Entonces vino él, y su mamá también lo dejó de segundo. En realidad, los amaba igual, pero para Jun siempre estuvo claro que Yangyang era primero por ser menor.

Luego verían que hacer con el mayor.

Jun pensaba mientras le acariciaba el cabello a Yangyang. Tal vez, se sintió el segundo ese día, cuando Luisana besó a Minghao y no a él. Capaz le dio rabia volver a sentirse así.

Y era tan ridículo, lo sabía.

—Jun...

—Dime.

—¿Puedo dormir contigo?

Jun le dio un último apretón antes de acomodarse bien en la cama con él. Jun se giró y le dio una almohada a Yangyang.

—Duérmete, hoy vas al colegio.

—¿No vas a ir?

—No, voy el viernes.

Hubo un silencio antes de que Jun sintiera el bracito de Yangyang rodeándole la cintura, y su respiración en la espalda.

—Te quiero.

Jun sintió de nuevo la piquiña en los ojos, de alguna manera sintió culpa de haber alejado a su hermanito también.

Rápidamente echó el brazo hacía atrás para darle una nalgada, y gracias a dios el niño se rió.

—Yo también, duérmete.

...

—¿Tú crees que ahí entren más cartas?

—Nojoda, parece una piñata.

Jihoon río en medio de Jeonghan y Joshua, ambos veían de lejos el buzón. La gente seguía metiendo cartas, y pobre del vocero de cada salón que iba a entregar eso.

Pues la dinámica era que, se sacarían las cartas, las ordenan por año y sección, y cada lote se lo darían al vocero para que cuando todos estuvieran en el patio se entregarían públicamente. No se abrirían, sólo se llamaría al dueño de la carta.

Seungcheol suspiró, dejándose caer encima de los hombros de Jihoon.

—Mi salón está minado de cartas, estoy seguro.

—Quítate que pesas.— Seungcheol se quitó, sólo para poner la quijada en la cabeza de Jihoon. El menor volteó los ojos— En mi salón supongo que habrá bastantes.

—¿Las vas a entregar tú?—le preguntó Joshua.

—No, Wonwoo.

El timbre de entrada sonó y por fin Seungcheol se quitó de encima de Jihoon. Todos fueron a sus salones, y mientras caminaban Seungcheol trato de hablar lo más posible con Jihoon.

—¿Ya te comiste las chucherias?

—Sí, hoy traje la malta. La dejé para el final.

Seungcheol sonrió.

—¿Irás a la fiesta?

—No sé.

—Tengo entradaaas— tarareó mientras se meneaba. Jihoon lo vio feo.

Pero terminó suspirando.

—Vuelve a pasarme tus datos para transferirte, los perdí.

—ESOO, EL QUE VA PA LA RUMBIIX.

—A que no voy.

Seungcheol se fue caminando con él hasta que entró a su salón. Mientras que Jeonghan y Joshua los veían de lejos.

U.E.I Sevenzuela -Seventeen-Where stories live. Discover now