Capítulo 14: Culpa

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Caminé hasta el campus enfundado en mis pensamientos, y apenas puse un solo pie dentro del establecimiento, las miradas —todas, sin exagerar— se clavaron en mí como si fuera alguna especie de atracción de circo. Claro que lo era, les había dado un muy buen espectáculo la mañana anterior. Ni una sola boca fue abierta para decir ninguna palabra, el pasillo se sumergió en un gran silencio. Los ojos que me seguían sin disimular eran una tortura. Recordaba esa sensación más que nada, ser observado con asombro y recelo, asfixiándome. Me lo había ganado yo mismo, gritándole a Harmony fuera de uno de los edificios.

Y tendría que soportarlo por varios minutos, tenía tiempo hasta mi primera clase, y había decidido salir temprano de la residencia.

Sin embargo, por el rabillo del ojo, capté una mirada distinta. Era James, el exnovio de Harmony, observándome con la mandíbula tensa. Apreté los labios y continué caminando, porque no quería causar ninguna otra escena.

Él, claramente, no pensaba lo mismo.

Me alcanzó por detrás, tomándome por el hombro.

— ¿Has visto a Summer? —interrogó cuando me giré. Tampoco parecía muy animado a hablar conmigo.

—Cuando dejé la residencia, seguía allí.

—Sé que su primera clase los jueves es en diez minutos.

¿Sabía sus clases? Olvidaba que no hacía demasiado tiempo que había terminado con la pelirroja. A principio de año hubieran estado juntos... y quizá se había acostumbrado a sus horarios. De todas formas, me oprimió el pecho.

Me encogí de hombros.

—No lo sé.

Se rascó la nuca, aún sin estar demasiado contento de tenerme enfrente.

—Entonces... ¿Puedes darle esto a Harmony? —murmuró, extendiéndome una bolsa. La tomé, y dentro se encontraba el gorrito que la pelirroja utilizaba para cubrirse del frío. El que había llevado la mañana anterior.

Parpadeé.

— ¿A Harmony?

—Sí. Se lo dejó anoche en mi residencia.

Lo tomé, asintiendo con la cabeza, y caminé hacia uno de los bancos.

¿Había estado en su residencia? Por Dios que sí, y yo me había torturado toda la noche creyendo que la había hecho sentir mal con lo que había dicho. Obviamente, me encontraba fuera de la posición para hacer un planteo, ¿Y qué si se había acostado con su exnovio por el que había lloriqueado más veces que cualquier persona sana en la última semana? No era mi asunto.

Llevé la bolsa conmigo hasta la salida de mi primera clase, cuando finalmente pude ubicar a Summer, solo porque sus voluminosos rizos sobresalían más que cualquier otra cosa. Y a pesar de que se me hacían adorables, no hubo tiempo para enfocarme en eso, porque no venía sola. Harmony estaba con ella. Me tomé un par de segundos para observarla de arriba abajo, llevaba uno de esos vaqueros holgados que solo los sostenía un cinturón, con un suéter bordó sobre ellos, y unos pequeños mocasines en los pies, que debían estar congelándose.

Y ninguna señal de su usual gorrito.

Me acerqué con las manos sudando, no olvidaba, después de todo, que me había portado horrible con ella la mañana anterior. Lo mínimo que le debía era una disculpa. Cuando alzó la vista hacia mí, se estremeció, como siempre lo hacía, y la manada de elefantes que había intentado contener en mi estómago se desató por completo, llevándose mi pecho consigo.

Para variar, Summer fue la primera en abrir la boca.

—Hola de nuevo, ¿Estás de mejor humor?

Destruyendo al chico ideal (CI #1)Where stories live. Discover now