Segunda parte. Capítulo 3

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Capítulo3: Los desconocidos.


-          Luisa Costa, prensa –dice Luisa al vigilante que está en la entrada del Nodo 03-

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- Luisa Costa, prensa –dice Luisa al vigilante que está en la entrada del Nodo 03-.

El edificio se ve bastante pequeño para ser una súper-computadora. Hay una construcción relativamente grande, como una pequeña fábrica, con dos chimeneas; Luisa sabe que esa es la planta auxiliar de gas, ya que la energía eléctrica principal proviene de una central hidroeléctrica que se encuentra mucho más al sur, de la cual solo se tiene evidencia por las gigantescas torres de transmisión que están hacia ese lado del complejo.

También pueden verse cuatro antenas parabólicas gigantescas para la comunicación satelital y algunas torres de microondas para las comunicaciones WiFi; así como una serie de casas pequeñas que sirven de alojamiento al personal; pero aparte de eso, solo un pequeño edificio de dos pisos.

Pero ésa es solo una apariencia, porque lo que también se ve son una serie de tuberías enormes de donde sale un viento muy fuerte y Luisa sabe que son los sistemas de ventilación y aire acondicionado, ya que el 90% del Nodo queda bajo tierra donde se ve menos afectado por el caprichoso clima tropical, sobre todo en ésta zona de las llanuras centrales.

La instalación está relativamente lejos de las ciudades debido a que en ésta zona hay menos ruido comunicacional, es decir, menos aparatos comunicándose entre sí y que afecten el funcionamiento del Nodo. Pero también porque hace más difíciles las labores de sabotaje siendo un edificio aislado en medio de la nada que si fuera uno rodeado de posibles intrusos.

- Señorita, tome la identificación de visitante y estacione su vehículo en la zona de allá, pase adelante. -El vigilante procede a abrir la puerta-.

- ¿Allá? –piensa Luisa-, eso está como a un kilómetro de la entrada -En realidad no está tan lejos, pero si está bastante apartado-.

Al llegar a la puerta del edificio principal ve a un hombre afroamericano alto y delgado hablando por teléfono y este le hace señas para que se acerque.

- No se preocupe señor Troy, así será. –corta la comunicación y se dirige a Luisa-; Buenos días señorita Costa, soy el señor Oscar Toro.

- Encantada, puede llamarme Luisa.

- Gracias, usted puede llamarme Oscar. Pase adelante, el señor Troy me indicó que...

- ¿El Señor Troy a qué hora llega?

Y entran al edificio de dos pisos. 

Unos minutos antes Hector se encuentra en un restaurant de carretera.

- Tráeme una arepa de jamón y queso por favor; Y un café con leche grande.

Le dice Héctor al joven que lo está atendiendo. Su intención era desayunar en el Nodo como le dijo a su esposa, pero cuando hay hambre... además no está seguro si después que llegue tendrá tiempo de comer con calma; lo que después de todo le resulta una muy buena decisión ya que apenas se ha comido media arepa cuando suena el teléfono.

Guerra por el paraíso VirtualWhere stories live. Discover now