—¡Tú! –Señalo a Savannah— acércate.

Savannah camino lentamente hasta el pupitre del profesor.

—¿Cuál es tu nombre, bellezza? —preguntó el profesor.

—Savannah —Dijo con voz firme aunque por dentro temblaba.

—Tienes un excelente italiano, o eso veo en tu ensayo –Continuo leyendo su ensayo mientras todos salían del salón— ¿Quién te enseño?

—Mi madre.

El profesor saco un libro de su mochila y lo coloco encima del pupitre.

—Este es el libro que estamos leyendo, no te atrases, tengo muchas expectativas de ti —Le advirtió entregándole el libro.

Después de dos horas de lenguas extranjeras, su siguiente clase era física como parte de ciencias naturales. Era cierto, Annette también se hallaba en aquella clase ya que ella tomaba todas las ciencias naturales avanzadas.

¡Al fin el almuerzo! Savannah añoraba la comida, estaba acostumbrada a comer a la hora que quisiera lo que ella quisiera. Espero que la comida sea rica. Pensó mientras hacia el mismo recorrido que habían hecho con Annette anteriormente hacia el comedor. Ahora podía ver todos los estudiantes, no parecían haber tantos ¿unos cien tal vez? Las puertas del comedor estaban abiertas y su interior iluminado, varias mesas estaban ocupadas y los estudiantes se reunían en torno al bufe que ahora tenía variedad de alimentos.

Savannah se acercó a la barra, se fijó en el proceso que hacían los demás estudiantes y lo siguió: aduéñate de un plato, sírvete lo que quieras y siéntate en una mesa. Savannah se sirvió una gran cantidad de ensalada y carne,  agarro una bebida y muy dignamente se sentó en una mesa que le permitía ver los estudiantes que se hallaban jugando soccer en las canchas.

Se estaba camuflando, adaptándose fácilmente al sistema del instituto. Ojeaba el libro que le había dado el profesor: La 'Ndrangheta. Mafia italiana. Cuando sintió algo en el pecho, era la conexión ¡Samantha! El cubierto se calló de su mano. ¿Qué sucede? ¿Samantha está cerca? Porque siento esto

—¡Ay! —Savannah sobre salto en la silla, era Annette. Pensaba que ya se había librado de ella, ¿no tenía más amigos? Que hacia allí.

–Hola Freaky, te vi aquí sola mirando el aburridísimo libro de lenguas extranjeras, y pensé que sería bueno acompañarte.

—Me asustaste. No es aburrido el libro ¿Qué quieres? –la escudriño Savannah.

—No seas antipática ¿Cuál es tu problema?

Savannah negó con la cabeza para despejarse. Cálmate.

—Discúlpame, aun trato de adaptarme –se excusó—. ¿Cuánto llevas estudiando aquí?

—Tres fantásticos años —Mencionó animada mientras se comía su almuerzo.

—¿Cuál es tu historia Freaky? —preguntó Annette–. ¿Siempre actúas tan raro?

Savannah pensó muy bien su respuesta –Mi padre es militar así que no pasa mucho tiempo en casa, por lo cual me trajo aquí para que no pase tanto tiempo solo.

Savannah no había dicho toda la verdad pero tampoco había mentido, solo había dado una buena movida.  

Annette no había comprendido, claramente Savannah no le había aportado mucha información.

—¡Annette! —La llamo la chica de cabello negro recogido en moño de la clase de lenguas extranjeras—. Jugaremos Voleibol, ¿quieres participar?

The redheadWhere stories live. Discover now