Capítulo 44

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- Te dije que de alguna forma u otra, no saldrías ilesa de esto –alcancé a escuchar, traté de parpadear para aclarar mi vista nublada pero no podía. Mi cabeza dolió y traté de parar el dolor con mis manos, pero no podía. Estaba atada. Cerré los ojos fuertemente y cuando los abrí, pude notar en dónde estaba. 

- ¿Qué? –dije asustada. En un rápido movimiento, inspeccioné la habitación en la que estaba, era un camarote pequeño y sin luz, yo estaba atada de manos y pies sobre la cama con todo mi cuerpo desnudo - ¿Dónde? –pregunté aún asustada. 

- Sh… tú no te vas a ir de aquí hasta que seas mía –dijo alguien frente a mí, mi cabeza dolía tanto que no podía distinguir la voz. 

- ¡Auxilio! –comencé a gritar desesperadamente, mi cuerpo se movía en espasmos incontrolables, las lágrimas corrían como riachuelos por mis mejillas. 

- No te escucharán –dijo y una música extraña azotó la habitación, estaba demasiado alto, casi juraría que no escuchaba ni mis propios sentimientos, reconocí la canción era Bittersweet de apocalyptica. 

- ¡Auxilio! –grité aún más fuerte. Gritaba llorando y asustada a más no poder, la cuerda que me amordazaba la boca casi no me dejaba respirar. 

- No escaparás –se escuchó cerca de mi oído. Me moví lejos de donde provenía la voz y traté con desesperación desatarme. La voz de Amy de Evanescence apoderaba ahora la habitación. 

Estaba agitada y asustada, cansada de tanto luchar contra esas cuerdas. Sentí que alguien acariciaba con un solo dedo mi tobillo, hasta llegar a mis muslos desnudos. 

- ¡No! –gritaba y me movía con desesperación. Ese delicado dedo se tornó en una mano fría y firme tocando todo a su paso, lastimando cada una de mis terminaciones nerviosas. Alguien jalaba mi cabello, mientras otra persona se encargaba de tocar todo mi cuerpo desnudo. Me sentía tan indefensa y tonta allí, sin poder desatarme y sin poder sentir otra cosa que no fueran esas manos frías acariciando mi cuerpo desnudo, en partes indebidas. 

- ¡Déjame ya, no me toques! –gritaba desesperada. Sentí cómo ponían una mano en mi frente, giraban mi cara hacia el lado derecho, besaron mi cuello y luego se acercaron a mi boca mordiendo mi labio inferior. 

- ¡No, asqueroso pedazo de idiota! –gritaba yo moviendo mis cara a todos los lados posibles. Seguían presionando mi cara hacia un lado, casi sentía cómo mordían mi oreja y estiraban mi cabello. 

Luego de estar luchando contra eso, la música se apagó y todo se quedó en silencio. 

- Haré esto cada noche por el resto del viaje –me dijo la voz misteriosa y distorsionada -. Me llego a enterar que le dijiste a alguien y morirás. 

- ¡Prefiero morir que dejar que me hagas esto! –le grité. 

- ¡No me importa si mueres tú o no, pero te importará si matamos a tu novio o alguno de tus amigos! –me gritó la voz de una mujer. 

Yo me quedé callada, estaba agotada, me dolía todo mi cuerpo y sentía que mis partes femeninas estaban desgarradas por la forma en que me tocaron. Tan sucia y descaradamente. 

- ¡Déjenme ya! –supliqué, las lágrimas corrían más rápidamente y mi corazón palpitaba de una forma acelerada. Sentía que mi piel no daba para más, ardía como si me estuvieran prendiendo fuego. 

- ¡Recuérdalo, cada noche por el resto del viaje! –gritó de nuevo esa voz. 

Sentí que me quedaba dormida otra vez y no pude más, me rendía y cerré los ojos. 

Messages [Matthew Espinosa] ADAPTADA | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora