Capítulo Seis. Una desilusión...

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─Louis, nos conocemos desde hace dos años, tu mirada parecía en ese tiempo triste, se notaba que tenías algo que no te hacia bien. Y ahora que regresaste a Doncaster te veo con una sonrisa renovada y un brillo en tus ojos que no sé que fue lo que te cambio el ánimo. Aunque a veces vuelves a ponerte triste, pero ya no es como antes.

Cuando Louis había ido a dar un paseo -cuando se había ido de Doncaster para irse a otro lugar-, se había encontrado con Zayn. En ese tiempo Louis tenía veinticuatro años y Zayn diecinueve. Louis se había sentado en el borde de una banqueta, y Zayn se había acercado para preguntarle la hora; dando por iniciado una bonita amistad entre ellos.

─te lo contare cuando me cuentes quien es esa persona del que estas enamorado.

─yo no estoy enamorado –dijo Zayn rápidamente. –solo es un capricho.

Louis lo miró suspicaz. Sabía que Zayn estaba mintiendo.

Esa persona no era un capricho...era otra cosa: tal vez amor pero Zayn se negaba a aceptarlo.

Pero no quería ahondar en la vida amorosa de Zayn, lo que mas le importaba en estos momentos era volver a ver a su Harry.

Louis a eso de las 17:35 entró a la cafetería. Se sentó en la mesa de la otra vez y esperó ansiosamente hasta que Harry se le acercara para pedirle la orden.

Se conformó con solamente mirarlo de lejos, mirar sus hermosos y perfectos gestos, mirar sus movimientos, la forma en la que sonreía. Mirarlo y pensando en todas las cosas que habían pasado juntos.

Estuvo admirándolo alrededor de veinte minutos. Harry notaba su mirada y procedía a sonreír mentalmente.

A pesar de todo lo que había sucedido entre los dos...con esto parecía que no había pasado nada, que todo estaba bien. Pero luego volvían a pensar que todo seguía igual: ellos separados, y no juntos como debía de ser.

─gracias a la buena atención y recibimiento seguiré viniendo a esta cafetería. –pronunció mientras a Harry se le formaba una sonrisa en el rostro después de que fue a darle la cuenta de lo que había consumido: un vaso de agua.

─eso esperamos señor. –se burló Harry, causando que Louis riera alegremente. Con la energía renovada.

Mark desde la cocina negó al mirar esa escena. No le gustaba que Harry probablemente le estuviera poniendo los cuernos a Melannie con ese joven.

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En el colegio de Doncaster rápidamente se corrió el rumor de que la maestra Lisonmindely a sus escasos veintidós años estaba casada y con un hijo, y que su esposo trabajaba en la cafetería de la esquina.

Ese rumor llegó a oídos de Zayn. Que no hizo otra cosa más que romper la rosa de papel que le llevaba.

Eso y no dirigirle la palabra como solía hacerlo -algo que extrañó a la joven-.

Melannie se dirigía a la dirección, había una junta de maestros a la que tenía que ir. Iba con paso rápido ya que llegaría tarde si no se apuraba.

Sintió que alguien la jalaba del brazo y la metía a un pequeño cuarto de limpieza mientras se quejaba por la brusquedad. Melannie se vio atrapada en la puerta, unos brazos estaban recargados en la madera, impidiéndole salir.

Zayn estaba frente a ella, separados por unos cuantos centímetros. Con una mirada medio furiosa.

─ ¿Por qué no me dijiste que estabas casada?

Volviendo a Iniciar en donde nos quedamosWhere stories live. Discover now