5. Wangxian

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Cuando todo acabó, Sizhui decidió junto a Wen Ning que era momento de decirle a Wei Wuxian que él era Wen Yuan. Según Wen Ning, Wei Wuxian aun no sabía nada al respecto, y podía entender que quizá Hanguang Jun tampoco había encontrado el momento adecuado para revelarle la verdad.

Pero Sizhui no pudo aguantar más el secreto, y le contó todo. Todos se habían puesto emocionales. Aunque lo negara, Wei Wuxian había llorado un poquito. Incluso Lan Wangji había dejado escapar una sonrisa. Y Sizhui, sin saber muy bien qué hacer, se había agachado para aferrarse a una de las piernas de Wei Wuxian, tal como hacía cuando era chiquito.

Sin embargo, no se había perdido la mirada que compartieron sus padres. Una mirada que contenía demasiados sentimientos y frases que no necesitaban decir para entenderse. Una que dejaba claro que, en efecto, eran almas gemelas. Y Sizhui no podía explicar la calidez que sentía en el pecho al tener la certeza de ello. Uno tendría que estar ciego para no darse cuenta del amor que sentían esos dos por el otro. Sizhui estaba demasiado feliz por ellos.

***

Pero algo que Sizhui no había considerado, era que Wei Wuxian era ciego. Emocionalmente, al menos. Más específicamente, cuando se trataba de lo muy enamorado que estaba Lan Wangji de él. Y de lo mucho que Wei Wuxian correspondía a sus sentimientos.

Después de todo el incidente con Jin Guangyao y Su She, Wei Wuxian había regresado a Gusu con el resto de los Lan. No había dado detalles acerca de su estadía, pero Sizhui había notado que, aun si se quejaba demasiado de la rigidez del Clan Lan, no parecía estar pasándola demasiado mal. Así que cuando ya llevaba más de una semana quedándose allí, Sizhui no pudo evitar hacerle la pregunta.

—Maestro Wei, ¿ahora va a vivir en Descanso en la Nube?

Wei Wuxian pareció atragantarse, pero Sizhui ni se movió. No estaba tomando ni comiendo nada, probablemente solo estaba siendo dramático.

—Sizhui —se quejó—. ¿Qué cosas dices?

—Lleva como una semana viviendo en el Jingshi con Hanguang Jun. Tendría sentido que se quede aquí, ¿verdad?

Los dos estaban caminando por uno de los patios de Descanso en la Nube, sin hacer nada, realmente. Los asuntos entre las sectas aún no habían vuelto a la normalidad después de todo lo que había pasado, así que mientras los mayores se encargaban de atender esos asuntos, los discípulos jóvenes no tenían muchas tareas asignadas.

Wei Wuxian se rio, nervioso.

—¿Tendría sentido, dices?

Sizhui asintió.

—Eh, pues quizá me gusten hacer cosas inesperadas —siguió Wei Wuxian—. Ya lo hablé con Hanguang Jun. Me voy a quedar un par de días más hasta que todo se calme. Luego me iré.

—¿Qué? ¿A dónde?

El mayor se encogió de hombros.

—No lo sé. Me iré con Manzanita a recorrer el mundo. Quién sabe a dónde llegue.

Sizhui se quedó callado. Intentando procesar lo que Wei Wuxian acababa de decir e intentando mantener la calma, soltó un suspiro.

—No puede hacer eso. No puede irse.

—¿Eh? ¿Cómo qué no?

—Que no puede irse así nomás y dejar todo.

—¿Por qué no?

Sizhui comenzó a perder la paciencia. ¿Qué por qué no? ¿Qué acaso no sabía lo infeliz que sería su vida y la de Lan Wangji si se separaban otra vez? Estaban echando a la basura esta segunda oportunidad que se les había dado, y Sizhui no podía permitirlo.

Hilo Rojo - WangxianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora