Introducción. Así que me olvidaste...

221 12 1
                                    

Harry rehízo su vida...

Lejos de Louis...

Lejos del amor de su vida.

Lejos de esa persona que tanto amaba, y que por un arranque de estupidez -y desesperación- dejó ir.

No había día en que Harry no se reprochara la estúpida decisión que había tomado.

"deberíamos de darnos un tiempo...alejarnos, alejarnos para pensar bien las cosas"

Que estúpido había sido...


Harry estaba sentado en una banca del parque. Un parque al que iba cada dos días seguidos. Un parque a once cuadras de una cafetería, una cafetería que está a tres cuadras de un departamento en el que había vivido con Louis. Un departamento que está localizado en el centro de Doncaster.

Harry estaba mirando embelesadamente como una joven de entre veintidós años de cabello castaño y ojos verdes jugaba con un pequeño niño que seguramente era su hijo.

Los dos lucían muy felices. El niño como podía corría entre el pasto mientras su madre corría para alcanzarlo.

Harry sonrió tiernamente cuando ese pequeño niño abrazó a su madre con un amor tan puro y lindo...

Si tan solo Louis y él hubiera tenido esa familia de la que tanto hablaron.

─No sé porque aún te recuerdo Lou -murmuró a la nada.

Al fin y al cabo habían pasado ya cinco años...

Cinco años alejado de Louis...

Cinco años desde la última vez en que lo vio...

En que vio esos ojos azules, esa sonrisa, ese suave cabello castaño y esa mirada que siempre le dirigía...una mirada llena de amor y promesas que cumplirían. Juntos: como la pareja que eran -o alguna vez fueron-.

Cinco años desde que sintió esos labios y ese cuerpo bajo el suyo.

Pero los celos de Louis arruinaron todo -aunque Harry no le echaba la culpa a los celos-.

Harry culpaba a ese estúpido testamento que había dejado su padre.

Ese estúpido testamento había arruinado poco a poco la confianza que Louis le tenía: haciéndolo mas celoso, posesivo y desconfiado.

─ ¿Harry?

El menor levantó la mirada. Con miedo.

Cinco años de haber escuchado esa voz.

Y ahí estaba. Ahí estaba él. Louis. Su Louis. Mirándolo con asombro y curiosidad.

─Louis... -pronunció, débilmente mientras inconscientemente sentía que una gran sonrisa se extendía por su rostro.

Felicidad...emoción contenida...

Tenían mucho que explicar, mucho por decirse.

Cinco años y los dos con verse a los ojos sabían que ese amor seguía intacto.

Harry se levantó de la banca en la que estaba sentado, y lo miró.

Louis lucia igual que hace cinco años. Se veía tan hermoso como siempre lo hizo. Y esa barba que tenía lo hacía ver perfecto.

Si Harry pudiera lo besaría. Le diría lo mucho que aún lo amaba, lo mucho que lo extrañó.

Le diría que se sintió un estúpido por haberlo alejado de su lado. Que volvieran a rehacer sus vidas. A empezar de nuevo y empezar a construir esa familia que alguna vez desearon.

Pero no podía hacerlo. Había algo que lo detenía a hacerlo.

Algo muy fuerte.

─Te extrañe -fue lo que pronunció Louis mientras se acercaba a él dudosamente. Como pensando si lo alejaría o lo golpearía.

Quedaron cara a cara. Pensando si un abrazo estaría correcto.

─Lou, oh Lou -Murmuró Harry sintiendo como las lágrimas se acumulaban en sus ojos. ─ ¿Por qué? -preguntó mirándolo a los ojos.

Louis no supo a que se refería con ese '¿Por qué?'.

-Podemos empezar de nuevo Hazz. -murmuró con la sonrisa mas grande del mundo.

Harry se sintió desfallecer al escuchar esas palabras.

Si Louis supiera cuantas veces soñó con ese 'empecemos de nuevo'.

-Ya no es tan fácil Louis -pronunció, con dolor.

- ¿Por qué dices eso?

─Harry...

─Papi...

Louis y Harry voltearon a ver de quienes provenían esas voces, se encontraron con los ojos verdes de Melannie Lisonmindely que miraba a Louis con curiosidad. Como tratando de recordar en donde lo había visto.

Louis por inercia desvió su mirada al pequeño niño que tenía agarrada la mano de su madre con fuerza.

Louis volteó a ver a Harry quien al hacer contacto con sus ojos bajó la mirada.


Y el mundo de Louis se fue abajo...

Harry había hecho de nuevo su vida...

Hasta tenía un hijo con esa...

Definitivamente lo había olvidado.

Y sintió que algo dentro de él se rompía.

Volviendo a Iniciar en donde nos quedamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora