sabemos que se va a alterar — Respondí — Aunque ella es inteligente y al ver a todos aquí en Nueva York va a saber que algo pasa. – Agregué suspirando.

– ¿Cuando llegaron Chris y los demás? – Pregunto Adam, extrañamente mirándome sin rencor.

– Hoy por la mañana, pero Albani no sabe nada, ni Lucas. – Y de nuevo, le ocultaba otro secreto a mi hijo a quien no había visto en casi dos días.

– ¿aún está enojado por lo de Caroline? – Me pregunto Camille mientras me entregaba un plato de pasta con salsa de tomate, no sabía lo hambriento que estaba hasta que el aroma de la salsa llego a mis pulmones.

– Si, la última vez que hablé con el, fue ayer. – Respondí – Y fue antes de todo. – Agregué llevándome una bocanada enorme de pasta a mi boca.

Cuando termine de comer, el sol comenzaba a salir y para colmo, una lluvia torrencial cubrió todo el estado, sin embargo eso no impidió que Joseph y yo saliéramos en busca de Tn_______.

– Una pregunta.... – Habló Joseph.

– ¿Que? –

– Adam pega fuerte ¿no? – Mire su rostro y la sonrisa burlona en este me hizo reír, probablemente mi ojo estaba enrojecido y por eso hacia el comentario.

– Pues si pega duro. – Confesé riendo.

Casi dos horas después pare en Manhattan, en el hotel donde Christ, Lilly, Anthony y Emma se estaban quedando.

– Dime que tienes algo por favor. – Me pidió Emma apenas abrió la puerta de la habitación, tristemente negué con la cabeza.

– Emma si estás embarazada ¿Que haces aquí? – Le pregunto Joseph al verla con la pequeña panza.

– Mi embarazo no es riesgoso como el de Albani, además no iba a dejar que mi esposo viajará solo. – Respondió molesta, a lo que Joseph alzó ambos brazos en el aire en señal de rendimiento.

– En algún momento vamos a tener que decirle a Albani. – Comentó Chris – Y a Lucas... – Todos asintieron, decirle a ellos dos era lo más difícil, y quien más me preocupaba era Albani.

– En serio no quiero pensar lo peor, pero no puedo. – Confesó Lilly rompiendo en llanto, Emma se acerco a ella y la abrazo mientras Lilly sollozaba.

Todos nos encontrábamos en el mismo lugar, teníamos miedo, y estábamos a la expectativa, y por más que quisiéramos apartar el sentimiento de nuestros cuerpos, inconscientemente nos estábamos preparando para lo peor.

– Iré a buscarla de nuevo... – Los chicos se levantaron y me siguieron afuera.

– Sebastian, deberías ir a casa, si Isaac te llama con noticias no vas a saber porque no hay donde comunicarse contigo. – Chris tenía razón.

– Chris tiene razón deberíamos volver. – Agregó Joseph, suspire y asentí.

– Los llamaré en tal caso. – Chris asintió, y me dio un abrazo al igual que Anthony y Johnston.

Apenas llegue a casa los rostros preocupados de Camille, Dahlia y Adam me recibieron.

– ¿Que paso? – Le pregunte nervioso.

– Albani viene en camino. – Respondió Adam.

– ¡Mierda! – Masculle, supongo ya era hora de decirle todo, a ella y a Lucas.

Durante los siguientes quince minutos que Albani tardó en llegar, me quede en mi habitación pensando en que decirles, y aunque le di mil vueltas al asunto, para cuando Lucas se sentó frente a mi en la cama no sabía que decirle.

– ¿Ya vas a hablar? – Me pregunto; suspire y pase mis manos por mi rostro buscando las agallas para contarle todo.

– Tu mamá, tiene más de veinticuatro horas desaparecida – Escupí, el rostro de mi hijo se transformó en confusión – No sabemos nada de ella aún, lo ultimo que sabemos es que unos hombres se la llevaron en su auto a quién sabe dónde. – Lucas negó ligeramente con la cabeza.

– ¿Bromeas? – Me pregunto mientras sus ojos azules se llamaban de lagrimas, lamentablemente negué con la cabeza y ahí vino el llanto, Lucas se abalanzó sobre mi, y el tenerlo entre mis brazos me hizo ver que aunque pasara peor, debía mantenerme en pie por mi hijo – ¡Papá lo siento tanto! – Exclamó entre sollozos – Lo último que le dije a mi mamá fue que no quería verla, que me dejara en paz. – Lo abrace más fuerte porque sabía por lo que estaba pasando – Perdóname papá, perdóname... – Repitió una y otra vez aferrado a mi.

Cuando salí de la habitación Albani y rostro enrojecido me regalaron una sonrisa triste, Camille le había dicho todo.

– No sabía que te habías comprometido con mi hija. – Comentó con una sonrisa burlona en su rostro a lo que asentí apenado – Felicidades. – Dijo para luego abrazarme.

– Sebs... — Llamó Albani mi atención — La vamos a encontrar y se que ella va a estar bien. – Asentí ligeramente y la abracé.

Las horas pasaron y la lluvia aún seguía, y con cada segundo que pasaba parecía que era peor.

– Voy a salir a... – No termine de hablar cuando el teléfono sonó, con miedo lo levanté y conteste.

When We Meet Again Où les histoires vivent. Découvrez maintenant