Epílogo

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Junhui se moría de nervios. 

Como cada vez que se trataba de Minghao. 

Tres años juntos y su corazón no dejaba de acelerarse con solo pensar en él. Y ni hablar cuando se trataba de ocasiones especiales, en las que quería sorprenderlo. 

Hao siempre le decía que el solo hecho de que estén juntos lo hacía feliz y no necesitaba más. Pero Jun se había prometido bajarle cada una de las estrellas del cielo y lo cumpliría sin importar que. 

-¿No que las cosas cursis no eran tu estilo?- se burló Jeonghan recordando aquella vez cuando su amigo se le declararía al menor. 

-Cállate y acomoda las flores. A él le gustan este tipo de cosas y a mi me gusta hacerlo feliz. Es una ecuación simple Jeonghan.- estaba muy estresado con todo el asunto de la sorpresa y el mayor adoraba aprovecharse de eso. 

-Jun, ese chico es feliz con tan solo saber que respiras, relájate. 

-No es para tanto. 

-Oh dios en serio eres un tonto. 

No había preparado la gran cosa. Quería darle a Minghao lo que le gustaba pero sin perder su sello característico de la simpleza. 

-¿Qué haré si no le gusta? Arruinaré nuestro aniversario completamente. 

-¡Deja de ser un idiota Wen Junhui! Ese chico te adora, casi que te venera. ¿Y tú sigues dudando? Además, ya has arruinado las cosas antes y él sigue contigo. 

-Nombra una. 

-La vez que lo llevaste a patinar sobre hielo, que él no sabía patinar y terminó con un horrible esquince. Hmm... ah también aquella vez que quisiste regalarle ropa y no acertaste a ninguna de sus tallas, ni siquiera en los zapatos... o cuando... 

-¡Bien! ¡Ya entendí! Es que soy un tonto cuando se trata de él, pero en serio no quiero arruinar esto. 

-Y no lo harás... ahora si me disculpas, mi esposo me espera y tu novio llegará en cualquier momento así que debo irme. 

-Gracias por todo Han. Te llamo luego. 

En cuanto estuvo a solas Jun respiró profundamente, su amigo tenía razón, ya había arruinado muchas cosas antes pero esta no podía ser una de ellas. 

Minghao se merecía lo mejor del mundo y quería ser él quien se lo diera. 

/////

-¿Por qué tanto misterio?- cuestionó el menor entre risas. Jun lo había esperado afuera de su hogar para colocarle una venda en los ojos antes de que entrara. 

Lo primero que alcanzó a percibir fue aquella canción que había escuchado hace unos años atrás, "Lover" de Taylor Swift, suavemente sonando de fondo como una melodía de acompañamiento. 

Lo siguiente... fue olor a quemado. 

-Jun... ¿dejaste algo en la cocina?- al instante el mayor se sobresaltó y pasó corriendo por su lado mientras maldecía. 

Inmediatamente Hao se quitó la venda para ver si estaba todo bien pero no esperaba nada de lo que se encontró allí. 

Flores rosas y velas alumbrando tenuemente toda la sala de estar... con el detalle del humo negro que venía de la cocina. Pero eso no le importó en lo absoluto, Jun se había tomado todo ese trabajo por él, porque sabía lo mucho que amaba las cosas cursis. 

Sus ojos se llenaron de lágrimas, solo quería ir y abrazar a su novio, quien no hacía más que molestarse con lo que sea que pasaba con lo que aparentemente era su cena. 

-Lo siento Ming... lo arruiné, otra vez.- el mayor se veía tan consternado por aquello que no notó su emoción por los pequeños arreglos que realizó. 

-Jun... bebé esto es hermoso. 

-¿Qué? ¡No! ¡Quemé la cena, arruiné toda la velada! 

-Cariño no seas tonto, existen los deliverys. No te amargues. Ven a bailar conmigo. 

Minghao subió el volumen de la música y Junhui lentamente fue cediendo, poniendo sus manos en su cintura y acercándolo lo más posible a su cuerpo, Hao lo abrazó por el cuello y comenzaron a moverse lentamente al ritmo de la voz de Taylor. 

-No hay otro lugar en el que quisiera estar más que entre tus brazos Wen Junhui.- habló el pelinegro suavemente. Jun respiró hondo, era ahora o nunca. 

-Te he amado tres veranos cariño, pero los quiero todos...- susurró en el oído de su novio a la par de la canción, mientras él se esforzaba por contener sus lágrimas. Lo abrazó fuertemente para lentamente separarse y arrodillarse frente a él. 

Tomando una pequeña caja de su bolsillo, continuó citando la canción. 

-...tomo esta fuerza magnética de un hombre para que sea mío, amante. Mi corazón ha sido prestado y el tuyo ha estado triste, bien está lo que bien acaba para terminar contigo. Juro ser muy dramático y verdadero a mi hombre... 

-Y dirás todos tus chistes para mi.- continuó Minghao entre lágrimas.- Y en cada mesa te guardaré un asiento, amante... 

-¿Puedo ir hacia donde vas? ¿Podemos estar siempre así de cerca?- Jun abrió la caja en sus manos y le enseñó un anillo con una pequeña piedra negra. Solo entonces, el menor se percató de que él tenía exactamente el mismo en su dedo anular, solo que con una piedra blanca. 

-Si, Wen Junhui, toda la vida si.- Jun le colocó el anillo y lentamente se puso de pie para besar a su... amante. 

Solo en ese momento comprendió definitivamente, que todo lo que había tenido que pasar, lo aguantaría mil veces más con tal de llegar a Minghao. 


Lover «JunHao»Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz