XXXVI─ King of Hell

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Los que no hayan visto Supernatural se perderán un poco, igual creo que lo pueden leer y si tienen alguna duda solo coméntenla y yo responderé a ello.

Esa mañana despertó como de costumbre. Ya era lunes, el fin de semana había acabado para su desgracia.

Intentó bañarse y arreglarse lo más rápido posible. Esa mañana le había pedido a Jasper que no la llevara a la escuela ya que quería volver a utilizar su motocicleta.

Bajó las escaleras y se preparó una tostada con mantequilla. La sostuvo entre sus dientes mientras que con las otras manos sostenía su mochila y tomaba las llaves de el auto y en cuanto volteó casi gritó de el susto.

Abrió sus ojos de golpe y soltó las cosas de sus manos. Sostuvo la tostada sacándola de su boca y miró con impresión la persona frente a ella.

─ Lydia...

No esperó a que continuara. Dejó la tostada sobre la encimera y corrió a el ángel envolviéndolo en sus brazos con fuerza, cerró sus ojos sintiendo estos arder por las lágrimas de felicidad que se acumulaban en ellos.

─ ¡Castiel, estas de vuelta!

Separó el abrazo y comenzó a dar saltos de emoción haciéndolo reír levemente, luego se quejó de dolor y fue el momento en el que ella se detuvo a observarlo con preocupación.

─ ¡Cass! ¿¡Qué te pasó!? ─ No pudo evitar preguntar apesar de ya saber la respuesta gracias a Magnus. Estaba golpeado, con hematomas en su rostro, su ropa destrozada y su rostro ensangrentado

─ Una larga historia, ¿haz visto a Magnus?

─ Sí, ayer después de la onda...

─ Esta dimensión está en peligro, Lydia ─ Le advirtió ─ Mis hermanos... Los arcángeles... ellos casi nos matan a todos, logramos abrir un portal pero abrimos una grieta por la cualquier cosa podrá entrar aquí.

─ Bien, ahora no tan solo debemos cuidarnos de Victoria y los Voulturi, también de cualquier criatura superpoderosa.

─ Victoria y los Voulturi no son nada ─ Pasó por su lado y tomó asiento, ella volteó cruzándose se brazos ─ Tú podrías vencerlos a todos en menos de una hora, yo con un chasquido...

─ ¡Como Thanos!

Castiel le dio una mala mirasa a la Banshee.

─ Es un asunto muy serio ─ La regañó ─ Leviatanes, demonios...

El ángel detuvo sus palabras frunciendo su ceño, la chica lo miró imitando su gesto.

─ ¿Qué?

─ Podríamos invocar un demonio.

─ ¡Alto al carro, Cass! ─ Movió sus brazos en histeria ─ No vamos a invocar ni madres...

─ Conozco el rey de el infierno, y en el estado en el que nos encontramos Magnus y yo no creo que podamos hacer nada, ni tan siquiera sé donde está la grieta.

─ ¡Tienes alas! ¡Puedes buscarla!

─ Ya no más, Lydia...

Lo miró con impresión cubriendo su boca con ambas manos.

─ Digamos que nadie la pasó bien en donde estuvimos ─ Se encogió de hombros tratando de ocultar lo mucho que le dolía tener sus alas rotas ─ ¿Lo invocamos o no?

─ Mierda, ¿qué tan malo es? ¿Tienen cuernos y cola? ¿Largos dientes? ¿Son de color rojo?

─ Nada de eso, lo podrías ver por la calle y creerías que es una persona normal, solo tienen ojos negros y pueden desaparecer.

La pelirroja hizo una mueca, ligeramente decepcionada.

─ Talvez sea mejor solo llamarlo...

─ ¿Llamarlo? ¿¡Tienes el numero de el maldito rey de el infierno!?

─ Tengo el número de Dios, pero ese no es el punto.

La chica miró en blanco tomando asiento en el suelo.

─ Esto es demasiado para procesar.

Observó con el ceño fruncido como el ángel se levantaba y comenzaba a buscar su teléfono móvil encontrándolo en la sala. Marcó un número, esperó unos segundos y luego gruñó dejando el teléfono donde antes estaba.

─ No hay señal.

─ No puedo creer que en serio esto esté pasando, y que estes intentando contactar a el rey de el infierno ─ Habló aún cohibida ─ Justo en mi ideología ateísta, ¿es guapo?

─ ¿Crowley? Es algo insoportable, sarcástico y muy bajo, con muy poca paciencia ─ Pasó por su lado ─ Lo vamos a invocar a la antigua.

─ No creo sea buena idea.

Pero el ángel la ignoró subiendo las escaleras.

Guardó su movil en su bolsillo y llegó hasta Castiel, su mandíbula cayendo al suelo al verlo buscar cosas en una caja que ocultaba bajo su cama.

─ ¿¡Qué pedo, Castiel!? ¡Todo esto estaba en nuestra casa!

─ Solo son cinco armas con balas de sal de roca, un aereosol, un cuchillo mata demonios, sal de roca, cuchillo de arcángel, cuchillo de ángel, huesos de gato, sangre de cordero y...

─ Mierda, mierda, mierda ─ Lo interrumpió con sus ojos bien abiertos ─ ¡Eres un ángel satanista!

─ ¿Qué es "satanista"? ─ Frunció su ceño confundido mientras tomaba el aereosol, una copa que tenía unas piedras dentro y una caja de fósforos.

─ Esto no puede estar pasando ─ Se llevó las manos a su cabeza volviendo a seguir a el ángel hasta el primer nivel de el hogar.

Cuando llegó hasta él lo vio con todo en el suelo, el aereosol en su mano mientras dibujaba un círculo en el suelo de madera.

─ ¡Castiel, el maldito piso!

Su presión debía estar en el cielo, estaba apunto de morir por un ataque cardiaco.

El ángel volvio a ignorarla dibujando una extraña estrella dentro de el círculo y luego colocando la copa frente a el círculo

─ ¡Esto es pasarse de pinche lanza! ─ Lo señaló histérica cayendo sentada en el suelo.

El angel susurró unas palabras y luego encendió el fósforo dejandolo caer en el interior de la copa. Esta hizo una pequeña explosión, llamas saliendo de ella.

Ambos esperaron en silencio, pero nada aparecía.

─ Creo que el viaje te hizo daño, Castiel.

Exclamó cuando una figura apareció en el interior de el círculo.

─ ¿Quién utiliza las invocaciones en 2020?

La banshee miraba horrorizada todo. Primero que nada, alguien había aparecido, segundo que nada, el año no era 2020.

Y sin más, se desmayó.

banshee➨ j. haleWhere stories live. Discover now