(Narra ____)
Luego que Chloe descubrió en una escena nada bonita a Nash y correrlo, se acercó a mí y me puso una toalla encima.
- Dime qué pasó –dijo furiosa.
- Nash no hizo nada –fue lo único que se me salió.
- ¿Quién lo hizo entonces? –dijo ayudándome a levantarme.
- Te lo diré el sábado cuando lleguemos a Los Angeles, ahora no –susurré.
- ____ estoy harta y asustada. No sé qué te está pasando, tienes una semana rara, qué te está pasando, con quién te juntas, quién te está amenazando, qué es lo que pasa –dijo llorando- hermanita, qué pasa…
- No te lo diré –dije de nuevo.
Me levanté de la cama y busqué ropa interior limpia y también algo para ponerme durante el día, hoy era viernes, hoy sería el último día de todo esto. Suspiré y mi estómago comenzó a gruñir de una forma rara.
- No saldrás hoy de aquí hasta que me lo digas –dijo mi hermana totalmente decidida.
- No evitarás que salga –le dije mirándola fijamente, pero rápidamente desvié la mirada.
- ¿Nash te hizo esto? –preguntó.
- No –dije rápida y claramente- él me sacó de la ducha solamente.
- No lo sé, ¿qué tal si solo lo estás cubriendo?
- No lo hago, ¿por qué lo haría?
- No lo sé, tal vez para salvar su pellejo –dijo ella molesta- ¿estás enamorada de él?
- Sigues haciendo suposiciones idiotas, métete en la cabeza que el único que me gusta y amo es Matthew y Nash es tuyo y solamente tuyo, no sería capaz de dañar ni a una mosca –dije metiendo con cuidado mis piernas al calzón. Me puse unos jeans y una playera negra desgarrada. Me recosté en la salita y me quedé dormida.
(Narra Nash)
Habían pasado ya cuatro horas desde que vi a Chloe, y discutí con ella. Estaba realmente desesperado por aclarar lo que había pasado. No dudé más y fui a su camarote. Toqué un par de veces y ella fue quien me abrió.
- ¿Podemos hablar? –pedí.
- No –dijo molesta.
- ¿Por qué no? –dije molesto también, no podía ser que no me dejara explicarle.
- ___ no me dice todo lo que pasa, no sé si ella te está protegiendo pero… yo sé lo que vi.
- Pues viste mal –dije molesto- yo no le hice nada, cuando entré a la habitación, ella lloraba a grito abierto, entré para verla y estaba hincada sobre el suelo, sangrando. Hubieras visto mi expresión al verla, me asusté y corrí a ayudarla. No la dañaría, nunca dañaría a nadie de ninguna forma.
- Nash… no lo sé…
- Dime algo, ¿____ te dijo que fui yo? –pregunté sin temor a equivocarme.
- No –dijo desviando la mirada.
- ¿Por qué no confías en mí entonces? –pregunté molesto.
- Es que…
- Gracias por demostrarme la confianza, de verdad –molesto me di media vuelta y me fui. No podía creer que ella pensara que yo sería capaz de dañar a su hermana de esa forma. ¿Qué pude haber hecho, violarla? ¡Jamás!