Millian

San Valentín

—Años después—

—Luces hermosa, mi amor ¿A dónde vas?

—Am... Iré a pasear con Bati —sonrió Kanat, mirando a su mamá.

—¿A dónde irán? —le inquirió curiosa Liliana.

—A dar una vuelta por el centro, ver una película, aún no lo sé.

—Hija ¿Tu primo no tiene novia? No creo que a ella le agrade mucho que tú salgas con él a todos lados ¿O es que la chica irá con ustedes?

—Ma, ambos somos adultos ya.

—Kanat, yo sólo no quiero que tú tengas problemas con otra hembra, porque de cierto modo, interfieres en su relación.

—En serio no tienes que preocuparte por nada —le dijo acercándose a ella para darle un beso en la mejilla—. Te amo, ma, vuelvo para la cena.

—Pero Kana-

—¡Te veo luego! —exclamó escabulléndose rápidamente de la casa.

Sí, Batiet tenía una novia, bueno, más que eso, Batiet tenía una compañera, se había unido hacía unos meses atrás con una muchacha... Y esa era ella.

—Estoy yendo para allá, mi amor —sonrió, enviándole un audio.

***

Era una casa pequeña, con un solo dormitorio, un baño, y la cocina y la sala de estar en un mismo lugar, pero, en compensación tenían un jardín enorme. La casa era pequeña aún, sí, pero la harían mucho más grande cuando sus hijos llegaran.

—¡Bati!

Se giró al escuchar la voz chillona de esa hermosa morena y corrió hacia ella para tomarla en brazos y besarla, haciéndola girar con él.

—Te amo, gatita mimosa —le dijo antes de comenzar a repartir suaves besos por el rostro de ella, haciéndola sonreír con los ojos cerrados, ronroneando—. Cómo te extrañé, mi amor.

—Y yo a ti, odio que estemos separados —pronunció abrazándolo—. No me dejes nunca.

—Nunca, mi amor —sonrió alejándola de él para poder mirarla a los ojos—. Juré ante Kanat'ma que serías mi mujer para toda mi vida, y así será.

—Debemos hablar con nuestros papás, Bati. Yo ya no quiero vivir con mi mamá, quiero vivir aquí contigo, en nuestra casa.

La miró y la besó, tomándola en brazos para llevarla al interior de su hogar. Sí, tenían que hablar con los padres de ambos, pero aún no sabía cómo lo harían.

Ni como iban a reaccionar Blaise y Millian con la noticia.

***

Se había despertado al no sentir a Batiet junto a ella, y al ir a la cocina, lo encontró escuchando música y cantando, mientras preparaba algo para la merienda. Afinaba bastante bien ¿Quién lo diría?

Riendo bajo se acercó a él, y antes de poder abrazarlo, Batiet la agarró de la cintura con una de sus manos, y con la otra su mano libre, bailando con ella, haciéndola reír.

—Que hermosa eres, mi amor —sonrió enternecido, antes de hacerla girar y abrazarla a él, para besarla—. Eres mi sueño hecho realidad, Kanat.

—Y tú el mío, Batiet —susurró contra sus labios, sonriendo—. Todo lo que siempre soñé.

—Y nos conocemos de toda la vida —le dijo en un tono suave, separándose a ella para verla a los ojos, y acariciarle las mejillas—. Te elegí mucho antes de que nacieras.