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Continué golpeando la puerta, tratando de abrirla y así rescatar a mi amigo, pero  todo era inútil, era obvio que no hubiera podido tirar la puerta, lo único que lograba era lastimarme las manos y dañarme mi garganta debido a que intentaba gritar, trataba de emitir el mínimo sonido, y eso forzaba mis cuerdas bucales, pero aun así no estaba dispuesta a rendirme; miraba a otros lados con la esperanza de que alguien pudiera venir en mi ayuda; pero los pasillos estaban vacíos. Sujete entre mis manos el Bey de Lui y cerré los ojos con fuerza mientras en mi mente suplicaba que se detuviera, que la puerta se abriera y pudiera defenderlo; cosa que obvio no ocurrió, lloraba al escuchar esos sonidos tan lastimeros que me ponían los vellos de la nuca erizados, siendo incapaz de sostenerme sobre mis propias piernas, caí al suelo mientras pegaba aquel objeto a mi pecho.

Perdí la noción de cuanto tiempo paso, volviendo en mí cuando escuche el sonido de la puerta abrirse; al levantar la cara, mire a un hombre de mirada seria e intimidante, con un traje a la medida de color negro que contrataba con la piel blancuzca y unos cabellos de café oscuro que fácilmente podría confundirse con negro. Me miro con una expresión de desagrado, para después me paso de largo, acomodándose el saco perfectamente planchado; esa mirada tan fría me hizo temblar, pero en cuanto vi que se alejaba y que la puerta se cerraba, logre levantarme y correr para impedir que esta se cerrara. Al entrar, un nuevo escalofrió recorrió mi cuerpo, podía ver varios vidrios rotos esparcidos por el piso, y mientras avanzaba unos lamentos provenían de una habitación; sintiendo que me pondría a llorar de nuevo, avance con paso tembloroso, hasta que llegue a la puerta de la habitación de donde provenían esos sonidos, estaba entreabierta, así que solo empuje suavemente; mirando como ese cuarto se encontraba con las luces apagadas, pero solo basto un poco de luz para ver un bulto en el suelo. Corrí a prender la luz y de inmediato dirigirme hasta él y me agache.

/Lui\

Con mis manos sujete su rostro cubierto de lagrimas; observe su cuerpo que temblaba, mirando con horror como había marcas de golpes en las piernas de mi amigo, las cuales eran visibles porque traía un short para dormir, apreté los dientes debido al enojo que estaba sintiendo ahora, el hombre que le hizo esto, se encargo de que no fueran visibles las pruebas de la violencia. Abrió los ojos con lentitud.

-¿____?- Pronuncio mi nombre con dificultad. 

Oía el dolor incluso en su voz; acaricie sus mejillas con una ternura que no sabia que tenia; en sus ojos notaba la vergüenza que de seguro le daba por que justamente yo lo viera en ese estado, mezclado con la sensación de alivio. 

/Aquí estoy Lui\

Pegue mi frente con la de él dándole a entender que no me iría, que no pensaba dejarlo solo; en una de sus manos coloque su Bey y escuche un sonido de alivio salir de sus labios. 

-Me alegra que tu lo tuvieras- 

Me sentí mal al creer que pudo haber sufrido al pensar que pudo haberlo perdido; aparte unos mechones del cabello, analizando sus facciones de dolor. Intente cargarlo para llevarlo a la que supuse era su cama, creí que no podría pesar mucho, pues me equivoque, me costo mucho trabajo moverlo y más que tuve que hacerlo con cuidado para no herirlo más de lo que estaba. Pero lo logre, mire una ultima vez sus piernas y volví a acariciarle la frente, en una mesita de noche había lápiz y papel.

/Ya vuelvo\

Le escribí y salí de la habitación; comencé a caminar por aquel departamento que a mi parecer era bastante lujoso, hasta que encontré el baño y por lo tanto un botiquín de primeros auxilios; regrese a el cuarto de Lui y después de que mi amigo se negara por la pena al final accedió a que le curara las heridas, pues aun sangraban ligeramente y no deseaba que se infectara, así que con cuidado pase un algodón remojado en alcohol por las heridas, notando sus muecas de dolor y como su cuerpo se retraía; cubrí sus piernas con vendas teniendo cuidado de no apretarlas de más; me sorprendí que en esos momentos Lui tenia una expresión similar a la de un niño pequeño, comencé a deambular por el cuarto pues la curiosidad siempre fue un defecto mio; me detuve al ver unas fotografías enmarcadas, en más de una aparecía el hombre de cabellos negros junto a Lui, quien mantenía un rostro serio, pero había una en donde era abrazado por una hermosa mujer de cabellos azules como los de él, me sonroje al ver lo hermoso que sonreía Lui, pase mi mano delineando ese rostro infantil.

-Era mi madre- su voz provoco que dejara de admirar la fotografía. 

/¿Era?\

Debí ladear la cabeza en señal de confusión.

-Murió cuando estábamos en el extranjero-  me explico, y yo agache la cabeza al ver como sus ojos se ponían tristes. 

Deje la fotografía y me acerque a él, sentándome en la cama y sujete su mano, mientras con la otra  escribía algo en el papel. 

/¿La extrañas?\

Tal vez era una pregunta tonta, pero note como la analizaba detenidamente. 

- No- susurro, una respuesta que me dejo sorprendida. - Ella esta conmigo- vi como miraba a su Bey. 

Entonces lo entendí; Lui se aferraba a creer que su madre lo cuidaba incluso después de la muerte; y comenzaba a creer que tenia razón, pues si Lui no lo hubiera olvidado en el orfanato, yo no hubiera venido hasta aquí y no me hubiera dado cuenta del maltrato  que sufría; miro el aparato y justo en ese momento soltó un extraño brillo. 

No quería irme, mejor dicho no iba a irme; Lui me dijo que su padre no regresaría hasta después de dos días. Dude un momento, pero al final le mande un mensaje a mi maestra.

/Lo siento, Lui esta en problemas, no volveré a el orfanato hoy\

Pulse "enviar" con nerviosismo; y en lo que esperaba la respuesta alterada de mi maestra, fui a la cocina que ya había ubicado y prepare dos tazas de chocolate caliente.

-Las bebidas calientes, alivian el corazón, asegúrate de darle una a alguien que este afligido- 

Recordé con una sonrisa una de las muchas enseñanzas de la mujer que me había cuidado; y justo cuando termine de llenar las dos tazas, escuche el sonido del celular; estaba nerviosa por saber que me contestaría, más grande fue mi alivio al ver que lo había entendido a la perfección; obvio me exigió una explicación  a detalle de lo que ocurría. 

Ambos tomamos la bebida y vi como Lui sonreía y sus mejillas se sonrojaban por el calor del vapor; me gustaba esa expresión en él; y así paso la noche, el e platicaba de el Beyblade, y yo escuchaba con gusto al ver como sus ojos tenían un brillo de emoción al hablar de ello; hasta que ambos nos quedamos dormidos, pero con las manos entrelazadas, y antes de quedar dormida, me prometí que haría lo imposible por protegerlo. 

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⏰ Última actualización: Mar 31, 2020 ⏰

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Silencio Del Corazón (Lui Shirosagi X Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora