…
― ¡Elizabeth!― exclamó el Doctor mientras chasqueaba los dedos enfrente de su acompañante.
Elly parpadeó varias veces para darse cuenta que se había quedado inmersa en sus pensamientos.
― ¿Qué paso?― inquirió.
― Te he preguntado si quieres algo de comer.
― ¿Seguimos en el planeta Hammer?― respondió con otra pregunta.
El Doctor no respondió, no se había fijado.
― ¿Cuándo despertaste tú? ¿Despertaste aquí mismo en la TARDIS?― siguió preguntando.
― Si, me desperté aproximadamente 1 hora antes que tu.― contestó mientras la miraba tratando de descifrar sus pensamientos.
…
― ¿Cómo encontraremos una salida?― inquirió Elly mientras caminaba al lado del Doctor.
― Ni siquiera estoy seguro si estamos en una nave espacial.
La nave se sacudió. Elly se aferró al barandal que había en el corredor. Y escuchó una voz que llamaba su nombre. Una voz que tenía tiempo de no escuchar y que extrañaba con todo su corazón.
― ¿Papá? ―preguntó en voz alta.
― ¿Elly? ― preguntó el Doctor extrañado a la pregunta de su acompañante.
La imagen de su padre se reflejó cerca de ella. Elizabeth escuchó solamente su respiración al ver de nuevo a su papá, una respiración cortante. Su pecho se inflaba y desinflaba de una forma descontrolada y notable. Las piernas le temblaban y sintió frio en los brazos. Su corazón se rompía en pedazos. Le dolía la cabeza, no podía pensar en algo más que en su padre, a quien no había visto durante más de 3 años. No dejo de ver la imagen que le causo tristeza. Su vista se nubló por las lágrimas saladas que recorrían lenta y dolorosamente por sus mejillas. ¿Cómo podía ella temer u odiar a su padre? Se sintió vacía, inútil. Y tuvo la necesidad de tenerlo a su lado. Intuitivamente, corrió hacía él.
― ¡Elly! ―exclamó el Doctor. La imagen se distorsionó por un momento, pero no lo atravieso, Elizabeth estaba abrazando a un holograma de su padre, parecía real.
La imagen movió los brazos para poder rodear a la chica.
El Doctor se sobresaltó y le hizo razonar sobre su última declaración sobre los hologramas.
Toda la habitación tomó un color blanco, junto con el suelo. No había ventanas; solo una puerta que se abrió ruidosamente llamando la atención de Elly sin dejar de abrazar a su papá. Deseo estar en Londres, estar en sentada en los pies de su cama, mirando las estrellas y contándolas, justo como lo hacía con su padre. Cerró los ojos, como si esperara despertar de un sueño que parecía jamás terminar.
Elizabeth miró hacia lo que parecía la salida. Y la imagen desapareció sin que a ella se diera cuenta.
El Doctor se acercó a su compañera y le rodeo con los brazos para protegerla y reconfortarla.
El capitán caminó hacia la puerta que deslumbraba con una luz brillante y cegadora.
…
― Usualmente suelo ignorar ese tipo de cosas. ―replicó el Doctor.
― ¿Ignorar? ¿Por qué? ― preguntó alzando la voz Elizabeth. ― Pensé que eras inteligente.
El señor del Tiempo vio a la chica con una mirada asesina.
― ¡Por supuesto que lo soy!
…
Jack Harkness atravesó la puerta sin dejar rastro alguno, dejando en duda al Doctor y a Elly donde se podría encontrar.
El señor del tiempo examinó con delicadeza el pequeño portal, sin saber qué hacer. Elizabeth no volvió a ver al capitán. No sabía con exactitud qué hacer, solamente quería ir a casa, recostarse en su cama y despertar con el olor a huevos fritos por la mañana.
Elly se desprendió de sus brazos, para caminar con dirección a la salida. Sin esperar a la opinión del Doctor, cruzó su pierna derecha y se detuvo. Le ofreció la mano y salieron juntos.
…
― ¿Y bien? ―preguntó Elly.
― El monitor no marca nada. ―contestó el Doctor desesperado.
Elizabeth movió sus pies con rapidez. Miró la pantalla que contenía círculos y líneas.
<<”Fuera de alcance”>>
― Es “Gallifreyano”, no entenderás.
― ¿Qué significa “Fuera de alcance”? ¿Alcance de lo conocido?
El señor del tiempo miró sin comprender a su pequeña acompañante. ¿Cómo podía traducir una lengua solo conocida por él y River Song?
― ¿Cómo sabes qué dice?
― Lo dice, es lo que la pantalla indica, ¿no es así?
― Sí… Pero…
Un estruendoso sacudido alarmó a ambos pasajeros. La TARDIS se sacudió de forma alarmante. Las luces se apagaban y encendían. El Doctor volvió a ver el monitor que no dejaba de emitir una alerta.
― Oh, no. ― susurró.
Elizabeth se movió ágilmente hacia el señor del tiempo. Leyó en la pantalla que indicaba peligro de un hoyo negro.
― ¿Estamos sobre un hoyo negro? ― preguntó incrédula la chica.
El Doctor le ignoró.
Se movió a través de la consola, accionando y girando palancas y botones. La turbulencia aún no cesaba. Movió una última palanca y dijo:
― ¡Gerónimo!
…
La mañana era fresca y Elizabeth se levantó de un salto de la cama. No se encontraba en su cuarto, y las prendas que vestía no eran suyas. Miró en el espejo el camisón que llevaba e hizo una mueca de desagrado, jamás utilizaría algo así. Abrió la ventana y sintió el aire aporrear su rostro. Unos golpecitos en su puerta llamaron su atención.
― El desayuno le espera. ― dijo una voz dulce y tierna detrás de la puerta.
Elly tomó del closet una gabardina gruesa para ponérsela, salió del cuarto y bajó las escaleras con prisa.
Entró a pequeña cocina donde se encontraba el Doctor leyendo un periódico de 1887. Miró su gorro y volcó los ojos.
― ¿Qué haces vestido de Sherlock Holmes?
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My Wonderful Adventure with the Doctor.
FanfictionEra un día como cualquier otro para mucha gente aunque la guerra siguiera en pie, pero para Elizabeth Smith, todo su mundo cambiaría en un abrir y cerrar de ojos. Para Elizabeth Smith, la vida podía ser increíble y única, podía tener cosas imposibl...
"Un recordatorio" Parte III
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