capitulo 9

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-Me enseñaron que no debía hablar con personas extrañas...- sonreí un poco

-Soy Jackson...y... ahora que ya sabes mi nombre, no soy una persona extraña, me dirás entonces el tuyo. -pregunto con voz seductora

-Soy Luciana, pero me dicen Lucy-sonreí

Jackson solo sonrió.

Baje la mirada, sonreí y seguí dibujando.

Sentía su mirada clavada en mí mientras terminaba mi dibujo.

-Porque una ciudad-pregunto de pronto.

Lo pensé por un momento antes de responder

-Pues...porque hace mucho que no la veo-mi mirada se desvió hacia la ciudad sin querer.

Hacia tanto tiempo que no veía la ciudad, escuchaba el ruido de los carros, las voces de las personas.

-Parece que hay una historia de fondo no-no fue una pregunta, y lo dijo seriamente.

Suspire.

-Puede que sí, todos tenemos algo que ocultar, ya sabes lo que dicen-mi sonrisa fue triste.

-No era mi intención ponerte triste- hizo un puchero.

¡Dios! sus ojos, y sus labios y su cara.

No, Lucy, concéntrate, estas aquí por tu madre, no necesitas a nadie más.

Mire el reloj. Era tarde y necesitaba dormir, mañana me esperaba un gran día. 

No quería irme pero debía hacerlo, así que me levante.

-creo que es hora de que me vaya, un gusto Jackson-dije recogiendo mi cuaderno y mi libro.

-igualmente- me miro extrañado.

Me levante y me dirigí a la puerta, pero antes de cerrarla lo escuche gritar mi nombre.

Me gire cuando alcance la puerta y lo mire.

-espera, ¿te veré de nuevo? - su mirada era esperanzada.

Yo me gire mientras sonreía hacia la ciudad y me dirigí a casa.

Pero el corrió hacia la acera en la que me encontraba.

-te veré de nuevo-su voz fue suave y me acaricio la cara.

Pero no podía tener nada con él, ni con nadie, necesitaba concentrarme en lo que tenía que hacer.

Volví a sonreír y seguí mi camino.

Él se quedó parado ahí y cuando di unos cinco pasos. Lo escuche gritar a mis espaldas.

-¿Eso es un sí?, porque te voz a encontrar Lucy, te lo juro, te encontraré.

Sonreí para mis adentros.

¡Pero qué diablos! 

No había dejado de sonreír desde que se sentó en mi mesa.

Seguí con pasos lentos pero firmes hacia mi casa.

Admirando la ciudad.

Me picaban las manos por sentarme en un parque por el que pase a dibujar lo que veía. Pero necesitaba dormir así que acelere la marcha y seguí hacia casa.

El despertador sonó, pero no tenía ganas de levantarme, hasta que recordé a mama.

Tome una blusa blanca junto con una chaqueta, un jean y nos tacos negros. Sería perfecto para una buena primera impresión.

El plan era casi simple, debería entrar a la empresa de él como practicante y así poder averiguar todo lo que necesitaba para acabar con él. Porque la empresa, no sería destruida, sino devuelta a su dueña, aunque aún no cumplía la mayoría de edad pero, ya estaba tan cerca que casi daba lo mismo. Además mis facciones eran de una persona de unos veinte años, así que con mi identidad falsa, entraría sin problema alguno.

¿Qué tan difícil podía ser?

Tenía mis dudas, aun no estaba completamente segura de esto, aunque era lo que me repetía continuamente. 

Pero en el fondo, tenía miedo del final, tenía miedo de no ser lo suficientemente fuerte como para terminar lo que empecé. Miedo de volver a ver su cara y temblar al recordar lo que paso ese día. Pero sería fuerte, lo seria por ella.

El taxi se estaciono frente al enorme edificio.

Pague al taxista y salí del auto.

Y aquí estaba frente a una de las empresas más famosas del país, que debería ser mía, pero que pronto lo seria.

Sonreí con ironía, porque sería completamente mía.

Llegue a recepción y le dije a la secretaria que era la practicante de la que le había hablado el señor Carlos Miller.

-A sí ¿es ud su nieta?

-si la misma-sonreí

-Muy bien, en unos momentos el señor Stewart la vera para la entrevista, por el momento tome asiento mientras le comunico que ya está aquí.

-gracias-sonreí y me senté en la silla más cercana.

Espere una media hora más o menos, hasta que la recepcionista me llamo.

-Srta. Miller, acompáñeme por favor, el señor Stewart la vera en su oficina.

Seguí a la recepcionista por un largo pasillo elegante, las paredes eran de un color gris con negro y un toque blanco que le daban un aire sofisticado, frio y algo dominante por así decirlo. 

Aquí todo era así, lo que hace mi dinero, pensé. 

Salí de mis cavilaciones cuando la recepcionista me habló. 

-es aquí-

Una puerta de vidrios polarizados.  Que lo escondían del resto de la gente.

Ella toco dos veces la puerta y se escuchó un ronco adelante.

-permiso sr, esta es la Srta. Miller, la nueva practicante.

 PD: la de la foto es Lucy

¿Amor o venganza?Where stories live. Discover now