Capítulo 6.

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Cuando salimos del edifico y nos subimos a su auto, no podía dejar de sonreír y aunque no pudiera verlo, juraría que él también sonreía; prendí la radio y comencé a cantar lo que sonaba:

Hey Jude... Don't make it bad, take a sad song and make it better...

Siempre me ha gustado escucharte cantar- Dijo Christopher cuando acabó la canción.

-¿Por qué?- Pregunté mientras trataba de ajustarme el antifaz de los ojos.

-Porque lo haces muy bien

-Basta, creeré que es más que un cumplido y entonces no podrás callarme

-No dejes de hacerlo. Anda busca otra canción.

A tientas busque los botones de mando para poder cambiar la estación y seguir cantando para Christopher; la radio avanzó y me detuve en una canción que había evitado escuchar desde que nos habíamos separado, más ya no tenía por qué privarme de escucharla y este era el momento perfecto.

I'm not a perfect person, there's many thing I wish I didn't do but I continue learning. I never meant to do those things to you, and so I have to say before I go...

-Sadie... Tenía mucho tiempo que no escuchaba esa canción

-Dos años

-Desde que... Desde que nos separamos ¿No?

-Me recordaba a ti y aunque quería que todo me recordará a ti, esa canción era demasiado

-¿Cambio de estación?

-Esa canción es hermosa y necesita un hermoso recuerdo para sobreponerse al otro

Christopher me tomó la mano y luché con las ganas de arrancarme el antifaz y besarlo sin censura, pero la poca cordura que guardaba para este momento controlo mis impulsos y me obligo a preguntar:

-¿Cuánto tiempo más tardaremos en llegar?

-Estamos a 2 minutos de encontrar el mejor lugar de todos

El silencio del mundo me asustaba, nunca había estado tan nerviosa con una persona, ¿Qué pasaba? ¿Qué lo hacía especial? Supuestamente estaba vetando mis sentimientos, mis ideas confusas sobre él, pero ahora todo cambio, ahora que veo la disposición de sus actos por mi, es cuando comprendo que esto vale totalmente la pena.

No sé si pasaron los dos minutos que dijo antes de que el auto se detuviera completamente, sólo sentí que el frío comenzó a recorrer mi cuerpo, estábamos al aire libre sin salir del automóvil, eso solo quería decir una cosa: la capota había sido levantada. Aún no podía quitarme el antifaz, pero podía escuchar el aire golpeando las copas de los arboles, ahuyentando las nubes cargadas de lluvia.

-¿Dónde estamos?- Pregunté abrazando mi cuerpo para evitar el frío.

-En un lugar donde las promesas que se hacen no pueden disolverse- Respondió y me cubrió con algo que parecía una manta.

-¿Puedo quitarme el antifaz?

-Puedes...

Cuando mis ojos se ajustaron a la inexistente luz pude ver que en efecto, la capota del auto no estaba, Christopher y yo estábamos cubiertos por una manta azul y estábamos en otro punto alto de la ciudad, donde podía admirarse de manera majestuosa. Encima de nosotros, la luna se vislumbra con una tenue luz azul rodeada de estrellas que adornan la noche. Un perfecto paisaje.

Christopher me rodeo con sus brazos y me atrajo hacía él, sin hablar me deje llevar, estaba maravillada con la vista, con la noche, con su simple presencia. Estaba descubriendo que, tal vez, conocí el significado de enamorarse estando a su lado y pasando de ser buenos amigos a querernos un poco más, como cuando estábamos escondiendo sentimientos mientras me besaba la mejilla y cuando deseaba consolarme cuando lloraba de verdad. Habían transcurrido muchas noches de desvelo en la otra ciudad y cuando miraba la luna por mi ventana esperaba ansiosamente que él también la mirará miraras y rogaba a las estrellas que él me viera en ellas y sólo así me quedaba muy dormida, soñando yo con él. Resguardada del frió y tranquila entre sus brazos, me sentía feliz, no podía pedir más, estaba ilusionada, entregada y llena de sus besos, estaba más feliz de lo que jamas creí. Compartíamos más que un sentimiento al entrelazar nuestras manos, más que un camino, lejos de todo y de todos; su respiración y la mía se conjugan en una sola, el calor de su cuerpo desvanecía el frió en el mío, sus abrazos estaban cargados de cariño y deseo.

-¿Sabes cuan extraño era caminar bajo los reflectores de las calles sin ti?- Le pregunté para romper el silencio.

-Sí- Respondió con voz seria. -Sé lo que es caminar con las manos dentro de los bolsillos con la cabeza baja y la mirada perdida en las grietas que están en la acera mal iluminada. Sé lo que es caminar por minutos, largos y tormentosos minutos hasta llegar al lugar donde estuvimos juntos los últimos momentos; dejé de hacerlo cuando Ingrid me buscó para decirme que habías regresado.

-¿Ingrid te busco?

Christopher se acomodo en el asiento y se aferró a mi como si creyerá que nuevamente huiría y me contó lo sucedido:

Iba acompañada por Ariana. Me senté solo en una banca del parque que solíamos frecuentar, veía la gente pasar, riendo sin notar mi triste presencia bajo una lámpara que parpadeaba, el cielo anunciaba una tormenta pero eso no me impedía estar sollozando sin poder derramar esas estúpidas lágrimas que me causaban un nudo en la garganta. Unas sombras acabaron con la poca luz que me iluminaba, sin embargo no le tomé la importancia y no levanté la mirada, yo seguía pensando en la nada, hasta que una mano tocó mi espalda, justo en ese instante comencé a llorar y a sollozar mientras la persona que me hacía sombra trataba de tranquilizarme acariciándome la espalda lenta y tranquilamente, sin mencionar palabra alguna, se sentó a mi lado, y yo tenía las rodillas a la altura de la cara y mis manos cubrían mis ojos, seguía acariciándome y me preguntó ¿Qué haces aquí? y entonces le conté que últimamente te estaba recordando.

-Ella nunca dijo nada de esto

-No quería que lo supieras

-¿Por qué?

-Porque prometimos que no diríamos nada hasta creerlo prudente, yo... Yo estaba muy mal Sadie, te necesitaba ni Ariana ni Ingrid me dijeron donde estabas, sólo me dijeron que estabas bien excepto emocionalmente, eso me quebró...

A pesar de la oscuridad podía ver que Christopher había comenzado a derramar algunas lágrimas. Nunca me gusto verlo llorar, su debilidad consecuentemente era la mía, quería calmas sus ansias y besar cada lágrima que brotaba de su derrotada mirada porque lo amaba con cada poro de mi piel y lo que viví a su lado no lo viviría con nadie más.

-¿Puedes mirarme a los ojos?- Pregunté.

El asintió y entonces continué:

-Gracias. Me hacia falta tu mirada. Es extraño mirarme en tus ojos nuevamente porque pensé que no los vería de nuevo. Tenía miedo de perderte y termine haciéndolo de manera involuntaria. Mira mis labios, pensé que morirían sedientos de ti... Eres como una luz, una luz cegadora que no me permite ver pero, sin embargo, me indica que siga avanzando, eres como ese camino que nadie se atrevé a cruzar, eres como una fría noche de invierno, eres como un rayo de sol, eres como esa piedra en el camino, eres como la Luna y el Sol. ¿Puedes recordar como te hacia sentir? ¿Puedes recordar cada palabra dicha? ¿Puedes recordar como me mirabas a los ojos antes de besarme? ¿Puedes recordar como mis ojos brillaban cuando estábamos juntos? ¿Puedes recordar los te quiero? ¿Puedes...? ¿Puedes decirme qué no te hice sentir bien?

Me acerqué a él para estar cerca de su oído, puse mis manos en sus hombros y susurré:

-¿Te digo un secreto? Sigo completa y absolutamente enamorada de ti.

Y lo besé.

730 días [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora