Cuando salí de la universidad, tomé mi móvil para mirar la hora y me percaté de que tenía algunos mensajes, entre esos, Dylan. Al fin se comunicaba conmigo una persona que probablemente iba a gruñir cuando se enterara de lo que estaba haciendo con mi vida, pero que no me juzgaría.

Dylan: ¿Cómo estás? No hemos hablado en días ¿Sigues viva o ya te comió Londres?

Camile: Sigo viva ¿cómo está todo por allá?

Dylan: Súper, todos extrañándote un poco más de la cuenta

Camile: Espero tener dinero pronto para ir a verlos L

Tomé el autobús y me fui mensajeándome con Dylan todo el camino hasta que llegué a C&B. Saludé a la cajera de planta y luego entré al camarín en donde se encontraba mi amiga colocándose su delantal. Besé su mejilla y luego me cambié de ropa para salir a trabajar.

—Estás actuando como un robot —comentó mientras yo abrochaba mi delantal.

Me encogí de hombros.

—Ya habla, Camile —rodó los ojos.

—Renuncié a la empresa Brackley.

Ella se quedó mirándome, pestañeó un par de segundos algo sorprendida y luego botó el aire que tenía en sus pulmones de manera decepcionada.

—Entonces has escogido.

Asentí levemente y no seguí contestándole, sólo abrí la puerta del camarín y me puse a trabajar.

A eso de las nueve de la noche, cuando estábamos cerrando, un mensaje llegó a mi móvil cuando estaba levantando una silla para ponerla sobre la mesa, de inmediato lo abrí y me percaté de que se trataba de Jared. Mi corazón saltó como cuando ves venir hacia a ti a tu crush, pero esto era diferente, pues era un salto bastante amargo.

Jared: ¿Por qué has renunciado?

Jared era demasiado inteligente como para preguntarme una cosa así, así que probablemente esperaba que fuera directa con él, pero como no lo era...

Camile: ¿No es obvio?

Él no salía en línea, pero apenas envié el mensaje y lo recibió, él se puso en línea y comenzó a escribir.

Jared: No es obvio, pensé que no renunciabas tan fácil a tus sueños

Camile: Existen diferentes caminos para alcanzarlos, Jared

Jared: Me gustaría no haber interferido en este

Camile: Ambos la hemos jodido ¿de acuerdo?

Él tardó en responderme, así que guardé el móvil en mi bolsillo y continué ordenando hasta que todo estuvo en orden. Me despedí de todos y salí junto a Harriet hasta la parada de autobuses.

—Creo que estás cometiendo un error, Camile —me dijo ella mientras esperábamos el autobús que a cada una le servía.

Resoplé.

—Deja que me equivoque ¿sí?

—Sólo espero que no sea demasiado tarde.

Me volteé hacia ella y con el ceño bien fruncido le pregunté molesta.

—¿Acaso crees que si escogiera decirle toda la verdad a Stefan y fuera a confesarle a Jared que estoy loca por él, él dejaría a Emma?

Ella pestañeó sin inmutarse a mi enojo infantil, pues si, era bastante infantil cuando me molestaba como también era infantil cuando hablaba sin parar y soñaba en grande.

El destino que no soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora