Escucha

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Varios meses han pasado, Sana ya está terminando su primer año en la carrera de idiomas y parece ir todo bien, hace videollamadas con su madre y sus amigas, quienes orgullosas le repiten una y otra vez cuanto la quieren. Sana se ha mantenido firme en no dejarlas de lado y les cuenta practicamente todo lo que hace.

Excepto por un detalle.

Lleva su mochila en la espalda y una leve sonrisa acompaña sus labios, muchas personas en la universidad ya saben de su sexualidad porque la han visto, o al menos ya saben que le gustan las chicas, por lo que algunas de sus compañeras le sonríen de forma coqueta y sugerente, Sana sólo les corresponde inocente.

Conoce el camino a su departamento casi de memoria, es el trayecto que más ha hecho durante el año, se detiene en una tienda para comprar algunas cosas para comer en casa.

Ingresa y revisa la hora, aún tiene tiempo para siquiera darse una ducha, pero todos sus sentidos se ponen alerta al escuchar un ruido extraño. Mira alrededor con ojos afilados y listos, preparándose para todo, Sana sigue siendo una cobarde que salta como un pequeño gato al mínimo movimiento extraño.

-¡Bu~!- Una dulce voz derrite su corazón y un agradable peso carga su espalda- Hola~- Gira su rostro- ¿Te asusté?- Sana no puede evitar sonreir.

-Sí, mucho- Junta suavemente sus narices- Hola

Ambas rieron dulcemente, Sana dejó sus cosas en su habitación y volvió a la sala donde estaba su novia, sí, su novia, ni siquiera ella se cree haber llegado tan lejos con una chica. Lo que Sana pensó acabaría rápido, se le fue de las manos y de un salto ya llevaban más de medio año juntas, pero no le molestaba para nada, Dahyun es probablemente lo mejor que le regaló Corea desde su llegada.

La menor se preocupa por Sana, es atenta con ella, la cuida, la hace reir, es todo lo que alguien podría buscar en una novia y Sana por primera vez se está dejando querer de esa forma. Quizás en Japón también hubieron chicas que pudieron tratarla igual, pero sólo en Corea, lejos de todos quienes la conocen, Sana siente la confianza y valor de besar a su novia en público, de salir a citas, de abrazarla, de ser una pareja normal con ella, en Japón siempre esperaba a estar en un cuarto completamente a solas y luego hacer como que no las conocía.

Y quizás es porque el destino quería que Sana estuviera con Dahyun, que sus primeras experiencias serias fueran con Dahyun, que su primer amor de verdad sea Dahyun.

-No pensé que estuvieras aquí aún

-Quería sorprenderte

Sana le dio una copia de su llave a Dahyun, lo decidió por temas de seguridad ya que se conoce, podría perder sus llaves, además así su novia tiene más libertad para entrar y salir de su departamento cuando quisiera. Dahyun no suele casi hacer uso de la llave, no le gusta ir si Sana no está, a menos que quiera darle una sorpresa como en esa ocación.

-Hey, Sana...- Llamó desde el sillón.

-¿Si?- Preguntó curiosa la nombrada.

-¿Sabes? Mi madre habló conmigo, quiere conocerte- Sana sintio sus mejillas sonrojarse- N-No te presiono, sólo si quieres, ¿Bien? Es que... llevamos bastante tiempo y ya se le hace curioso, hace mucho que sabe que estoy saliendo con una chica

-No te preocupes- Sana se inclinó para besarla en la frente- Sabes mis días libres, organizalo y me avisas ¿Bien?

Dahyun sonrió radiante y envolvió en un apretado abrazo a su novia, Sana no tenía problema con eso, si la madre de Dahyun no tenía problema con que ella fuera una chica, es que no había nada que temer.

El resto de la tarde se la pasaron juntas bajo una manta y viendo la televisión, Sana estaba algo cansada, pero procuraba hacer lo posible por escuchar todo lo que su novia tenía que decir con sus ojos adormilados.

10 segundos - SaidaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum