Capítulo 1

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Una pelinegra de ojos acaramelados y un castaño de ojos chocolate se encontraban en un auto blanco con el aire dándoles en el rostro, puesto uno de ellos se negaba profundamente a hablarle al otro.

Lee DongHun estaba disgustado. Después de la muerte de su padre, su madre había encontrado a otro hombre y se había casado con él sin siquiera mencionarle; él sabía que no podía cambiar la desición de su madre o hacer que ella la cambiara, así que no le quedó otra opción que simplemente tolerar al sujeto.

Sabía que eran adinerados, puesto su madre le había comentado que irían a vivir a su casa puesto la de ella era bastante pequeña para los cuatro.

Emprendieron un viaje de 9 horas para llegar a Busan, donde estaba la casa de su padrastro. DongHun estaba muy asqueado de todo ese asunto, ya que él aún no había aceptado la muerte de su padre, y su madre se casó rápidamente. Era algo que él no entendía.

— Entonces cariño, ¿Qué te parece Busan? Irás a estudiar a una universidad cercana a casa, así que el trayecto será corto — La madre del castaño intentaba animar a su hijo que continuaba con una expresión de desagrado que podía apreciarse con facílidad a pesar de estar cabizbajo.

El de ojos chocolate, levantó la mirada, viendo así una casa enorme; sabía que esa era la casa del esposo de su madre. Cuando el auto paró, bajó de él y tomó sus maletas ayudando a su madre con algunas.

Escalón a escalón.
Latidos y sudor.
El asco y el amor.

Al tocar el timbre, un hombre alto, cabello rubio cenizo y ojos verdosos vestido con buenas ropas abrió, así su madre lanzandose a sus brazos y dándole diversos besos en el rostro.

Buen día, tu debes de ser DongHun ¿No? Tu madre me ha contado de ti. No puedo esperar para que conozcas a Buggie — A Hun le importaba poco, así que simplemente asintió con una falsa sonrisa esperando ver a un niño pequeño con un aspecto propio de tener como apodo "Buggie".

Al entrar a la casa, la elegancia se notaba en cada esquina, una suave alfombra color crema los recibía dentro de las paredes con tallados armoniosos y un amueblado minimalista con colores grises y blancos. DongHun sonrió al ver que en eso se convirtió su vida.

¿Qué edad tiene Buggie? — Preguntó mientras buscaba con la mirada algun rasgo característico de un niño pequeño en una casa siendo interrumpido por una voz suave y calmada, viniendo del marco de la puerta.

23, y tú tienes 25 ¿No? — Dijo calmado mientras caminaba hacia ellos.

Era un joven con cabello corto teñido de rojo, un rostro de rasgos finos, unas mejillas redondas y unos pequeños ojos azabaches viéndolo con interés.

Comenzó a analizarlo con la mirada, notando así que era un joven bien parecido, que tenía a varias chicas tras de él, era el típico chico lindo, rico, molesto y popular de la escuela.

Cerró sus ojos pensando en lo difícil que sería convivir diariamente con él, para después inclinarse de forma leve mostrando un gusto en conocerlo que obviamente era nulo.

Mi nombre es Lee DongHun, es un gusto conocerte... Uh... — Tuvo una pequeña pausa para lograr recordar el nombre de aquel pelirrojo, aunque poco después el apodo "Buggie" inundó su mente.

YuChan, Kang YuChan. Un gusto — Sonrió al tiempo de inclinarse, dejando así ver la raíz perfectamente cuidada de su rojizo cabello y por un breve tiempo una sonrisa ovalada de dientes grandes.

El señor Kang le ofreció a DongHun mostrarle su nueva habitación, que afortunadamente para él no sería compartida con "Buggie", así que el castaño no vió nada de malo en acceder y poder conocer al fin dónde pasaría la mayoría de sus nuevos días.

Cada paso que daba por dicha casa, era como estar pisando un pequeño paraíso, la elegancia y riqueza se notaba incluso en el aroma y vibra de la arquitectura antes mencionada.

Paso a paso.
Uno, dos, tres, cuatro...
Los escalones se hacían infinitos.

Finalmente llegaron al tercer piso que correspondía a las habitaciones, donde al de ojos chocolate le fue explicada la ubicación de cada sala y su función, llegando así a la última habitación que sería la del antes mencionado.

Al abrir la puerta, una acogedora alfombra de color azul pastel le dió la bienvenida, así dejando ver a una mediana distancia una cama tamaño matrimonial con sábanas blancas, una ventana con un reposador al lado de una estantería con los libros más interesantes que puedan imaginar, un escritorio con computador, bolígrafos y diversas cosas que un universitario ocuparía y finalmente una hermosa maceta colgante que contenía las flores favoritas del castaño.

Unas hortensias de plástico perfectamente detalladas, puesto que no tenía tiempo para cuidarlas y mucho menos la estabilidad en el clima, debía conformarse con tener un acompañante plástico.

— Y bien... ¿Te gusta tu habitación? Creímos que te gustaría tener un lugar cómodo para relajarte sabiendo lo dura que puede llegar a ser la universidad — Dijo el oji verde sonriente y con gran orgullo en su voz.

El castaño asintió ante la pregunta del mayor y sonrió inclinándose, agradeciéndole de esa forma la hermosa habitación que ahora era de su propiedad.

— Bueno, los dejaremos solos para que puedan conocerse un poco más y se acostumbren a estar juntos — mencionó la pelinegra arrastrando al rubio cenizo por la manga del saco hacia otra habitación, dejando solos así al castaño y al pelirrojo.

Un silencio incómodo se hizo presente en aquella sala de paredes blancas, dejando así a un castaño sentado en el filo de su cama y a un oji azabache recargado en el escritorio ajeno mirando en direcciones contrarias.

Ya que estaremos juntos por un largo tiempo, deberíamos siquiera ser capaces de vernos a los ojos — Rió sonriente e irónico el de ojos chocolate levantando la mirada para ver así al pelirrojo.

El contrario respondió con su risa al igual, sentándose en la silla del escritorio, quedando frente al castaño y recargandose en la misma.

Eso creo. Bueno, puedes decirme, contarme o preguntarme lo que gustes, pero me tomaré el atrevimiento de ir primero — Dijo para acto seguido carraspear la garganta y verlo directamente a los ojos — Según supe por boca de tu madre que te especializarás estudiando literatura ¿Es cierto?

El castaño asintió con la cabeza dándole la razón, mientras una ligera sonrisa se apoderaba de sus labios.

— Así es — Respondió — No pude entrar apenas terminé la preparatoria, así que voy cursando apenas el tercer semestre, el cual comenzaré aquí.

Comenzaron a charlar sobre las especialidades en las que se encontraban estudiando, al parecer el joven Chan estaba cursando medicina pediátrica en su quinto semestre.

Después de un lapso extendido de tiempo, compartiendo charlas y bromas, DongHun al fin tuvo la valentía de hacer la pregunta que más anhelaba ser respondida en ese momento.

— YuChan, ¿Qué pasó con tu madre? — preguntó para ser respondido con un suave suspiro y desvío de mirada por parte de su contrario.

El pelirrojo simplemente tuvo oportunidad de salir de la habitación y entrar en la propia azotandola, dejando al castaño sumergido en sus pensamientos.

Se tumbó en la cama.
Hundió su rostro en la almohada.
Su rojo cabello cayó por los costados de su rostro.
Un puchero se formó en sus labios.
Sus ojos finalmente se cerraron.
Y su mente de horribles y perversos recuerdos se inundó.

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⏰ Last updated: Apr 24, 2020 ⏰

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𝑇𝘩𝑒 𝑟𝑜𝑠𝑒𝑠 𝑎𝑟𝑒 𝑝𝑎𝑖𝑛𝑓𝑢𝑙     |       ᴰᵒᶰᵍᶜʰᵃᶰWhere stories live. Discover now