Zombie Queen III

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Zombie Queen
Capitulo III
“Desilusión”

Pasaban de las seis de la tarde cuando Johana y Sarah entraron al
establecimiento conocido como “El café de Lizzie” era un lugar muy agradable decorado con plantas, muebles y estantes que emulaban a la época victoriana inglesa, se sentaron en una de las mesas al tiempo que un joven se les acercaba con una sonrisa y les entregaba un menú después de un rato el trabajador se presentó:
-Bienvenidas, mi nombre es Mathew, esta tarde seré su host Después de un rato les preguntó:
-¿Qué van a ordenar?
Antes que las chicas pronunciaran palabra, el hombre que ellas conocían como Fredy se acercó al chico y le susurró algo al oído que turbó al hombre, se disculpó y se retiró
-Perdonen la molestia en un momento vendrá su nuevo host que disfruten su velada.
Dicho esto, el rubio también se retiró, a los pocos segundos llegaba a la mesa un chico de largo cabello negro atado con un listón rojo, ojos verde intenso, vestido con un traje negro, un listón anudado en su cuello a modo de moño rojo y una camisa azul rey quien con una cálida sonrisa dijo:
-Hola buenas tardes, mi nombre es Demián estoy a sus órdenes, ¿están listas para ordenar?
Su jovial sonrisa se desdibujo y se transformó en una mueca de desagrado, ellas no lo notaron, pero el jefe de personal le lanzó una sonrisilla que a Demián le produjo un horripilante escalofrió, dio un fuerte suspiro tras lo cual recuperó su temple y volvió a sonreír cálidamente.

-Perdón señoritas, no escuché su orden
Sarah estuvo a punto de levantarse e irse corriendo, pero al estar en compañía de Johana se sintió avergonzada de solo pensarlo, ella adivinando parte de los pensamientos de su amiga dijo:
-Si caballero serán un pie de manzana con helado de vainilla y un té rojo para mí, para mi amiga un chesecake de frutos rojos y un té negro por favor, de momento es todo gracias
-En seguida señoritas
Cuando él se alejó las chicas comenzaron a hablar
-¿Estas bien Sarah? me diste la impresión que saldrías corriendo
-Eso fue lo que pensaba hacer
-¿Por qué?
-No sé, me es difícil estar frente a ese hombre, me hace sentir pequeña y desarmada y por más tonto que te parezca me hace sentir emocionada y confundida, mirar su rostro me embelesa, escuchar su voz me hipnotiza, pero a la vez siento temor y pena, cuando estoy cerca de él, sé que siento esto porque tengo miedo a ilusionarme de nuevo y tengo terror de enamorarme como una tonta.
-Aquí está su orden ¿puedo servirles en algo más?
Cuando Demián estaba colocando la orden en la mesa, el dorso de su mano rozó ligeramente la mano de Sarah, quien creyó que su corazón se le saldría del pecho, sintió la aceleración tan frenética de su pulso desbordarse, como su cuerpo le gritaba a todas voces que huyera de aquel lugar, de aquel hombre y a su vez que se quedara, que fuera mujer por ese momento y le coqueteara, que hiciera hasta lo imposible para que ese hombre se quedara con ella.
-No muchas gracias es todo. Contestó Johana cortésmente.
Cuando él se dio la vuelta Sarah se sintió desvanecer, todos los músculos de su cuerpo se relajaron a tal grado que paso un tiempo antes de que ella retomara el control sobre ellos.
-Voy al tocador
-¿Vas a estar bien?

-Si solo voy a lavarme mis manos
Dicho esto, se incorporó y se dirigió al sanitario, le llamo la atención que junto a estos había una escalinata, le intrigó si era ahí donde los empleados vivían o solo el propietario del lugar o del restaurante en si, escuchó voces y aguardo, vio pasar a una jovencita tomada del brazo del primer chico que les atendió al entrar, sí, era Mathew, se le notaba poco interesado en aquella dama que se veía a todas luces que provenía de una familia opulenta, ella le susurró unas palabras al chico, quien la tomó del hombro y juntos comenzaron a subir la escalinata.
Algo raro pasaba en ese establecimiento esas actitudes tan sospechosas las identificaba y reconocía claramente o se trataba de venta de drogas o de una red de prostitución, ahora que le ponía más atención a Mathew, se le hacía conocido, tal vez de algún detenido por narcomenudeo o prostitución, creyó medio recordar su rostro en los diarios y ¿si en aquel lugar incurrían en ambos delitos? Sin querer acababa de toparse con algo gordo. ¿estarían todos los empleados del lugar involucrados en esto? Sintió una punzada en el pecho al pensar que Demián también estuviera cometiendo actos tan aberrantes.
-Etto… disculpe ¿cuánto más vamos a seguir detrás de la puerta?
Sarah volteó y tras de sí se encontraba una encantadora joven vestida como sirvienta victoriana con un vestido negro con gorrito, delantal y medias blancas. A Sarah se le escapó un gritito que ella misma pausó, la joven realmente la había asustado ¿cuánto tiempo llevaba tras de ella?
-Emm… hu… Etto… perdone si la asusté, es que necesito pasar o el jefe de personal me va a regañar.
-No, tú perdona, estaba distraída y no vi que necesitabas salir. A Sarah todavía le subía y bajaba el pecho por la conmoción y el disparo de adrenalina que tuvo pues no se percató de la presencia de la chica, cosa inusual en ella.
-Gracias con permiso
Sarah entró al baño y se lavó la cara estaba tan confundida sus pensamientos no tenían claridad y todo era su culpa, aquel hombre la descomponía por completo, ella que siempre era tan objetiva ahora se hallaba verdaderamente perdida. Secó su rostro se miró en el espejo lucia fatal, necesitaba con urgencia más horas de sueño, se acomodó el cabello y se dispuso a salir cando escucho una voz conocida, no cabía duda era la voz de Andrew quien conversaba con lo que Sarah supuso era una mujer de edad avanzada.

-El cargamento les llegará a eso de la una de la mañana
-Estaremos listos para interceptarlo ¿la información es confiable?
-Completamente, por el tipo de arsenal que tienen deberían ir tú y Mathew, son unos veinticinco
-Que emocionante ya quiero que sea la hora
Ambas personas se alejaron, ir a aquel lugar había sido una excelente idea, ahora tenía un caso casi armado, debía investigar más.
-Tardaste demasiado tú té se está enfriando
-Si espera, acabo de descubrir algo acerca de este lugar…
-¿Se les ofrece algo más damiselas? ¿Sería tan amable de decirme que es lo que descubrió en el tocador? El apuesto joven preguntó con una sonrisa. Mirando el desconcierto de Sarah y el descontento de Johana añadió
-Espero que todo estuviera en orden, estamos muy comprometidos con nuestra apreciable clientela.
-Ah sí, es que nunca había visto unas jaboneras tan bellas quería saber ¿dónde las compraron?
Sin dejar de sonreír el hombre contestó
-Son elaboradas por un gran artesano que es nuestro cocinero, si gusta algún artículo de la tienda se lo podemos cotizar.
-De momento no, pero gracias, tal vez en nuestra próxima visita
Eso ultimo irritó de sobremanera al mozo, pero lo disimuló muy bien
-¿Desean algo más? preguntó con una amable sonrisa en el rostro
-La cuenta si es tan amable
-Enseguida se la traigo
Dicho esto, el hombre se retiró y una vez estuvo lo suficientemente lejos Sarah exhaló un fuerte suspiro.
-Te cuento en el auto
-Aquí tienen, espero su visita haya sido placentera

-Lo fue, pero, me pregunto, si podría ser más… placentera
Esta vez fue Sarah la que logro consternar al hombre. Ya en el auto Sarah le contaba a su amiga todo lo que había escuchado detrás de la puerta del baño.
-Aun así, te viste muy ofrecida con tu comentario
-Solo lo dije para ver si me ofrecían alguno de sus “otros servicios”
-Algo me dice que no me permitirás irme a casa a dormir
-Tenemos que averiguar ¿qué es lo que van a interceptar? ¿será una guerrilla entre mafias?
-Deberías hablar con él
-Vayamos a ver que podemos averiguar en el barrio si hay actividades fuera de lo común de aquí a que llega la hora
-Sarah no sé si sepas, pero las personas necesitamos dormir… ya voy


*******
-Ya casi es hora Mathew y Andrew no se atrevan a regresar con las manos vacías
-No tiene de que preocuparse mi señora. Dicho esto, el chico terminaba de colocarse unos guantes de color negro, el pelirrojo usaba lentes de marco negro y vestía una camisa blanca y un traje negro con corbata del mismo color, sus ojos de acuerdo a la iluminación y su ropa tenían tonalidades que variaban entre el verde y el amarillo, era alto, pero de entre sus compañeros era el más bajo, se encontraba emocionado y ansioso por seguir con su misión.
-Una cosa más, no quiero muertes
-Lo que ordene; eso es más emociónate aun
-Regresaremos en un par de horas, pero, ¿Qué debemos hacer con la policía y su amiga?
-Buen punto de ellas se encargará Demián


*******

-¿Se les perdió algo señoritas?
A Johana y a Sarah casi se les sale el corazón al escuchar tras de sí esa voz, cabe mencionar que ellas estaban en la parte delantera dentro del auto y aquel hombre se encontraba ahora detrás de ellas sentado con la pierna cruzada en el asiento trasero, no habían escuchado ruido alguno ni habían visto de donde había salido solo apareció de la nada, ambas voltearon para verle sabían por la voz que era Demián, pero el hombre traía una máscara de zorro puesta, tras lo cual sus cuerpos se adormecieron y un sopor las llenó muy rápidamente hasta que perdieron la conciencia. Ellas se encontraban estacionadas a una calle de distancia desde donde vigilaban los movimientos del café, Demián salió del auto y se quitó la máscara entonces se le acerco Fredy.
-¿Qué piensas hacer con ellas?
-¿No es obvio? dejarlas que tengan dulces sueños
-No me refiero a eso son dos mujeres solas en el medio de la noche completamente dormidas, piensa en su seguridad, Demián ¿qué tienes por corazón?
-Tal vez una piedra
-…
-Pero te complaceré, me encargare de ellas


*******


-Dios santo, mi cuello… Sarah despierta
Johana abría los ojos, aun cansada y somnolienta le daba sacudones a su amiga para que despertara
-¿Que pasó, dónde estamos?
-En un estacionamiento creo
-Me duele la cabeza. Sarah miro su móvil
-¿Qué hora es?

-Son las siete de la mañana
-¡Dios! vamos a llegar tarde al trabajo el comandante me va a matar
Salieron del estacionamiento público donde se encontraban y se dirigieron al departamento de Sarah que era el que se encontraba más cerca, después de una ducha y un cambio de ropa se dirigieron al trabajo.


-Creí que moriría sin ver este día, Johana Knox llegando tarde y con resaca
-Sergei ¿ya llegó el jefe?
-Tienes muy buena suerte aun no llega, llamó diciendo que llegaría tarde porque fue a ver un caso en el muelle
Tras aquellas palabras Sarah al fin logró despertar por completo ¿sería que en ese lugar se dio el enfrentamiento entre mafias?
-De hecho, la agente Smith debe dirigirse para allá, también fui requerido vámonos
En el camino Sarah trataba de acomodar sus pensamientos y lo que había vivido el día anterior, estaba segura que las habían sedado con algún gas y estaba aún más segura que había sido Demián, ah ese maldito hombre lo había hecho de nuevo, si el ingenuo creía que con eso ella desistiría se equivocaba, lo hizo seguramente a modo de amenaza, pudo haberlas herido o lastimado y fue muy cortés al dejarlas en un estacionamiento, maldito cretino, para Sarah era más que claro el mensaje
-¿Es la resaca o estas muy pensativa?
-Ja no tengo resaca solo dormimos tarde
-Si tú lo dices
Sarah no contestó el mordaz comentario de su compañero, él al sentir el peso del silencio trató de cambiar de tema
-El jefe llamó dijo que había pasado algo insólito, llevaban tiempo siguiendo a un sujeto, sospechaban estaba involucrado en tráfico de drogas, las movía en un restaurante en el centro, pero no tenían pruebas suficientes para una orden de cateo, hoy lo encontraron en el muelle junto con varios hombres golpeados y maniatados, lo irónico es que estaban amarrados con tiras de tela roja a manera

de envoltorios de regalo con moño y todo, con tarjetitas que decían “con todo cariño para la policía” a el líder le apodaban el rojo debido a su origen irlandés y a su cabello de ese color, dicen que es un mujeriego acérrimo. A Sarah se le vino a la mente la imagen de Andrew. - El jefe quiere que vayamos a escuchar los interrogatorios pues son aún más increíbles que lo que te conté.
Llegaron al lugar en menos de quince minutos, había cuatro ambulancias y varios camiones patrullas.
-Smith aquí
-¿Qué sucede comandante?
-Este caso es inaudito, tal vez sea obra de alguno de esos locos que se creen justicieros encontramos a estos envueltos para regalo literalmente además de un mapa del muelle donde en los puntos marcados encontramos un yate con dos toneladas de mariguana y unos contenedores con materiales para la elaboración de anfetaminas no hemos encontrado huellas, pero lo más increíble son los testimonios de estos perros, todos aseguran que fueron solo dos hombres quienes les capturaron, acompáñame vamos a ver a “el rojo” está dentro de la ambulancia.
Sarah suspiró de alivio al ver que el hombre no era Andrew, era un hombre en sus cuarenta y tantos; escucharon su testimonio donde relataba que un par de hombres con máscaras les atacaron, uno de lobo y uno de ciervo, pero que cooperaria más si le daban protección policiaca, pues él no era más que un peón de una organización y que aquellos hombres no se llevaron ni la mercancía ni el dinero solo un par de cajas que la organización les había dado. El comandante prometió darle protección a aquel hombre a cambio de respuestas preguntó el nombre de la organización y el hombre relató cómo fue víctima de chantaje y extorsión por parte de aquella organización que se hacía llamar “nueva aurora”, desconocía el contenido de las cajas, pero ahora temía por su vida.
Últimamente había muchos incidentes relacionados a la “nueva aurora” parecía que planeaban algo grande.


*******

El reloj marcaba las seis de la tarde cuando Sarah entró en el café de Lizzie
-Un gusto tenerla de vuelta señorita
-Hola Demián toma asiento conmigo por favor
El chico se resistió, pero sabía que Albert estaba cerca y le reprendería por no atender a la joven, era obvio que ya sabía que entre las atenciones del personal estaba el poder platicar con la clientela si esta lo solicitaba.
-Gracias con permiso
-Dime Demián ¿contestaras mis preguntas?
-Con todo gusto
-¿Dónde naciste?
-En Boston
¿Cuántos años tienes?
-Veinticinco
-¿Tienes hermanos?
-No, no tengo familia
Antes que Sarah pudiera continuar con sus preguntas Demián comenzó a hablar más rápido
-No tengo parientes vivos, mi color favorito es el negro, mi signo zodiacal es acuario, mi cumpleaños es el tres de febrero, mi comida favorita es la china, sobre todo la del barrio chino, me gusta la música metálica, estoy terminando de estudiar la carrera de contabilidad, no me gustan ni las fresas ni las películas románticas y no tengo novia ni interés en tener una relación sentimental. ¿Algo más?
-Vaya pareciera que lo tienes ensayado
-Es lo que más me preguntan, veo que estas muy interesada en mí, te veo en donde se pone el mercado donde nos conocimos a las ocho y media. El hombre se levantó de la silla y dejó a Sarah consternada y entusiasmada.


*******


-Ann llama a Albert por favor
-Enseguida my lady
-Mira lo que me trajeron los chicos
-Albert abrió la caja y con sumo cuidado desenvolvió un cuchillo de plata con muchos símbolos grabados
-Que sucio y desagradable. Diciendo esto volvió a colocar el articulo dentro de la caja
-Pienso que están por comenzar con los rituales
-Llevamos mucho esperando por esto
-Esto al fin se pondrá interesante. Dicho esto, ella acarició el rostro del hombre.
_Al fin podré devolverte tu libertad


*******


-¿Quién demonios eres tú? deja de molestarme
Sarah se encontraba consternada y sorprendida, no era esa la reacción que esperaba por parte de aquel hombre que la sostenía de los hombros con rudeza.
-Soy yo Sarah, Joseph, no sabes cuánto te he extrañado, dime ¿por qué no me has buscado? Han sido dos años muy largos y muy difíciles Joshua y Emily te lloran todos los días, tengo muchas preguntas y no quiero incomodarte con ellas, estoy tan feliz, esto es lo que el mundo conoce como milagro.
-Para ya, estás enferma, mi nombre es Demián, no se de quien o que me hablas, te cité aquí para pedirte que me dejes en paz, en mi trabajo no puedo ser descortés, pero aquí en la calle es distinto, vengo a hablarte con toda franqueza, deja de acosarme, deja de molestarme, me desagrada que me sigas y te advierto si tratas de dañar a cualquiera en el café de Lizzie haré que te arrepientas de por vida, no sé en qué diablos te basas para llamarme como a tu amigo muerto

-Joseph no era mi amigo…
Sarah dijo esto como un débil susurro, después logro alzar la voz, aunque entrecortada.
-Joseph no era mi amigo, él era el amor de mi vida. Sarah alzó el rostro y Demián pudo ver que ella lloraba desconsoladamente estaba completamente bañada en sus propias lágrimas.
-Le amaba como a nadie, pero…yo… yo lo maté
Esas palabras lograron impresionar de manera sobrecogedora a Demián. Sarah comenzó a temblar, cayó de rodillas en un llanto muy triste y amargo. Él la levantó y la llevó cagando a una banca cercana donde la sentó con suavidad.
Sacó un pañuelo de su bolsillo, se arrodilló delante de ella y comenzó a limpiarle la cara con suma delicadeza.
-Tú ¿no eres mi Joseph verdad?
-No, perdona, no lo soy
-Podrías ser su clon
-¿Quieres hablar de eso?
Él falleció hace dos años y todo fue culpa mía
-….
-Él estaba enfermo y yo no lo cuidé como debía, él era amble, compasivo piadoso, generoso, noble y risueño además era muy inteligente y aun así era muy humilde, vivíamos juntos, todo iba bien pero yo soy una necia y una tonta, creía poder tener todo a la vez, desde niña quise ser policía, pero también lo quería a él, eran mis más grandes sueños, pero en la vida no se puede tener todo a la vez, él estaba enfermo del corazón desde que nació, yo sabía los riesgos de dicha enfermedad y aun así… aun sabiendo que él se preocupaba mucho por mí no me importó y seguí con mi peligrosa carrera hasta cierto día que quede atrapada en un incidente, por lo que supe después el creyó que yo había muerto, su cuerpo no pudo más y murió, el murió de la forma más horrible y dolorosa y todo por mi culpa, por mi egoísmo.
-Ya veo, cuanto lo siento

-Entonces al verte creí que la vida me daba una segunda oportunidad, mi mente se negaba a creerlo, pero algo dentro de mi ser me gritaba que tú eras Joseph, mi mente seguía gritando que era imposible pero mi corazón gritaba que lo eras. Estoy tan confundida siento que ya no sé qué es real y que es un sueño. Sé que estoy perdiendo la razón, pero entonces ¿qué hago ahora con todo lo que siento?, con este dolor llamado desilusión con ese crudo despertar.
-De verdad lo siento, pero no soy esa persona ni puedo tratar de serlo.
-Lo sé, pero yo solo quiero despertar de esta pesadilla
-Estoy acostumbrado a que las mujeres me acosen, no es la mejor disculpa, pero si me molesta, aunque si quieres podemos ser amigos.
-No creo que sea posible me lo recuerdas demasiado
-Entiendo, en ese caso mejor para mí, si eso era todo me retiro.
-Solo una cosa más, ¿si tú fueras Joseph me odiarías?
-Probablemente sí. Entonces el hombre le dio la espalda y se fue caminando hasta perderse en la obscuridad


Después de tanto tiempo ahora todo estaba claro en la mente y el corazón de Sarah, Demián no tenía nada que ver con Joseph más allá del parecido físico, todo esto era tal como esperaba solo una ilusión, pero gracias a todo esto, esa llama de esperanza al fin se había apagado.


*******


-Smith, ya va siendo tiempo que tengas más oportunidades para adquirir experiencia, te tengo un caso en el lado oeste quiero resultados contundentes, espero mucho de ti, me atrevería a decir que todo el departamento confía en ti, así que tienes una semana a partir de hoy para ver tus resultados.
-Sí señor, gracias daré todo de mi
-Eso espero Smith, estas a un paso de lograrlo

Al fin la vida de Sarah retomaba su rutina diaria, después de superar su corta pero profunda depresión todo iba viento en popa era su gran oportunidad para lograr materializar su sueño.
-Aquí está el expediente, mucha suerte amiga
-Gracias Jo, espero lograrlo antes del plazo
-Si necesitas hospedaje ya le avisé a mi mamá que podrías llegar a la casa en cualquier momento
-Gracias eso es más que perfecto


Habían pasado ya seis semanas desde aquella noche tan triste para Sarah, desde entonces ella no había viajado al lado oeste y aunque cruzó por su cabeza el tener que toparse con Demián o con cualquier cosa relacionada con el café de Lizzie, despejó rápido esas conjeturas de su mente puesto que iba por un asunto más que distinto, llegó a la comandancia, se reportó y puso manos a la obra.
Ya desde hacía un tiempo se escuchaban historias bastante extrañas acerca de desapariciones tanto de personas como de cadáveres y se hablaba de mitos urbanos acerca de una anciana que desenterraba cadáveres, a través de prácticas de magia negra lograba regresar a los muertos al mundo de los vivos
-Leyendas urbanas, no son más que cuentos que la gente anda divulgando para infundir temor. Pensó Sarah para sus adentros, ya llevaba seis días de investigación y todo iba viento en popa, pronto cerraría el caso, solo le había llamado un poco la atención la cantidad de historias que había escuchado con respecto a lo que llamaban “Zombie Queen”
Se dirigía a la casa de Peter Steven, sospechoso de varios delitos entre ellos asesinato, desde hacía unos meses atrás el hombre había perdido su empleo como supervisor en un fabrica, el declaró a los vecinos que por esta razón su esposa le había dejado solo con sus dos niñas, más sin embargo la familia de esta había denunciado su desaparición y las extrañas conductas del señor Peter eran cada vez más crecientes, entre las múltiples irregularidades de su vida las niñas ya no asistían a la escuela, el siempre portaba dinero en buena cantidad sin que se le viera conseguir un nuevo empleo además de que mucha fauna nociva se reunía alrededor de la casa que habitaba con sus hijas, la investigación

había arrojado que la única actividad que realizaba aquel hombre era que rentaba un piso entero en un edificio cerca de una zona comercial muy concurrida y popular y que a diario pasaba ahí cinco horas. Sarah había logrado averiguar que aquel hombre incurría en delitos contra la salud y ella sospechaba que él había asesinado a su esposa, algo que parecía corroborarle el hecho de que comprara un congelador muy grande unos días después de la desaparición de su esposa y otro más tiempo después.
Sarah se encontraba en el recaudo de pruebas para poder armar el caso y proceder con el arresto, la realidad era que incluso ya había enviado todas las pruebas y el informe a su jefe. En ello estaba cuando le entro al móvil la llamada de la comandancia local.
-Agente Smith nos reportan que la trabajadora social a cargo del caso de las niñas Steven no se ha reportado, la última vez que se le vio fue cuando se dirigía al domicilio del sospechoso tememos por su seguridad.
-Esto es agravante pero no me sorprende, me dirigiré para allá cualquier novedad les mantendré informados.
- Por cualquier cosa enviaremos a un equipo y a un negociador
-Acabo de enviarles todas las evidencias muevan la orden de cateo
-Enterado agente
Sarah colgó y descendió de su auto, ella ya se encontraba afuera de la casa de los Steven
Sin una orden ella tenía que lograr que la familia le invitara a pasar no quedaba opción debía ganar algo de tiempo de todas formas el caso ya estaba virtualmente cerrado.
Tocó la puerta y se asomó tímidamente una de las niñas.
- Hola corazón ¿está tu papá? No temas soy oficial de policía ¿me dejas pasar?
La niña tímidamente abrió la puerta y Sarah ingresó sin contratiempos, la casa se encontraba algo desordenada, pero nada exagerado, la niña estaba limpia y aseada contrario a lo que pensaba Sarah, salvo no muy bien peinada, en eso apareció la hija mayor quien contaba con unos doce años de edad, ella se veía bastante tranquila y relajada mientras la menor se encontraba un poco asustada

y pendiente de toda la conversación entre su hermana y la oficial mientras se sentaba a jugar con sus muñecas, tendría unos ocho años.
- ¿En qué le podemos ayudar oficial? Pregunto la joven
- ¿Está tu padre? Preguntó amablemente
-En este momento no se encuentra, fue a trabajar
Sarah miraba de reojo todo a su alrededor, no quería confiarse, aquel hombre podría estar oculto en alguna parte de la casa preparándose para atacarla de algún modo.
- ¿Sabes en donde trabaja tu papá?
- Si, consiguió dinero prestado con unos amigos y está por montar un negocio de importaciones
-Era evidente que aquella niña no tenía ni idea de las verdaderas actividades que realizaba su padre, de algún modo era mejor así.
- Oficial, mi padre es un buen hombre no entiendo porque nos quieren alejar de él, mamá nos dejó y se fue con otro hombre. La chica apretó los puños.
–ella nos abandonó, no le importo lo que sufriríamos por su ausencia y si dejamos de ir a la escuela fue porque mi hermana y yo éramos victimas de bullying sin que nadie hiciera nada y todo empeoró cuando ella se fue, papá nos está buscando una nueva escuela, tal vez nos mudemos, yo se lo pedí, no quiero seguir en esta casa ¿por qué el resto del mundo no lo entiende? hace rato vino esa mujer que solo busca de nosotras alguna palabra que pueda probar que mi padre es malo, cada que se refiere a él es como si hablara de un monstruo pero yo pienso que el monstruo es mi madre. Tras decir esto unas lágrimas ahogadas salieron de los ojos de la niña quien evidentemente trataba de no dejarlas salir.
-Hija, ¿a qué hora vino esa mujer?
-Hace más de una hora mi hermana y yo nos escondimos y fingimos que no había nadie, igual conocemos nuestros derechos, no nos pueden obligar a responder si papá no está presente
-Hija ¿me dejarías revisar tu casa?
-Está bien usted no se ve malvada como los otros

Sarah comenzó a revisar la casa empezando por la cocina, parecía todo en orden, pensaba en aquellas pobres criaturas sin su madre y pronto sin su padre, si lo que aquella niña contaba era cierto ahora comprendía más los motivos que llevaron al señor Steven a cometer actos tan desesperados, así que ahora le preguntaría a la niña si alguna vez vio al supuesto hombre con el que se había ido su madre o era un cuento para encubrirse del señor Steven, aunque así hubiera sido, que su esposa abandonara la familia y huyera con otro hombre daba igual, el señor Steven era un delincuente que debía ser enjuiciado; en eso la menor se acerca a ella y le muestra un lindo libro para colorear donde había iluminado muy bien a un dragón y a una princesa, Sarah se recargó sobre sus rodillas para ver mejor la ilustración cuando la niña inhalo y soplo muy fuerte las hojas del libro del cual broto un polvo blanquecino que Sarah no pudo evitar inhalar, se incorporó pero se sintió terriblemente mareada las rodillas se le vencieron y su vista se puso borrosa, lo último que logró ver fue a la mayor colocándole la mano en la cara.


Para cuando Sarah abrió los ojos la cabeza le dolía, quiso tocarla pero se encontró con sus manos atadas a la espalda, junto a ella estaba la aterrada trabajadora social quien se encontraba amordazada y maniatada, el señor Peter Steven se encontraba frente a ellas evidentemente nervioso
- ¿Por qué no solo pueden dejarnos en paz? solo quiero una vida tranquila a lado de mis hijas
Sarah miró el lugar parecía que estaban en un piso de oficinas sin usar y en plena remodelación, había plásticos cubriendo lo inconcluso del trabajo, rápidamente comprendió que se encontraban en el lugar que alquilaba este hombre además se escuchaba el ruido producido en los pisos inferiores, como pudo se quitó la mordaza
- ¿Qué planea? no puede seguir negando los hechos, usted es un delincuente libere a la mujer y negociemos, le prometo que velaré personalmente por el bienestar de sus hijas, entréguese y la pena por sus delitos disminuirá
- ¡Tú no lo entiendes! a donde sea que vaya iremos juntos, mis hijas son mis tesoros; mis amigos me han prometido que podré vivir junto a ellas, que recuperare a mi mujer, que tendré todo cuanto he querido, solo tengo que obedecerlos

- ¡Te están mintiendo! te han convertido en un delincuente ¿eso es lo que quieres enseñarles a tus hijas?
- ¡Basta maldita mentirosa! ellos me han dado mucho más de lo que me habría imaginado y cuando llegue el gran amanecer ocupare un cargo en el nuevo orden que se avecina
Sarah estaba haciendo algo de tiempo para poder zafar sus muñecas
- ¿Dónde tienes a las niñas?
-Ellas están a salvo
-Las obligas a delinquir, esto es secuestro estas provocando que vayan a un correccional
- ¡Ves! ves que no entiendes, no hemos hecho algo malo solo nos estamos defendiendo de ustedes
- ¿Quiénes son esos amigos de los que hablas? ¿dónde están? te están usando
-La sociedad de la nueva aurora es mi nueva familia ¡cállate zorra hipócrita! tú representas la mierda en la que se ha convertido la humanidad
- ¿Y dónde están ahora? ¿dónde estarán cuando te lleven preso? Sarah ya había logrado zafarse, pero aún se encontraba mareada
En eso se escucharon varias sirenas de policía y hubo un gran movimiento alrededor del edificio
- ¡Tú! maldita alimaña, tú los llamaste, eres lo peor
-No hay excusa para dañar a otros en pos de tu beneficio personal
Sarah en un rápido movimiento se abalanzo sobre el hombre derribándolo y esposándolo, era obvio que era un hombre desesperado e inexperto que no sabía lo que hacía, puesto que no le quito ni sus esposas ni sus armas, se asomó por la ventana más cercana que estaba cubierta por un plástico pues no tenia cristales y por medio de señas aviso que todo estaba bajo control
Rápidamente libero a la trabajadora social quien trato de buscar a las niñas
- ¿Qué haces? Tienes que salir de aquí
- ¡Las niñas están aquí! las vi llegar contigo y su padre

De un rincón se asomó la menor quien corrió hacia la ventana donde ya se encontraban su padre aun esposado y su hermana
- Usted nunca lo entendería
Sarah ya estaba corriendo tras ellas cuando la mayor pronuncio estas palabras quien abrazo a su padre y a su hermanita y se arrojó al vacío, en un acto temerario, valiente o increíblemente estúpido Sarah se arrojó al suelo para tratar de salvarlos consiguiendo sujetar por un breve instante a la menor quien forcejeo y mordió a Sarah hasta que cayó mientras Sarah lanzaba un aterrador y desgarrador grito de desesperación, estuvo a punto de resbalar de la cornisa de no ser por la trabajadora social quien la jaló hacia adentro del edificio. El cuerpo de policía entró para desmontar el laboratorio; cuando Sarah bajó estaba en estado de shock, el jefe de policía local la felicitó y le dio palabras de aliento pero Sarah se encontraba perdida en la lejanía, apenas y escuchó lo que él le decía, la trabajadora social la tomó de hombros y la llevo a la ambulancia para que fuera revisada pues el hecho era que ambas habían sido drogadas con dios sabe qué y debían comprobar su estado físico, luego de que le vendaran la mano y le informaran que estaba todo bien; tuvo que ir a la comandancia a llenar el reporte.
Todo parecía ajeno a ella, un policía veterano se acercó a darle palabras de aliento, él entendía mejor que nadie lo que era pasar por eventos tan traumáticos, rato más tarde entraron por la puerta los oficiales que notificaban el fallecimiento de la familia y que efectivamente el cuerpo de la esposa fue hallado en el congelador del sótano completamente desfigurado y desmembrado, eso fue lo último, Sarah se dirigió al baño y comenzó a vomitar de la impresión, había pasado por muchas en sus años de servicio pero esto había sido demasiado chocante
Se lavó la cara y ya no lo soportó más se fue rumbo a la casa de la mamá de Johana a quien llamo para avisarle que se dirigía para allá.
No se sentía con ánimos de conducir a su solitario departamento, esperaba que la amena platica con la señora la hiciera olvidar lo sucedido
Camino de regreso decidió pasar a una tienda que quedaba de camino a comprar cigarrillos y una botella de wisky, desde la muerte de Joseph la verdad era que Sarah había adquirido estos vicios y a su parecer el caso lo ameritaba, había quedado emocionalmente afectada por este, entró escogió de los anaqueles lo que buscaba, el tendero embolsó su compra, ella la tomo y se

dispuso a sacar la cartera, cuando alzó la vista y vio que alguien la miraba fijamente a lado del mostrador casi incrédulo, era Demián quien trato de pronunciar palabra, cuando de pronto Sarah salió corriendo literalmente de aquel lugar, salió tan de prisa que se fue sin pagar, a lo que Demián calmó al dependiente, pagó su cuenta y la de ella, además de comprar algunas cosas más, tras esto salió del lugar en busca de la chica
Para Sarah su frágil estado emocional colapsó en el instante en que le vio, había llegado a su punto de quiebre, era como si la vida se ensañara con patearla hasta tirarla al piso para continuar pateándola, las rodillas le temblaban, tal vez la debilidad de no haber almorzado y haber vuelto el estómago, contra todo lo que luchaba internamente en ella se sentó en la acera de enfrente de la tienda, estaba harta, confusa, enojada como un animal herido que apenas a logrado
escapar con vida de su cazador, pero la realidad es que ya no podía más, todo le resultaba insoportable hasta la vida misma era pesada en ese momento para ella, inclusive respirar le resultaba dificultoso y doloroso se encontraba agitada como si hubiera corrido en una maratón, esa sensación dolorida en todo su ser, el cuerpo agotado y cada musculo apenas resistiendo cada contracción, abrió la bolsa de papel que tenía a un lado, sacó la botella la destapó, se la puso en la boca y se dispuso a beberle todo el contenido de ser posible de un solo trago cuando…
-Beber licor es muy nocivo para la salud. Dijo Demián con una sonrisilla en los labios a Sarah le pareció de burla sin embargo la realidad era que él se sentía como un payaso que no causa gracia aun así sigue con su número tratando de provocarle una sonrisa a un público difícil.
-No creí ver a una oficial bebiendo en la calle
-Esto irritó en demasía a Sarah
- ¡Cállate! ya no estoy en servicio, lo que haga en este momento no es cosa tuya ni de nadie
-¡Jajaja! Ok, ok, entendido, peo déjame decirte que aun portas tu uniforme y no pagaste por lo que estas a punto de beber
Aunque de manera un poco cruel esto golpeó a Sarah para despertar de su ensoñación de pesadilla y volver a la realidad, pues lo dicho por aquel hombre tan desagradable era completamente cierto, se dispuso a levantarse, pero

Demián la detuvo con un suave ademan de su palma y se sentó a su lado hubo un silencio como de un minuto
-Ya pagué tu cuenta, siéntate y come esto tranquila. Dicho esto, extendió su mano hacia ella con un emparedado.
-Sé que tal vez no esté muy sabroso, pero es todo lo que venden en la tienda
Sarah comenzó a comérselo con ansiedad al segundo mordisco las lágrimas brotaron de sus ojos
- ¿Tan mal sabe?
-No, está muy rico
- ¿Quieres hablar de lo que te pasa?
Renuente a mostrar su debilidad ante ese hombre, en primera instancia negó con la cabeza, pero sin darse cuenta comenzó a narrar lo que le había sucedido horas atrás
-Ya veo, vaya yo creí que los policías eran insensibles a esas cosas, perdón me equivoqué.
-Yo solo tengo que ser más fuerte y no vincularme emocionalmente con los casos
-No seas tan dura contigo misma, es imposible que un ser humano sea ajeno al dolor de la muerte frente a sus ojos. Demián tomó aire suspiró y con tono melancólico siguió hablando.- Eres fuerte, eso lo sé de sobra, pero solo eres un ser humano viviendo y vivir a veces duele, más cuando las personas que más amas te son arrebatadas por las frías garras de la muerte o por circunstancias que son ajenas a tu poder, a lo que está al alcance de tus manos resolver, por eso siempre te admiré, porque siempre peleaste contra la adversidad y el dolor, siempre te mantienes de pie por eso inspiras a todos a tu alrededor, haces que las personas se infundan de valor para continuar adelante con sus sueños.
-Gracias, ya me siento un poco mejor, ya se me quito el dolor de estomago
-Me alegro, toma. Entonces le dio una bolsa. - Espero que esto te haga sentirte aún mejor, solo por hoy consiéntete, te lo mereces. Bueno me voy, ya es tarde para ir al trabajo, cuídate. Le dio un gentil abrazo y se fue tranquilamente caminando, Sarah abrió la bolsa para ver el contenido que eran unos sándwiches de galleta con helado de una marca específica, su placer más

culposo, fue cuando en un breve segundo analizó a fondo lo que Demián le dijo, se quedó pasmada un segundo, en un reflejo Sarah le gritó
- ¡Joseph espera!
Demián volteo, mordió su labio inferior y comenzó a correr, Sarah trató de darle alcance
-Disculpe señorita oficial, es que verá me encuentro perdido ¿cómo se llega a el centro? Un joven de larga cabellera blanca salió al paso de Sarah.
-Disculpe puede preguntarle a otro oficial
Sarah hizo a un lado al joven quien le volvió a salir al paso, con una cálida sonrisa y ojos sinceros como los de un infante. –perdone oficial, pero de verdad necesito su ayuda. Sarah se detuvo a mirar que había dejado todo en la acera, así que recogió sus bolsas y acompaño al joven al centro al fin y al cabo ya había perdido a Demián de vista y la casa de la madre de Johana estaba cerca del centro.
-Perdón, te acompañare al centro, me queda de paso, aunque ya no es mi hora de servicio. Aquel chico parecía algo así como un cosplayer traía vestimenta crema estilo victoriana su cabello perfectamente lacio y blanco como su piel, grandes ojos de un color violáceo mientras el rosado de sus labios lucía demasiado contrastante ante el tono de su piel, sus manos enguantadas se juntaron y sonrió
-Gracias oficial
Juntos caminaron hacia el centro mientras Sarah confusa ante lo sucedido no dejaba de sonreír, ¿por qué sonreía? la conversación con Demián, sus actos, todo evidenciaba que se trataba de Joseph en realidad, eso la emocionaba, era cierto, dios, la vida, le devolvía a su Joseph, pero ¿cómo? Pasó por su mente la idea de la reencarnación e inclusive podría haber sido obra de la tan mencionada Zombie Queen, quizás, ¿quién sabe? y ¿qué importa? Joseph, su Joseph estaba vivo, pero aún quedaba otra interrogante ¿por qué se comportaba de forma tan extraña? simplemente era hora de abordar la situación desde otra perspectiva.

Zombie QueenWhere stories live. Discover now