La pequeña Potter viajará a un mundo nuevo donde la magia y el amor son los protagonistas principales pero no será fácil, el mal está detrás de ella siguiendo sus pasos sigilosamente esperando el momento perfecto para atraparla.
𝗦𝗔𝗚𝗔
𝐀𝐜𝐭. 𝐎...
Alaska ayudo a su tía Petunia a colocar los platos y utensilios más finos ya que los visitaba la hermana del tío Vernon, Marge Dursley. Harry fue a cambiarse ya que debía ser quien sirviera a la mujer y a la familia.
— Le dijiste sobre la autorización? — Pregunto Alaska a Harry.
— Lo haré cuando regrese — Dijo Harry subiendo las escaleras.
Alaska al terminar también fue a cambiarse de ropa ya que debía estar presentable como lo había ordenado el dueño de casa. Peino su cabello y se colocó un brillo labial para luego verse en el espejo, su faceta de niña ya se había ido era una hermosa adolescente en camino de ser una mujer cual sus padres estarían orgullosos como lo está Harry.
— No crees que es demasiado corto? — Pregunto Harry viendo las piernas de su hermana a lo que esta comenzó a reír.
— Harry James Potter, solo cenaremos con Marge no vendrá nadie más — Rodo los ojos.
Desde que ya eran un par de adolescentes dejando atrás su niñez Harry se había vuelto demasiado sobreprotector con su hermana, estuvo apunto de usar magia contra el nuevo cartero quién era un joven inexperto y muchas veces olvidaba la mayoría de cartas, ese mismo muchacho había coqueteado con su hermana descaradamente sin importar que Harry estuviese allí pero tuvieron la suerte que llegara el tío Vernon para enviarlo al demonio cuando supo que había olvidado la mitad de su correspondencia.
— Eso espero — Dijo Harry mientras ambos bajaban las escaleras.
El muchacho al oír que el auto llegaba salió ayudar a su tío con las cosas de la mujer, Alaska permaneció junto a Petunia con una sonrisa forzada para hacer buena presencia.
— Recuerda la escuela de monjas — Dijo la tía Petunia entre dientes a Alaska.
— Lo recuerdo perfectamente — Respondió Alaska sin dejar de sonreír.
Y fue allí donde se apareció una mujer idéntica a Vernon pero está era el demonio en persona, junto con ella ingresaba su perro un bulldog.
— Petunia! Querida cuanto tiempo — Ambas mujeres se saludaron como si se quisiesen de toda la vida pero claramente se podía ver que podrían tirarse veneno sin ningún problema —. Y está niña debe ser tu preciada sobrina, dime querida como saludan las monjas?
