Mis mañanas

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Todas las mañanas espero a que pases a mi lado, a que por fin me mires y me digas susurrando que soy la persona que te hará feliz, que me acojas en tus brazos y sonrías cada vez que te digo algo.

Pero ocurre lo contrario, tú caminas y pasas de largo. Te miro, me miras, pero seguimos sintiéndonos extraños.

Y es que lo somos.

¿Por qué no enamorarnos? Quizás porque primero tengamos que presentarnos.

Pero no me atrevo, no te atreves, no nos atrevemos y todo se queda así en una simple mirada, un simple gesto y una caminata inesperada hacia un encuentro que nunca ocurrirá.

A veces pienso que, quizás no estamos destinados. Pero me vuelvo a perder en tu mirada otra vez, y sé que me he equivocado. Sé que el destino nos tiene algo guardado. Tal vez no hoy, tal vez mañana, pero algún día esto se convertirá en algo más, estaremos enamorados.

Cada día me siento más y más conectada. Sé que te pasa igual, antes no me mirabas, luego pasaste a las miradas disimuladas y ahora no puedes evitar mirar cada vez que me ves pasar. El por qué. No lo sé. Pero a mí me pasa igual.

Porque no atrevernos a hablar, tampoco debe ser muy difícil de realizar. Empezar con un hola y terminar con un adiós dos palabras que nos pueden unir más.

Pero sigue sin ocurrir nada.
Se acaba la mañana y vuelvo a casa deseando que el día acabe ya, para que regrese la mañana y volver a intentar que tú y yo nos volvamos a encontrar.

Y así por fin una vez más intentar lanzarme y empezar a dialogar.

Mis textosWhere stories live. Discover now