-¿Por qué? Vamos Camz dime.

-Oh eres insoportable – hablo Taylor – déjate sorprender hermosa, nos vemos en la tarde – Taylor subió las escaleras y me quedé con Camila.

-Entonces no me dirás.

-Entre mas rápido termines tu desayuno, mas rápido sabrás. Iré a lavarme los dientes.

Nuevamente me quedé sola, terminé lo mas rápido que pude, me lavé los dientes en el baño del primer piso y solo me quedaba esperar a Camila. Me senté frente al ventanal que daba al pateo de la casa y era increíble como llovía.

-No llovía así de fuerte desde hace meses – escuché la voz de Camila atrás de mí.

-¿Estas segura que quieres salir?

-Claro – sentí como sus brazos me rodearon y como sus labios dejaron un tierno beso en mi cuello – vamos antes de que se nos haga tarde

-Ok, iré a sacar el auto.

-No – me detuvo – nos están esperando

-¿Quién?

-Solo déjate sorprender quieres – se acercó y sus brazos abrazaron mi cuello – vamos – me besó, entrelazó sus manos con las mías – anda vamos.

Salimos de mi casa y afuera nos estaba esperando un auto, nos sentamos en la parte trasera.

-Buenos días señorita Cabello.

-Buenos días Bert.

-¿A dónde la llevo? – Camila me miró.

-Déjeme en el bosque.

-Como usted diga.

El resto del camino no hablamos nada, solo estábamos abrazadas mirando como todo a nuestro alrededor se mojaba por la lluvia, habían niños jugando en los charcos, madres histéricas que no encontraban un transporte para llegar a casa, algunas calles inundadas. Voltee a ver a Camila quien estaba apoyada en mi hombro y entonces lo pensé… me voy en tres días y estamos recorriendo la ciudad entera para llegar a quien sabe donde.

-¿Sabes que te amo verdad? – eso salió sin pensarlo. Camila me miró a los ojos – sabes que no importa lo que pase, yo te amo – ella solo sonrió. Se que le costaba entender que solo teníamos 3 días.

-Yo… yo también te amo.

Llegamos después de unos 50 minutos, nos bajamos y para mi sorpresa la lluvia había parado así que caminamos hasta llegar al mismo lugar a donde yo la había traído hace algunos meses.

-¿Qué… que hacemos acá?

-Te dije que quería que me acompañarás a hacer algo – caminamos hasta la florería y compramos dos ramos de flores – para tu madre y los míos – sonreí.

Caminamos tomadas de las manos y recordé que la última vez habíamos discutido como 1 hora antes de decidir entrar al cementerio. Fuimos primero a la tumba de sus padres, Camila dejó las flores y me di cuenta que cerró los ojos así que deduje que estaba rezando. Esperé en silencio hasta que terminará y noté lágrimas en sus ojos.

-No… - la abracé con todas mis fuerzas.

-Lau… Lauren – dijo en mi oído – tranquila, es normal que llore.

-No… lo que pasa es que… - dejé de abrazarla pero no la solté, la miré a los ojos –no importa la razón del porqué llores, sea cual sea no soporto verte llorar. Tus mejillas se colocan rojas y se te hinchan los ojos, tu nariz también se pone colorada.

-¿Cómo Rodolfo el reno? – sonreí.

-Si… pero creo que tu eres mas linda – me acerqué y me apoderé de sus labios - ¿estas bien?

-Claro, con ese beso cualquiera podría sentirse mejor – nos tomamos de las manos y ahora era mi turno, tenía que ir a ver mi mamá a la cual no veía hace meses, sentí como mis manos comenzaron a sudar y solté a Camila.

-¿Estas bien?

-Si, solo algo nerviosa – ella sonrió – acá es.

Cuando estuve frente a la tumba me di cuenta de lo deteriorada que estaba y el sentimiento de culpa me invadió. La persona que estaba enterrada acá era la mujer que literalmente dio la vida por mí, la que creía que estaba  haciéndome un bien con dejarme sola pero cometió un error, un error que creo que en el fondo de mi corazón nunca dejé que sanara del todo.

-¿Rencor? – preguntó Camz y la miré.

-Creo… creo que si – el nudo en mi garganta se hizo presente – no sé porque me cuesta tanto entender su decisión, aun después de años la sigo culpando por cosas… por cosas que no tenían arreglo.

-Creo que cualquier decisión que ella hubiera tomado en ese entonces te hubiera hecho reflexionar muchas cosas – Camila me abrazó – en lo que a mi respecta. Tu madre es un héroe – la miré con mis ojos cubierto de lágrimas – ella… ella siguió su corazón, ella simplemente hizo lo que creía que era mejor para ti y para ella y no se equivocó – nos volvimos a mirar – si tu madre no hubiera hecho lo que hizo tu no serías la mujer fuerte, honrada, generosa y llena de sueños – mis lágrimas comenzaron a caer una por una – en el fondo eres igual que ella… y lamento si te hice sentir que no aceptaba tus sueños porque si lo hago – Camila agarró los costados de mi cara y nos miramos fijamente – quiero… quiero… ¡Dios! Realmente quiero que te vayas a new york y cumplas tus sueños, que estudies lo que quieras y que seas una profesional – para entonces las dos ya estábamos llorando – no te niego que me cuesta dejarte ir, no te niego que te voy a extrañar pero no puedo ser egoísta y solo nos quedan 3 días mi amor, solo 3 y no quiero que te vayas creyendo que no te apoyo ni que seré de esas novias que le cortan las alas a sus parejas porque yo… yo quiero que seas grande, quiero que seas grande Lauren.

No me contuve mas y lloré, me lancé a sus brazos y ella me cobijó, la abracé como creo que no había abrazado a alguien en toda mi vida – te amo – dije besando su mejilla y comencé a acercarme a su boca – te amo demasiado – nos quedamos mirando.

-Vas a ir a New York, cumplirás tu sueño, nos veremos cuando podamos y cuando estemos lejos hablaremos por Skype ¿júramelo? – yo solo sonreí.

-¿Hace falta que te lo jure? – acaricié sus labios con uno de mis pulgares.

-No, no hace falta porque te amo y tu me amas y solo con eso me conformó – le sonreí, la agarré de las caderas y la besé, mientras la besaba Camila sonreía en el beso.

-Te tengo otra sorpresa – Camz cortó el besó para hablar – anda ven vamos.

-¿Qué sorpresa?

-Las sorpresas no se dicen.

-Oh vamos Camz…  dime.

-iremos a Almorzar y pasar un hermoso día juntas ¿contenta? – sonreí.

-Anda, vamos que creo que me dio hambre.

Narrador Omnisciente

Mientras Camila y Lauren pasaban lo que para ellas era uno de sus 4 días perfectos en el Instituto en donde estudiaba Lauren y daba clases Camila, sobre el escritorio de la oficina del director dejaban una misteriosa carta que cambiará el transcurso de la historia.

Sessions of LoveWhere stories live. Discover now