Segunda parte. Capítulo 3

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- Sí, dime Toro.

- Te vas a tener que apurar amigo.

- ¿por qué?

- No sé, pero la gente de Japón llamó y quieren hablar contigo en persona. No me soltaron nada, pero dicen que hay que hacer una prueba especial a las I.A.

- ¡Malvada sea! no puedo ni comer, y eso que todavía faltan horas para el inicio. Bueno ya estoy cerca.

- ¡Ay No!

- ¿Y ahora qué pasa?

- Estoy viendo a la vieja fastidiosa ésa de la página web.

- Bueno, vas a tener que auxiliarme con eso.

- ¿Qué? ¿Yo por qué?

- Lo siento amigo tú me debes una de la vez que te quedaste dormido mientras supervisabas la construcción de El Reino y el S.R. te sacó.

- ¿Me lo vas a sacar en cara?

- No, pero necesito que me ayudes un rato con la periodista. Tengo que llamar a Japón y si la vieja se entera va a empezar a preguntar sobre eso; sabes que casi siempre es secreto de mercado.

- Bueno, está bien. Dime que hago -dice Oscar con tono de resignación-.

- Dale un recorrido por las instalaciones. Muéstrale todo.

- ¿Hasta el núcleo y los tubos?

- Sí. Acceso total. De todas maneras no hace nada con ver las cápsulas S.R. ni el núcleo. La magia está dentro de El Reino y ahí entra solo conmigo.

- Okey, y si empieza a preguntar.

- En realidad ¿Qué te puede sacar? Tú no manejas la información secreta. Lo más secreto que puede obtener de ti es qué va a servir la cafetería de almuerzo.

- Arroz con pollo –contesta Oscar riéndose un poco-.

- Jajaja, bueno me hiciste reír, y mira que he tenido un día de perros; si te pregunta algo tú le dices que no estás autorizado para responder y que yo le voy a dar una entrevista completa; me tocará.

- Ahí viene. Bueno señor Troy así será.

Y la llamada se corta. Héctor se queda pensando -¿Qué habrá pasado que Japón está mandando a hacer pruebas a estas alturas? ¿Y qué voy a hacer con la periodista encima de mí todo el tiempo? mejor le llego con una actitud amistosa, sino voy a pasar este fin de semana en tres guerras: la guerra por el paraíso, la guerra con los japoneses y la guerra con la periodista-. Rápidamente se termina de comer la arepa y se toma el café.

- Amigo, dame la cuenta...

Mientras tanto Luisa y Óscar caminan hacia la parte de atrás; entran en el edificio grande que tiene las chimeneas y donde hay unas máquinas muy pero muy ruidosas.

- ¡Esta es la planta de generación auxiliar! -dice Oscar gritando fuerte para que Luisa lo pueda oír-. Aquellas son las turbinas y esas las calderas.

Luisa saca su teléfono para tomar fotos pero Oscar se apresura a hacerle señas para que lo guarde.

- ¡Sin fotos señorita Luisa por favor!

- ¡Pero mis lectores querrán ver...!

- ¡Descríbaselos! ¡por favor!

Guarda el celular de mala gana. Y siguen el recorrido. Oscar le muestra todo; hasta una de las casitas donde se quedan a dormir, que por cierto debe ser la de él porque tiene la llave.

Guerra por el paraíso VirtualWhere stories live. Discover now