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_____ sintió la cama sacudirse un poco por lo que se dio la vuelta en ella aún intentando despertarse.
-Ugh .- salió un pequeño gemido de sus labios.- ¿Sally? -. Habló de manera baja, casi en un susurró mientras tallaba sus ojos e intentaba enfocar el ambiente a su alrededor.
Al no observar la figura de su prometido en la habitación estiró su cuerpo y tomó una chamarra, sus pantuflas y una manta, con pasos lentos y un tanto pesados se dirigió hacia la sala viendo desde su posición en el pasillo a Sal tirado en el mueble, se acercó a él por detrás del sillón para abrazarle mientras ocultaba su cara en el cuello de Sal.
- Cariño ¿estás bien? -exclamaste en un susurro pausado, mientras Sal solo se limitaba a asentir.- Sal no me mientas... acaso ¿son las pesadillas de nuevo?
- Supongo que no puedo ocultartelo.-suspiró -. Han vuelto, no son como las de antes, se podría decir que son pesadillas más... ehm..¿comunes? -habló con duda al final de la oración.
- Espera cariño.-dejaste la manta sobre Sally antes de continuar- Haré un té para relajarte y así me cuentes un poco más calmado qué fue lo que soñaste.
Decías dulcemente para luego levantarte y dirigirte a la cocina.
- Mientras no tenga que decirte "Té ____, por favor y gracias" todo estará bien.
Ambos rieron ligeramente por ese comentario, logrando que se alivianara el ambiente.
Cuando llegaste a la cocina buscaste la tetera y las hierbas que guardabas para tus infusiones aromáticas y té; colocaste la pequeña tetera debajo del grifo dejando que el agua la llenara para después colocarla sobre la estufa mientras calentabas las tazas. Sentiste unas pisadas tras de ti, sabias que Sal estaba parado en el umbral de la puerta observando cada movimiento que hacías, era una manía suya y según él "le ayudaba a calmarse", volteaste a verlo quedando apoyada en el mesón de la cocina.
- ¿Qué sucede? - preguntó extrañado al ver que te detenías para observarle.
- ¿Qué? ¿Acaso no puedo ver a mi adorable novio? - hablaste con un tono un poco divertido.
- ¡Oh, vamos! ¡Deja de hacer eso! - exclamó avergonzado.- Debes parar de decir que soy adorable.
-- Sally...cariño, lo eres... al menos para mí sí.
Estabas a punto de continuar cuando la tetera comenzó a sonar por lo que la bajaste del fuego y apagaste la cocina, luego vertiste tres cucharadas de hierbas dentro de la tetera, una para la tetera y una cucharada por taza, luego dejaste reposar unos minutos, así habías aprendido de un extraño mayordomo de negro. Serviste en las dos tazas que habías calentado, una se la tendiste a Sally y la otra la tomaste para ti, Sal la tomó y se encaminó al sofá de nuevo contigo siguiéndole.
- Ahora, cariño, cuéntame que soñaste.-dijiste al tirarte en el sofá individual frente a Sal.
Él aún tenía la cobija en sus hombros y el té en sus manos mientras se encontraba sentado en posición de indio.
- Yo... uhm...-se le dificultaba continuar-Tienes que prometerme algo antes de que te lo diga.
Sonaba nervioso y eso te preocupaba, sabias que el solía mantener la calma hasta en momentos absurdamente tensos, así que aclaraste tu garganta antes de hablar.
- De acuerdo, dime que es...
- Prométeme que pase lo que pase, te quedaras a mi lado... te amo y no quiero perderte.
- Ya te lo he dicho, me quedaré contigo hasta la eternidad, pero si es necesario decirlo de nuevo; lo prometo, prometo estar junto a ti, siempre.
De manera pausada y tranquila las palabras dejaban tu boca.
- Pues, yo... soñé que te perdía, el demonio de ojos rojos...-Su voz comenzó a quebrarse.- estaba ahí y te estaba... e-es c-cosa te estaba matan...-no pudo continuar, se sentía horrorizado
Antes de darte cuenta te encontraste sentada a su lado y lo abrazaste como si no hubiese un mañana.
- ¡Hey Sal, estoy aquí! ¿De acuerdo? - susurrante exclamaste antes de proseguir- Sal, esa cosa ya no existe, lo derrotamos ¿Lo olvidaste? ¡Lo derrotamos! Larry, Ash, Todd, Travis, tú y yo, lo hicimos juntos; no hay de que preocuparse, esa cosa no volverá y nosotros podremos vivir felices, cariño, por favor, tienes que recordarlo y recordar que siempre estaré junto a ti...
Al parecer lo dicho fue reconfortante para Sally ya que te abrazó con fuerza mientras besaba tu cuello y toda tu cara.
- Supongo que solo fue eso, una horrible pesadilla.- Habló pausadamente.
- Así es, así que mejor volvamos a la cama, me desperté cuando noté que no estabas.
Ambos habían cambiado de posición hace un rato ya y ahora estabas sentada sobre sus piernas con los brazos alrededor de su cuello besándolo.
- No, aún no.-murmuró en medio del beso-Quiero quedarme un rato más así.- Sentiste sus brazos bajando hacia tu espalda baja, para mantenerte abrazada por allí, suponías.
- ¡De acuerdo Sally~! - Extendiste la última letra con un tono cantarín antes de comenzar a hacerle mimos en el cabello.
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𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀:
El sonido de la puerta abriéndose y unas profundas respiraciones eran lo único que se escuchaba en el departamento. Un castaño de larga nariz se adentraba en el departamento con unas bolsas con algún tipo de comida rápida en ellas, se detuvo y se sonrojó tan pronto observó la escena que había en el sofá, su hermano y su cuñada, y mejor amiga, estaban en éste sumergidos en un intenso sueño. Y tal vez nunca lo diría en voz alta, pero le parecían tan adorables; aunque eso no quitara el hecho de que de nuevo se habían dormido en el sofá, parecía ya una costumbre, incluso recuerda la vez en la que los amenazó diciéndoles que les robaría su cama si no la utilizaban.
- Bueno, ya durmieron suficiente, es hora de despertarlos.
Dicho esto se dirigió a la cocina a por dos ollas, una la llenó de agua y la otra la dejó completamente vacía, con un paso sigiloso se acercó a la dormida pareja y arrojó el agua sobre ellos, que se sobresaltaron, y luego comenzó a golpear las ollas entre sí.
- ¡Oigan tortolitos! ¡Es hora de despertar!
- ¿¡Que rayos?! ¿¡Larry?! - exclamó ____ enojada por despertar la y más de esa forma.
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