ELITE

Extra.003

San Valentín

—¿Ya mérito?- indago por decimoséptima vez- ¿Ya casi llegamos?

—Ya casi.- ríe Ander- Si hubiera sabido que eras un grano en el culo, le hubiera dejado el camino libre a Christian.

—Que gracioso, amorcito.

Mis ojos permanecían vendados y mi coche era conducido por Muñoz, llevándome a un destino desconocido.

—¿Me vas a secuestrar?- vuelvo hablar después de minutos de silencio

—¿Para que lo haría si ya puedo hacerte lo que quiera?- su mano toca mi pierna, asustándome- Llegamos.

El auto se apaga y escucho como abre y cierra su puerta para segundos después abrir la mía.

—Puedes quitártelo, solo quería mantener la intriga.- dice burlón- Andando.

Con una sonrisa quito el pañuelo que obstruye mi vista, parpadeo para adaptarme a a luz y sujeto la mano que el chico me ofrece.

Es un bonito restaurante mexicano, los colores y decoraciones de mi país sobresalían, el cantar de los pájaros daba armonía y el olor de la gastronomía típica era delicioso.

—Pareces esas caricaturas, cuando huelen su comida favorita.- ríe y abre la puerta, dejándome entrar- Casi puedo verte flotar, siguiendo el olor.

—Que caballeroso.- sonrío y el guiña su ojo.

—Lo hago para ver tu trasero.

—Que cabron.-palmeo su hombro y rio-¡Todo es tan bonito!

Suelto un chillido de emoción cuando una alegre mujer posa sobre mi cabeza un sombre, al igual que en Ander, quien solo me observa con una gran sonrisa.

—Síganme.- nos guía hasta una mesa al aire libre- Los dejó mientras ven el menú.

—¿Te gusta?- cuestiona abriendo la carta- ¿Todo esto tiene chile?

Arrastro mi asiento hasta estar junto a él, leyendo el nombre e ingredientes de los platillos.

—Lo hubieras pensado antes, nene.- me burlo- Pediré unas enchilada.

—Que sorpresa, para nada esperado, no pensé que pedirías tu comida favorita.- me ve de reojo y sigue leyendo-¿Chile relleno? dime que no está relleno de más chile.

Finalmente elige su comida y minutos después nos la entregan, junto a dos vasos de limonada.
El lugar tenía un ambiente tranquilo, había bastante gente pero seguía calmado, sin demasiado ruido.

—Recuerdo esa vez que me obligaste a preparar cupcakes.- inicia la conversación, después de masticar- Rompimos tu licuadora.

—Y el horno explotó.- ambos reímos

~Hace 5 años~

Rasco con ansias mi nuca, no tenía ninguna idea para regalarles a mis amigos ¡y mañana era el día de la amistad!

—¿Qué pasa cariño?- cuestiona la madre de Valerio-¿Todo bien?

—No, nada está bien.- lloriqueo y la preocupación no tarda en cubrir sus facciones- ¡No sé qué regalar para mañana! Soy una pésima amiga, me odiaran y me dejaran.

La chilena se tranquiliza y ríe, acariciando mis rechonchos cachetes.

—¿Por qué no les preparas esos deliciosos quequitos que nos preparaste el otro día?- abro mi boca y grito feliz, pero después mi emoción de cae