capitulo 13

1.2K 74 3
                                    

Seguí caminando fingiendo que no lo escuchaba gritar mi nombre. Pero en ese momento no me importaba, lo único que quería era alejarme de él y pensar con claridad.
Pero al parecer él no pensó lo mismo, porque al ver que no me volteaba decidió seguirme.
Al llegar a mi altura me tomó de los hombros para quedar frente a él y me miró directamente a los ojos.
-¿dime que es lo que te pasa?-su voz sonó suave esta vez.
Suspire, pero no conteste. En realidad no sabía que decir y me estaba sacando de quicio. 
Me sacudió amablemente los hombros. Pero yo seguía sin abrir la boca. 
-suéltame- le dije casi en un susurro. Pero el siguió sacudiéndome, como a un muñeca de trapo. 

-Te eh dicho que me sueltes, que es lo que no entiendes, aléjate de mí, te aborrezco y no me interesa si sientes algo o no por mí, me da igual lo que pienses, así que ve a otro lado a regodearte en tu dolor, pero déjame en paz-le había gritado demasiado fuerte, pero no me importaba, lo necesitaba lejos de mí.

Lo más lejos posible.

Me soltó como si se hubiera dado cuenta de que tenía alguna enfermedad contagiosa. En sus ojos había dolor, rabia, desesperación.

Pero no me importaba.

 Él estaba en el medio y tenía que deshacerme de los obstáculos. 

-Que has dicho- su voz tembló en un susurro.

-Que te alejes de mí, que no me interesa lo que sientas o dejes de sentir por mí, NO-ME-IN-TE-RE-SAS, es que no te quedo claro- ahora sonaba irónica. 

Una parte de mi sabía que estaba siendo demasiado hiriente, pero lo enterré en lo más fondo y seguí mostrándome desinteresada, o más bien irritable. 

Jackson dio tres pasos hacia atrás chocando con la pared, su mirada... ¡Dios! su mirada...jamás podre olvidar la forma en la que me estaba mirando ahora. 

Me miraba como a un puzle difícil de resolver. 

Quizás eso era yo, un puzle con piezas destrozadas, otras perdidas, imposible de armar. 

-Que te está pasando, tú no eres así-estaba desesperado, desesperado por encontrar una solución lógica, pero no la hallaría, nada en mi era lógico.

Solté una carcajada.

-¿Que no soy así? Pero tu desde cuándo crees que me conoces, no sabes nada, absolutamente nada de mi-mi voz destilabas desprecio. Era como si por un momento pudiera ver a Jeremy frente a mis ojos, diciéndome que era una cobarde, que no le dispararía. Casi podía escuchar su risa.

Me gire a la dirección contraria de donde se encontraba el parque y empecé a caminar, sin importarme que él estuviera hablándome.

-No creí que fueras ese tipo de persona, creí que eras distinta, distinta a todas esas chicas que veo a diario.

-Siento mucho decepcionarte, pero soy igual o peor a ellas-Sonreí con ironía a pesar de que sabía que no podía verme.

-Tienes razón, eres mucho peor que ellas, mi padre tenía razón, las mujeres son todas unas perras que solo buscan un momento de placer o dinero- Eso era desprecio lo que escuchaba, era tan igual a él...

Me gire con el rostro rojo de ira.

-TU QUERIDO PADRE TE DICE ESO, DEBERIAS SABER COMO REALIMENTE ES-solté una carcajada- ¿PLACER? ¿ESQUE ME PERDI LA PARTE EN LA QUE TUVIMOS SEXO? ES QUE TE CREES QUE ME ACERQUE A TI POR PLACER- otra carcajada- ESTAS COMPLETAMENTE DESQUICIADO, ve a ver a cualquiera de tus putas y déjame en paz- Lo mire con todo el desprecio que pude y me gire de nuevo, esta vez dispuesta a irme.

Empecé a caminar pero él me siguió de nuevo y esta vez en lugar de gritarme me beso. Me beso con desesperación, con dulzura, iras, amor, rencor, dolor…

Pero me beso en fin. 

Le seguí el beso a medida que se tornaba más salvaje.

Luego de unos segundos reaccioné.

Lo alejé y le di una cachetada.

-QUE TE CREES- Grite.

El soltó una risa completamente fría y sin humor.

-Me dijiste que fuera a ver a una de mis putas, eh aquí-ironizo.

Pero qué diablos...

Me acerque amenazadoramente y le apunte con un dedo el pecho. Él por acto reflejo dio un paso hacia atrás. Sonreí con sorna. Le había hecho retroceder y ahora me estaba observando con una pisca de temor en sus ojos.

-Tú- mi voz destilaba desprecio- Eres un completo idiota, pero no te preocupes- sonreí- no te voy  gritar de nuevo, quizás ese beso te lo deje de recuerdo, ya sabes lo que dicen, todo enamorado piensa en eso cuando está en su cuarto solo, o no Jackson- lo mire inocentemente batiendo mis pestañas.

Acerque mis labios a los suyos y le hable casi rosándolos.

-Espero que me recuerdes, como una de tus putas, pero mejor que ellas. 

Le giñe un ojo y me fui, esta vez no me siguió y se lo agradecí en el fondo.

Mis límites estaban flanqueando y mi diosa interior estaba reuniendo a los demonios mientras se colocaba la armadura y empuñaba la espada. 

¿Amor o venganza?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora