DÍA 6: Chin-chin

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Ahí estoy cuando la puerta de casa se abre y entra Alba, con una sonrisa que casi le da la vuelta a la cara. Viene hacia la terraza y se sienta en la otra silla, enfrente de mí, mientras deja escapar un suspiro de felicidad.

– Veo que te ha sentado bien volver a salir – digo sonriendo también.

– Uff me he quedado tan a gusto que creo que me voy a fumar el cigarrito de después.

Yo suelto una carcajada porque cada vez que sale a tirar la basura exagera más. Veo que saca un paquete del bolsillo y me sorprendo de que lo dijera en serio.

– No sabía que fumabas.

– Ya – responde con una mueca, como si se disgustara consigo misma por hacerlo. – Intento fumar lo menos posible porque lo estaba dejando, pero desgraciadamente me ayuda a relajarme, y cada día que pasamos aquí me dan más ganas. Me encanta salir a la calle, aunque sea solo a tirar la basura, pero cuando vuelvo me siento aún más encerrada que antes. Igual por eso siento que me hace falta – explica, y yo asiento entendiendo lo que dice.

– O a lo mejor es solo que necesitas el cigarrito de después – repito su broma al ver que ya no sonríe como antes, y ella se vuelve a reír.

– Sí, igual es que tenía un cliché con la basura y no lo sabía – responde divertida, y yo frunzo el ceño confusa porque no la entiendo, hasta que caigo en lo que ha querido decir.

– ¿Un fetiche?

– Eso – contesta concentrada en buscar su mechero y yo me río.

– Bueno pues te dejo tranquila – digo mientras me levanto.

– No molestas ehh.

– Gracias, pero he quedado con Ici para hablar un rato.

– ¿Tu amiga de Londres? – asiento. – Pues entonces la que te deja tranquila soy yo – dice ahora ella con una sonrisa.

Me tiro en la cama con el portátil a esperar que Ici se conecte. No tarda nada en llamarme y sonrío cuando veo aparecer su cara en la pantalla.

– Hola guapa.

– Qué pasa Natinat. ¿Cómo estás?

– Bastante bien para la situación en la que estamos. De momento no lo estoy llevando mal, pero a ver cómo avanza todo.

– Veo las noticias de allí y las cosas solo van a peor. Se va a alargar la situación, ¿no?

– Fijo que sí. Eso es lo que me preocupa, saber cómo va a ser estar encerradas cuando llevamos tantos días.

– Bueno tú no pienses eso. Tómatelo día a día, que así se llevará mejor.

– ¿Tú qué tal por allí?

– Preocupada, porque no se lo están tomando en serio todavía, y viendo lo que ha pasado en Italia y allí, deberían. Pero qué le voy a hacer.

–Joder pues sí, si no vais a acabar peor que nosotros.

– Y que lo digas. Oye, veo que sigues viva, así que entiendo que estos días con tu compañera de piso no-psicópata bien, ¿no? – me río por la forma de referirse a ella.

– Se llama Alba, por si no te lo había dicho, y sí, muy bien.

– Alba, vale, aunque me gusta más llamarla la no-psicópata. Entonces todo guay con ella dices.

– Sí, he tenido suerte. ¿Te imaginas lo que hubiera sido quedarme aquí y luego odiarnos? Menos mal que no.

– Es que tú también... En menudas te metes – me reprocha.

CuarentenaWhere stories live. Discover now