Capítulo 21

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¿Qué te pasó?

Llegué a la puerta de su camarote y antes de tocar respondí el mensaje. 

“Hemos estado hablando unos días y creo que no me importaría decirte mi nombre. Soy Iris, y es un placer irrumpir entre tus mensajes” –envié. 

Toqué a la puerta y Dean abrió. Entré y no me dijo nada simplemente se sentó frente al televisor. Estaba viendo una película de amor. Me senté a su lado y él no me miró. 
- ¿Estás bien? –le pregunté. Sentí cómo mi celular comenzaba a vibrar de nuevo. 
- Sí –respondió. Solo así. 
- ¿Seguro? Luces molesto –le dije. Me miró con el ceño fruncido y luego giró su cara hacia la televisión. 
- Estoy bien, deja de preguntarlo. 
- Lo siento –dije acurrucándome bajo su brazo. Él puso su brazo sobre mi cuello pero no me acariciaba ni decía nada. Decidí leer el mensaje. 

“Es un placer para mí conocer a la chica que hace que mi día no sea una total porquería, soy Lee” –recibí. Lee era un lindo nombre. Ahora por fin podría ponerle nombre al chico que robaba mis sonrisas sinceras. 

“Hola Lee, ¿una total porquería? Deberías de sentirte mejor. Se supone que encontraste el amor y que lo aprovecharías” –envié. 

Dean no me decía nada, ni siquiera me miraba. Al parecer estaba muy interesado viendo la película. Me alejé de él y dejé que mi mente divagara un poco. 

“Se supone que lo aprovecharía pero no tengo la fuerza suficiente. Estoy algo cansado de estar enamorado. Como que el amor no es para mí” –recibí. 

Fui a la cocinita y me serví un café cargado. 

“El amor es algo extraño y difícil de comprender. Admito que para mí fue algo interesante. No lo termino de entender… ahora estoy en la casa de mi novio y él me está ignorando” –realmente me ignoraba. Pensé que esta noche sería como la tarde, tan dulce y encantadora pero vi que no. Tomé unos cuantos sorbos a mi café y luego llegó otro mensaje. 

“¿Ignorándote? Lo que yo haría si te tuviera conmigo. Hablaríamos de todo, veríamos películas, te contaría chistes, jugaría contigo, bailaría, te cantaría, no lo sé… pero me gustaría ser él en este momento” –me llegó. 

“Por extraño que parezca a mí también me gustaría que fueras él en este momento. No entiendo qué le pasó. ¿Será bipolar?” –envié y reí. Dean me observó molesto. 
- ¿Con quién hablas? –preguntó con el ceño fruncido. 
- Con mi amiga de la que te platiqué –mentí. 
- ____ no me mientas, sé muy bien que no hablas con una chica –me dijo molesto. 
- ¿A qué te refieres? –pregunté confundida. Sabía que estaba por descubrirme. 
- ____, deja ese celular y vente conmigo –dijo señalando el sillón. 
- Espera en un momento voy –dije cuando sentí que mi celular vibraba. 
- ¡Que dejes el celular, ___! –me dijo molesto. 
- ¡No! –dije alterada también- ¡Tú no me mandas! –dije con el ceño fruncido. 
- Claro que sí –me dijo caminando hacia mí. 
- No, no es cierto –dije cerca de él. 
- ¿No? –dijo mirándome románticamente. 
- No –dije con el ceño fruncido. 
- ¿Segura que no? –dijo con voz aterciopelada. Negué con la cabeza. Se siguió acercando a mí. 
- ¿Eres bipolar? Primero peleamos y ahora me quieres seducir –dije un tanto incómoda. 
- Tú de verdad no sabes disfrutar del momento –dijo y se alejó de mí. 
- Es que… -lamenté haber dicho eso- es que es verdad. No sé qué esperas ahora de mí. 
- ____, ya vayamos a dormir. Estoy cansado –dijo y apagó el televisor. 
- ¿Solo así, sin hablar, jugar, contar chistes, cantar o bailar? 
- ____, estamos cansados ya. Yo no haré nada de eso, solo quiero dormir –dijo y caminó a la habitación. Dejé que se fuera y leí el mensaje. 

“Ese chico no es bipolar, es un idiota que no sabe aprovechar la oportunidad de estar con alguien como tú. ¡Cómo desearía ser él!” –me envió. Reí ante su mensaje. En verdad a mí también me gustaría estar con este chico misterioso que hacía que mi corazón se acelerara al escuchar la melodía de mi celular. 

“Gracias por ser tan genial. Ahora creo que iré a dormir. Espero que mañana tengamos una conversación como esta, siempre me subes el ánimo. Te quiero Lee” –envié. 

Caminé a la habitación y allí estaba Dean, durmiendo como una piedra. Sobre toda la cama desarreglada y llena de cosas. La verdad no me interesaba mucho estar allí con él. Tomé mi almohada y salí del camarote. 

“Que descanses Iris. Créeme que mañana lo primero que haga al despertar será enviarte un mensaje, para preguntarte cómo te fue con el chico ese” –recibí. 

“De acuerdo, esperaré con ansias escuchar la melodía de mi celular. Que duermas bien Lee” –envié. Iba caminando hacia mi camarote y recordé que Nash también se quedaría allí. Toqué a la puerta y salió Nash con un short negro y sin camisa. 
- ¿Qué haces aquí? –preguntó. 
- Bueno, decidí quedarme aquí –dije y entré al camarote, mi hermana traía un blusón largo. 
- ¿Dormirás aquí? –preguntó. 
- Sí, hoy no tengo ganas de estar con Dean. 
- ¿Te gustaría quedarte con Matt? –preguntó Nash. 
- No… prefiero dejarlo descansar –dije y me acosté en el sillón. 
- Bueno… creo que yo me voy para que ella no duerma en el sillón –dijo Nash y Chloe lo abrazó. 
- No –dije yo- está bien, quédate en la habitación, solo será por esta noche. Mañana veré qué hago –dije. 
- No… en serio, por mi no hay ningún problema –comentó Nash. 
- Quédate hoy –pedí. Me miró extraño y luego sonrió. 
- Está bien –dijo y entró al cuarto con Chloe. 

Estuve tirada en el sillón observando el techo y examinando mi día. La había pasado bien con Dean, solo que esta noche me había confundido un poco. Es bueno y luego no lo es… ¿me pregunto qué le estará pasando? 

Tomé mi cámara y comencé a observar las fotos que había tomado. Noté que tenía muchas de los chicos. Ellos eran realmente guapos, incluso Carter con quien menos hablaba. Parecía ser un chico protector, Cameron también parecía ser protector y el más serio de los cinco. Me gustaría tener una conversación seria con él. En la foto me mostraba esa hermosa sonrisa suya, sus ojos cafés también eran muy bellos. Danielle aparecía a su lado, parecían ser muy felices. Izzy estaba al lado de Carter quien sonreía tímidamente, pero sus ojos estaban totalmente iluminados. 

Nash tenía una foto enojado, fue la que le tomé cuando vieron a Dean por primera vez y otra donde salía haciendo gestos. Él era demasiado genial. Tenía cerca de veinte fotos del odioso asesino de cámaras. En algunas aparecía serio, otras sonriendo y en otras parecía distraído viendo hacia cualquier otro lado. Sus ojos eran hermosos y su sonrisa hipnotizadora. Me puse la almohada bajo la cabeza y traté de conciliar el sueño.

Messages [Matthew Espinosa] ADAPTADA | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora