13

1.3K 141 27
                                    


Luna Valente


Si antes pensaba que Matteo estaba demente, ahora no lo pienso ¡estoy completamente segura! ¿trabajar juntos? ¡¿en que diablos pensaba?! Él y yo no podemos coincidir en ideas, no tenemos cosas en común como para plasmarlas en un patético reportaje

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Si antes pensaba que Matteo estaba demente, ahora no lo pienso ¡estoy completamente segura! ¿trabajar juntos? ¡¿en que diablos pensaba?! Él y yo no podemos coincidir en ideas, no tenemos cosas en común como para plasmarlas en un patético reportaje. Y de acuerdo, esto está sonando demasiado pesimista, pero es cierto. ¡solo quiero ahorcarlo! Su idea de “ayudarme” no es nada mas y nada menos que para su propio beneficio. Él jamás pensaria en mí.


¿Y por que le acabo de escribir que me esta cayendo mejor? ¡Definitivamente esto es una pésima idea! Empezando por trabajar juntos y...por pedirle al idiota de su amigo su numero telefónico, y reitero, es un idiota. ¡Se empezo a reir en mi cara porque penso que estábamos saliendo! Estaba a punto de negar todo cuando él finalizó diciendo que Matteo tenía raros gustos.

Debí patearle en el micropene que seguro tiene.

Vamos Luna...controlate. Sacale el lado bueno a las cosas, tú siempre lo haces. Suspiro. El autobús se detiene una cuadra antes de mi casa, lo cual indica que he llegado a mi paradero. Le doy una última mirada al asiento de Matteo, y este se encuentra hablando con la bonita pelirroja de su costado. Muy típico de el. No se en que pensaba cuando voltee a verlo, quizá en despedirme y decirle que sea puntual.

Lo se, soy una estúpida.

Desciendo del vehículo y, fingiendo que a sido una dia fantástico, camino hasta mi casa. Al llegar a la puerta, saco la llave de mi mochila e ingreso. Micaela está mirando tv mientras papá prepara algo en la cocina. No huele a quemado, eso es bueno.

— ¡Ya llegue! — anuncio, dejando la mochila en el sillón.

— ¿Como te fue, hija? — ese es papá — cambiate y lavate las manos que hay un rico guiso de pollo para almorzar.

— Mamá dijo que compremos pizza pero él insistio. — Micaela hace un intento erróneo por susurrar.

— Oye, oí eso.

— Tranquilo papá, estoy segura que te ha quedado delicioso. — lo animo.

— Si, como la última vez que intento cocinar pavo. El pobre animal casi sale corriendo. — suelto pequeñas risitas pero de inmediato me repongo.

Le doy un par de regaños a mi hermana menor y esta se disculpa diciendo que eran simples bromas inocentes. A papá no parece afectarle eso, pues mantiene la sonrisa en el rostro. Lo mas gracioso de todo esto es el mandil de mamá que lleva puesto al rededor de la cintura.

Mi papá se encarga de la cocina cuando mamá tiene jornada de día entero en su trabajo. Estos dias me resultan agradables, tengo mas tiempo para hablar con él y él conmigo. Además, que terminamos viendo Cualquier película de marvel juntos en el sofá, con una buena porción de palomitas.

Oye, ¡Me Gustas!, LUTTEOWhere stories live. Discover now