22

716 102 43
                                    

Matteo

Estoy decidido

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Estoy decidido. Se lo diré. Le diré todo a Luna, todo lo que siento por ella y lo enamorado que estoy. No puedo mas, no puedo seguir ocultándole mientras veo cono ella se muere por el teñido ese. Ámbar tiene razón, él no la merece. Pero me muero de miedo, ¿que tal si mis sentimientos no son correspondidos? Todo indica que no, pero otra parte de mí, se aferra a lo imposible. Y así es la vida, siempre nos aferramos a lo que creemos posible, pero sobre todo, a lo que queremos, a quien queremos.

Me miro al espejo, mi cabello está desordenado, un nuevo grano me ha salido justo en la punta de la nariz. Maldita adolescencia. Unas profundas ojeras recalcan mis ojos, debe ser por lo mucho que me quede pensando anoche, casi y no pude dormir. Mi insomnio tiene nombre y apellido. Luna Valente. Creo que la mayoría de las personas, pasan por lo mismo. Se quedan pensando en alguien a quien quieren muchísimo, mientras construyen escenarios románticos al lado de esa persona especial. Aunque nunca lleguen a realizarse. Es chistoso, antes sólo pensaba en Luna como una cría infantil, pero ahora, la pienso distinto. La veo como la increíble mujer que es.

Desde la sala, escucho a mamá gritar el nombre de Manuel mientras el sonido de lo que parece ser vidrios rompiéndose proviene desde afuera. Me ajusto la toalla en la cintura y me asomo por la ventana. Lo primero que veo es a la señora del frente apuntándole a mi hermano con la escoba, está enfadada, y como no si le acaban de romper su ventanal. A continuación, mi madre sale a la ayuda de su hijo y lo sostiene por los hombros mientras este contiene las ganas de llorar.

Retrocedo unos pasos y me hecho a reír. Esto es tan gracioso. Manuel es famoso en la cuadra por los desastres que hace con la pelota, me sorprende que siempre salga librado y que nunca los castigan como se debe. Después de todo, es el engreído.

— Iré a la casa de Valente, ¿Manuel ya no vendrá no? — digo luego de haberme terminado de vestir, viendo como mamá lo sermonea por su asaña.

— Claro que no. ¿Es que no enriendes que no puedo pagar ventanas todas las semanas? — le dice a mi hermano, quien no deja de llorar, por el sermón, o por la vergüenza.

—Yo sólo estaba jugando. — solloza.

— Me da igual, estarás castigado y no saldrás en dos semanas, ¿me escuchaste?

Salgo de casa antes de que se me parta el corazón por seguir viéndolo llorar. Pero me parece justo su castigo, a pesar de ser un niño, su vida es todo  libertinaje.

En el corto camino hacia la casa de Luna, mi ansiedad aumenta. Preparo mi ridículo discurso, espero decir Todo tal y como lo he practicado. Ya sé que soy patético, solo es decir un par de palabras y listo, pero cuando se trata de algo que realmente te interesa,la cosa se pone intensa. Cuando estoy frente a su puerta, respiro profundo, posiblemente todo cambie cuando salga de acá, y eso de alguna u otra forma, me aterra.

Oye, ¡Me Gustas!, LUTTEOWhere stories live. Discover now