We 1: Honeymoon Avenue ✔

XXVI

Ariana's POV

Luego de que Harry viniera del baño, nos acostamos en la cama, encendiendo la TV. Pusimos un canal al azar, donde estaban empezando a dar We're the Miller? Era una película de comedia, así que la dejamos. {Se las recomiendo:3}

Me acurruqué hacia el pecho de Harry, mientras veía aparecer los subtítulos de la película.

— ¿Tienes sueño, bebé? –preguntó.

— Nope. Sólo quiero abrazarte –confesé.

Él suspiró, y puedo jurar que está sonriendo a pesar de que no lo esté mirando.

— Ví tu tweet –dijo.

— ¿Y?

— Me gustó que dijeras que eres feliz conmigo –susurró.

— Lo soy. Para el poco tiempo que llevamos, nadie me ha hecho sentir como tú, Harry –admití.

— Nadie me ha hecho perder la cabeza –admitió él.

— ¿Eso es bueno? –le pregunté.

— Como no tienes idea. ¿Qué te parece si cambiamos las fotos de Twitter? –preguntó–. Me gustaría que todos sepan que tengo la novia más guapa del mundo.

Reí, pero sin embargo ambos fuimos por nuestros teléfonos. Ví que su pantalla estaba rota, por lo que reí aún más.

— Deja de hacerme bullying –dijo con un puchero.

— Deja de verte lindo –gruñí sin dejar de mirarlo.

Él sonrió mostrándome sus hoyuelos.

Decidí ignorarlo tomando mi teléfono, y entrando a Twitter. Abrí una ventana en el buscador, y entré a Google Images, poniendo "Hariana"

— ¿No tienes fotos nuestras? –dijo Harry mirando a través de mi hombro.

— No nos hemos tomado suficientes –le recordé.

— Bue. ¿Y si mañana hacemos una sesión? –preguntó emocionado.

— Vale –acepté riendo.

Una vez que tuve las que quería, cambié mi foto de Twitter y Instagram. Harry también hizo lo mismo, animado.

— Entra a mi perfil –me dijo.

Le hice caso, entrando a su perfil. Ví que había cambiado la foto del icon, y había un nuevo tweet.

"@ArianaGrande Mi niña bonita"

Sonreí dándole Fav y RT.

"@Harry_Styles: Gordito bonito :3"

Él empezó a reír, y luego me empujó juguetonamente.

— No soy gordo –dijo.

— ¿Acaso no has visto las llantas que tienes? Creo que le sirven a los camiones tráiler –me burlé.

Él abrió la boca impresionado, y me dio la espalda.

— Retráctate –exigió.

— ¿Por qué? Es verdad –le molesté.

Se puso de pie y caminó hacia el cuarto de baño sin decir una sola palabra. Cerró la puerta de un portazo.

— ¿Harry? –le dije confundida.

Pero él no respondió. Me acerqué a la puerta, y la intenté abrir, pero estaba cerrada con llave.

— ¿Harry? –insistí.

Pero tampoco contestó. ¿Se habrá molestado?

Tomé la llave de la suite, y traté de encajarla en la cerradura del baño, y para mi suerte abrió la puerta.

Harry estaba mirándose en el espejo de cuerpo completo. Se había quitado la camisa, y sus ojos estaban tristones y apagados.

— ¿Harry? –le miré asustada.

— ¿De verdad estoy tan gordo? ¿Crees que debería ir más tiempo al gimnasio? –preguntó sin mirarme. Lo único que veía era su estómago plano.

— Harry lo decía en broma. Estás mejor que cualquier chico que conozca –le dije tranquilizándole.

— Me dijiste gordo. No te hagas la inocente ahora. ¡No me mientas ahora! –gritó.

Pude ver sus ojos cargados de dolor, y como sus ojos se aguadeaban, mostrando su punto vulnerable.

— Cariño, sabes que eso no es cierto –le dije.

Él empezó a sollozar, recostándose a la bañera.

— ¿Es normal que hasta tu novia piense que eres gordo? –dijo hablándose a sí mismo.

— ¡HARRY QUE ERA UNA PUTA BROMA! –grité ya estresada.

Él solo me miró sin moverse, por lo que aproveché para asercarme a él.

— Jamás te diría algo así. Eres perfecto para mi, y te amo. No importa si eres gordo, flaco, o lo que sea... Seguiré amándote siempre.

Él tomó mi mano, y me jaló hasta que quedé sentada en su regazo.

— No vuelvas a hacerme algo así –dijo.

— Lo siento.

— También yo. ¡Era una broma! –dijo riendo.

Le miré como su tuviera otra cabeza, pero él seguía descojonado de la risa.

— ¿Qué...?

— Sabía que mentías, sólo quería hacerte sufrir –explicó riendo.

— ¡Serás gilipollas! –reí golpeándole con mi puño, la espalda.

— Bueno, basta. Ahora a dormir, mañana tenemos mucho que hacer –dijo.

Me tomó por las rodillas, alzandome estilo princesa. Me depositó en la enorme cama de la habitación, y luego se tumbó a mi lado.

— Buenas noches mi princesa –dijo su voz, para que luego me quedara en la profundidad del sueño.