Flowers & Crowns [MDZS-Wangxian]

-Capítulo II-

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   ~Despedidas al Rojo Vivo~

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YunPin era una aldea distante de Yiling, rodeada de campos y campos que la gente utilizaba para cultivar sus alimentos, contaba con treinta habitantes que se constituían en su mayoría por familias de tres o cuatro integrantes. Por ésta razón, habían muchos niños jugando todos los días entre ellos mientras sus padres los vigilaban.

El clan más poderoso de esa aldea era el Clan Yun, eran una familia de cultivadores que terminaron formando una Secta. Cuando habían problemas con seres resentidos, o seres mágicos, ellos eran los que se encargaban del problema, pero, la gente de la aldea debía pagarles, algo que les molestaba a todos en demasía.

Al final, todos decidieron dejar de recurrir en ellos por esa maña desagradable de pedir algo a cambio, ¿Qué se creían? Comparados con los Cinco Grandes Reinos, ellos eran un cero a la izquierda, ¡Ni siquiera el Reino Qishan Wen tenía el descaro de cobrar ese tipo de servicios a gente humilde! ¡Qué atrevimiento!

Afortunadamente, con la llegada de una nueva pareja de cultivadores, aquellos problemas llegaron a su fin. La pareja constituída por una mujer y un hombre jóvenes y recién casados eran cultivadores bastante poderosos, pero no solo eso, sino que la señorita era una hechicera con grandes habilidades en la magia curativa ¡Todos sus problemas se resolvieron rápidamente!

Cangse SanRen, como así se presentó la mujer de hermosos ojos verdes, decidió atender a los heridos y enfermos del pueblo gratis, mientras su marido, Wei ChangZe, se encargaba de defenderlos si sus vidas eran amenazadas por seres resentidos. Los habitantes estaban tan felices de aquello que les regalaban cosas y cuando ellos empezaron a construir su casa, los constructores rápidamente se prestaron a ayudarlos.

En poco tiempo, la pareja se había asentado en un pueblo vivaz, con gente amable y, a los tres años de haberse establecido, la familia del matrimonio se agrandó; ¡Cangse SanRen estaba embarazada!

Todos en el pueblo se enteraron de la bella noticia y dieron sus bendiciones a la pareja, ambos estaban muy felices por el pronto nacimiento de su hijo o hija. Mientras fueron avanzando los meses, Cangse SanRen más debía quedarse en casa pues a cada día que pasaba, el parto se acercaba más y más, debían estar preparados para la llegada del nuevo integrante.

El día llegó y, luego de angustiosas horas para la joven cultivadora, el bebé nació fuerte y sano, ¡Era un niño!

Con el tiempo, la gente del pueblo se acostumbró a los llantos en medio de las madrugadas que provenían de la casa de Wei ChangZe y los rostros cansados de los padres primerizos. Wei Ying, como así decidieron nombrarlo, era un pequeño activo que se dormía a la medianoche y se despertaba en medio de la madrugada para quejarse que tenía hambre, que se había hecho encima o que, simplemente, extrañaba la presencia de sus padres, luego se volvía a dormir, despertándose a la mañana y, por ende, despertando a la pobre pareja que debía turnarse para dormir lo suficiente.

Conforme fue creciendo, más se fue convirtiendo en la viva de Cangse SanRen; Era travieso, empeorando todo cuando aprendió a caminar, pues ahora hacía travesuras a quien pudiera pero nadie podía enojarse con él por las hermosas sonrisas que daba todo el tiempo, como si éstas estuvieran pintadas eternamente en su rostro. Wei Ying se volvió el rayo de sol no solo de sus padres, sino también de la gente del pueblo.

Ellos ya eran en su mayoría mayores, así que la vista de un niño corriendo y riendo por ahí era muy refrescante y revitalizante. Los llenaba a todos de una sensación cálida que no desaparecía jamás desde el nacimiento de Wei Ying.