A tan temprana edad, Alice Derricks descubrió la realidad del mundo y sus provocaciones mas aterradoras.
Scott, trato de hacerla entender que no todo es como ella lo piensa, que en él habia bondad. Así como el día en que la acogió entre sus brazos y...
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Alice Derricks
Escuchar de la boca de Scott decir que su familia se había vuelto más desunida desde la muerte de Yolanda Nielsen, su madre, todo para ellos había cambiado; especialmente para su padre. Sin embargo, siempre hay un interés que como familia refleja la importancia de uno de los otro. Entre los primos, tíos o abuelos que han permanecen esperanzados.
—Tienes bonita vista, supongo que fue buena elección.—está varado en el pabellón.
—Si, ¿pensé que lo habías visto.—respondo a lo que Scott se acerca a la cocina.
—No solo pedí el más ventajoso para que tuvieras distracción.
—Es buena idea...—dejo las manzanas en el refrigerador.
—Me gustaría, prepararte una ensalada.
—¿A mi?—indago llegando a la mesa.
—Una ensalada de frutas para la futura madre. Es lo que más rico que sale de estas manos.—suelto una risilla, intento mantenerme fuerte y le entrego uno de los platos hondos con bordes verdes.
—La cocina es todo tuyo, iré a cambiarme a tomar un baño muy rápido y salgo para probar esa deliciosa ensalada.—sonrío, él asiente tomando posición de la cocina.
Realmente no me acostumbre estar aquí, estoy sola y siempre tengo la necesidad de encontrar a mi hermana en cuanto antes.
Llegando a mi dormitorio me desvisto soltando cada prenda en la canasta del baño. Mi hermana debe estar angustiada, contando los días que no estoy a su lado. Ni siquiera me he tomado el tiempo de leer algo sobre ella.
Llego a la ducha para bañarme. Llevo el jabón sobre mi cuerpo, el agua deshace cada grumo de espuma. Dejo que el agua se encargue de mi por unos minutos hasta salir de la ducha con la bata puesta.
No tardaré en ponerme un vestido ligero para pasar un par de horas hasta que se haga de noche. Salgo del dormitorio y para mi sorpresa veo a Scott con otro postre de último minuto. En mi llegada a la cocina, observo la concentración que tenía en sus platillos.
—¿Otro?
—Perfecto...—susurró al dejar el chocolate en el platillo.
—No que lo único que hacía tus manos eran una deliciosa ensalada de frutas...
—Y un helado cremoso de chocolate y menta. Lo pedí y lo termine aquí, tiene fresa también. Pruébalo...—me ofrece la cucharilla, la tomo para sentir el helado en mi boca.
El chocolate y el helado de menta llevan un sabor exquisito.
—Delicioso, ¿alguna vez pensaste en hacer postres?
—No sería mala idea, aprendo rápido cuando se trata de aperitivos.
—No lo niego...—sonrío llevando los platos a la mesa que estaba a nuestro lado.
