Cuéntame de él

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—Mami.

—¿Si, mí amor?

—¿Yo tuve un papá?

Liliana miró curiosa a su hija, y luego asintió con la cabeza, sonriendo levemente. Era la segunda vez que la pequeña le preguntaba por su progenitor.

La primera había sido a los cinco años, cuando había comenzado el preescolar. Y luego de que la morena le explicara que a veces no todos los niños tienen papás o mamás, la niña no le había vuelto a cuestionar sobre él.

—¿Y qué pasó con mi papá? ¿Por qué no lo conozco?

—Bueno, tu papá se fue antes de que tú nacieras. Hay adultos que no están preparados para aceptar esa responsabilidad.

—No me quería ¿Verdad?

—No te conoció, mi amor. Pero estoy segura que si lo hubiese hecho, te habría amado mucho.

—¿Y ustedes se habían casado?

Liliana asintió con la cabeza, acariciándole sus hermosos rizos café.

—Sí, nos unimos frente al gran árbol de Kanat'ma, junto a muchas otras parejas.

—¿Y eran felices, mami? —sonrió.

Le gustaba que su mamá le contara de su padre, de ella.

—Lo fuimos —pronunció bajo.

—¿Y cómo era él, mami?

—Pues, él era igual de alto que el tío Blaise, tenía el cabello castaño como tú, y ojos café. Era un hombre bastante gruñón, pero tenía su lado dulce también.

—¿Él aún vive en la isla, mami?

—No lo sé, mi amor, tal vez si.

—Tal vez algún día podríamos buscarlo ¿No lo crees? Por ahí ahora sí quiera conocerme —sonrió.

Liliana miró a su hija, y luego la abrazó a ella, besándola suavemente en la frente, y luego en las mejillas.

—Te amo tanto, hija.

—Y yo a ti, mamá.

***

—¿Qué haces? —le inquirió curioso Batiet a Kanat.

—Le voy a pedir un favor a Kanat'ma —le dijo la niña mientras plantaba una semilla del árbol, en el jardín del patio de sus tíos.

—¿Qué le vas a pedir?

—Que mi papá venga a conocerme en el Kok'ta.

Batiet la observó, y luego la ayudó a echarle tierra al hueco donde había puesto la semilla.

—Gracias por ayudarme —sonrió.

—De nada, yo también quiero que conozcas a tu papá —sonrió tiernamente el niño.

Kanat se había quedado en la casa de sus tíos, mientras su madre se había ido a resolver unos asuntos, de los cuales la pequeña no sabía.

***

Respiró profundo, y observó el edificio de oficiales, sintiéndose tan nerviosa. Llevaba más de media hora sentada en una banca, buscando valor para poder entrar allí y buscar a Millian.

Blaise le había dicho que él había permanecido dos años encerrado, antes de que le dieran el alta y aceptara trabajar como oficial en el aeropuerto.

Y es que Liliana estaba tan nerviosa, tenía tanto miedo de volver a verlo, después de su reacción antes de no verse más.

Pensó en su hija, cerró los ojos y se puso de pie, respirando varias profundo.

—No podrá reclamarme nada si lo intenté —pronunció bajo, caminando hacia el edificio, estremeciéndose.

Entró, y se acercó a la cabina de información.

—Buenos días ¿En qué puedo ayudarla?

—Hola, mi nombre es Liliana Roth, estoy buscando a... Un conocido mío, que hace mucho no veo, y me dijeron que podría encontrarlo aquí. Su nombre es Millian.

—¿Tiene su identificación aquí?

—Sí —le dijo buscándola en su cartera, entregándosela.

Y mientras el oficial verificaba sus datos, alguien se paró detrás de ella.

—¿Lili?

Se estremeció por completo al escuchar su voz, sin poder girarse por el miedo.

...

MillianWhere stories live. Discover now