DÍA 4: No te tires a un facha

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– Oye Alba Reche, si te mueres diré que la culpa fue tuya, que tuviste la idea de hacer ejercicio – dice Natalia divertida al ver que me he quedado tumbada en el suelo del salón desde que hemos acabado.

– Mira Natalia Lacunza, si fueras buena compañera de piso me habrías avisado de lo mala idea que era esto – respondo dándome la vuelta y tumbándome boca arriba. Ella se acerca y me tiende la mano para ayudarme a ponerme de pie.

– Deberías estirar si no quieres tener agujetas mañana.

Yo la ignoro y me tumbo en el sofá.

– Pues sí voy a estirar, pero sobre el sofá porque total, las agujetas ya las tengo.

Sigo en tirada en el sofá mientras Natalia se toma algo de desayunar y luego se va a la ducha. No es hasta que sale, que encuentro fuerzas para levantarme y hacer lo mismo. El calor del agua de la ducha hace que se me relajen los músculos y cuando salgo me encuentro más cansada que antes. Pues sí que he perdido la forma, que no ha sido para tanto el ejercicio joe.

Me visto, ordeno un poco el cuarto y salgo al salón de nuevo. Desde allí veo a Natalia en la terraza mirando hacia la de Julia, así que salgo a saludar a la gaditana porque supongo que estarán hablando. Cuando voy fuera, dejo entornada la puerta para que Queen no se escape y me giro justo en el momento en el que una pelota se cuela en nuestra terraza. Natalia la atrapa al vuelo y vuelve a lanzarla.

– ¿Qué hacéis? – pregunto confundida.

– ¡Hola Alba! – saluda Julia.

– Jugar con la pelota – responde Natalia a mi pregunta mientras vuelve a atraparla. – ¿Quieres?

Hace el amago de dármela para que sea yo quien se la lance a Julia pero niego con la cabeza.

– Que va, soy súper torpe. Seguro que se me cae a la calle a la primera – ella se encoge de hombros y se la devuelve a Julia.

Acerco un poco las dos sillas que tenemos en la terraza para sentarme en una y estirar las piernas apoyando los pies sobre la otra, mientras veo cómo ellas siguen jugando con la pelota. Es relajante de ver, pero al mismo tiempo sufro cada vez que la tiran porque veo que se les va a caer. Menos mal que no pasea ni un alma por la calle y no le van a dar a nadie en la cabeza si eso pasa.

– ¿No se te cansan los brazos después de haber estado haciendo deporte esta mañana? – le pregunto a Natalia después de estar un buen rato riéndonos y hablando las tres, rato en el que ellas no han parado con la pelotita.

Sin darle tiempo a contestar, Julia interviene emocionada.

– ¿Habéis estado haciendo deporte? ¡Así me gusta chicas!

– Bueno, ya saltó la chica fitness – dice Natalia entre risas. – Hemos estado un ratito, pero mañana más y mejor, ¿verdad Alba?

– Si no queda más remedio... – protesto en broma porque en realidad me apetece seguir haciéndolo.

Julia se va para dentro cuando Gonzalo le avisa de que ha preparado el aperitivo, y nosotras hacemos lo mismo para comer pronto y poder echarnos una buena siesta, a ver si así recupero las fuerzas para poder levantarme mañana.


NATALIA POV

Un molesto ruido me saca del profundo sueño en el que estaba metida y con enfado me giro en la cama para alcanzar el móvil y gritar un poco a quien quiera que me haya despertado.

– ¿Sí? – contesto de malas maneras sin ni siquiera mirar el nombre de la pantalla.

– Pero bueno, ¿qué formas son esas de hablar a tu mejor amiga? – la voz de Ici suena divertida al otro lado.

CuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora