Capítulo 32: Nada ha acabado

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Perdón si hay faltas ortográficas...























—Aiden, también vine porque llegó un paquete para ti.

Después de una sesión de abrazos, lágrimas descarriadas y palabras intangibles, ambos hermanos decidieron terminar su pequeña terapia. Y al ver sus caras enrojecidas, se sonrieron con un poco de vergüenza por todas las emociones que se habían desatado en los últimos minutos.

Las palabras de la chica lo dejaron noqueado por un minuto, no era lo que esperaba después de tan extrema muestra de afecto. Pero la castaña lo miraba esperando algún tipo de respuesta mientras se quitaba las lágrimas con el dorso de su mano.

¿Un paquete a estas alturas de la semana? Un escalofrío le recorrió toda la espalda, una oleada de miedo le activó los cinco sentidos de forma instantánea. Cabía la posibilidad de que no se tratara de nada extraordinario, tal vez fuera un paquete normal o alguien se había equivocado de dirección. Pero Aiden estaba seguro que ese no era el caso. Cada vez que un paquete o un "regalo" arribaba a su casa, significa una nueva amenaza, algo horrible.

La parte superior de su gato, la forma en la que lo miró por unos instantes. Muerto, congelado en esa expresión de horror. El sentimiento de miedo volvió a atormentarlo. Recordó haber pensado que el animal estaba siendo muy expresivo para ser solo un gato. El fétido olor le atacó las fosas nasales nuevamente, a pesar de que en ese momento no se encontrara nada en su habitación.

¿Era posible que se tratara de su amigo secreto, después de todo lo que había sucedido? ¿Después de haber pasado días sin recibir nada misterioso?

La respuesta sobraba y la pregunta podría pasar por absurda. Ya que era muy cierto que las posibilidades de que esa pesadilla volviera a pasar, eran demasiado altas. Pero, si era cierto lo que sospechaba, y esta persona horrible había decidido activar su modo creepy y amenazador de nuevo, ¿cuál sería el motivo? Que él supiera no había faltado ninguno de los escalofriantes mandatos de su queridísimo amigo secreto. Todo lo que había hecho, lo hizo en las sombras de su entorno y cuidando que nada fuera tan sospechoso, por si su pesadilla se encontraba más cerca de lo que pensaba.

Entonces, ¿qué había sucedido?

El castaño tragó en seco ante el inminente nudo en la garganta que se le había formado, y el cual no solo era por haber llorado a cántaros, sino por la ansiedad de saber de qué se trataba lo que su hermana recién le había comentado. Por otra parte, la chica al ver la reacción de su hermano, su mirada pasar del miedo a una oscura y fría, la aterró un poco. Y el chico tuvo que calmar sus nervios para que la castaña no se preocupara.

A duras penas pudo encontrar su voz—. ¿En serio? ¿Dónde... está?

—A-abajo. ¿Quieres que te lo traiga?

El chico asintió antes de que ella terminara la pregunta, y la chica ante la respuesta afirmativa, se puso de pie en su lugar. Caminó hasta la puerta, desapareciendo por esta. No pasó mucho para que la adolescente regresara de su misión, una pequeña caja completamente normal descansaba en sus manos. Nada. Esta vez ningún tipo de papel decorativo navideño se encargaba de sellar la marca personal del amigo secreto. A causa de esto, Aiden dudó por un segundo acerca de quién sería el responsable esta vez.

La chica decidió poner la caja sobre la mesita de noche del castaño y adelantarse a ayudar al chico a volver a su cama. A duras penas y con mucho esfuerzo, lograron que se pusiera de pie. De el resto se encargó Aiden, llegando con éxito al lugar donde anteriormente se encontraba. Esta vez prefirió no rechazar la ayuda que amablemente su hermanita menor le brindaba, en cambio, le sonrió de vuelta y le dio las gracias.

Amigo SecretoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz