No pude evitar poner los ojos en blanco para después hacer lo que Jean me pidió.

Comenzamos a correr por los tejados de aquellas casas para finalmente llegar a nuestro destino...el origen del cañón.
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Reiner: -¿Qué demonios está pasando?-todos presenciamos la figura de un monstruo parecido a un titán detrás de una cortina de humo, causada por la explosión del mismo cañón.

May: -¿Qué rayos?-solté las misma pregunta que rondaba por mi mente durante todo este tiempo.

Berthold: -Ese...fue Eren ¿No es así?-

Annie: -Sí...-una vez más, fuimos interrumpidos por otra de esas explosiones que nos han perturbado durante todo este rato.

May: -¿¡Y ahora qué!?-grité molesta, esto ya estaba cansándome.

Las ansías y el miedo empezaban a consumirme aún más.

Frente a nosotros, se encontraba prácticamente el esqueleto de un titán.

Eren...

¿Qué demonios estaba pasando ahí abajo?

Podía ver desde aquí a Mikasa y a Armin, cerca de ellos se encontraba Eren.

Se veía ileso, un poco cansado y tal vez hasta desesperado. Pero estaba bien. Estaba vivo.

Tenía unas ganas inmensas de correr a abrazarlo. De decirle que no dejaría que nadie le hiciera daño.

¿Qué les estarán diciendo?

El comandante Kitz lucia muy alterado. Mejor dicho, lucia como un lunático.

Jean: -¿Qué rayos es lo que planean hacer?-los subordinados de aquel lunático de cara gigante parecían estar esperando una señal para soltar otro cañón. Esos malditos.

Y antes de que pudiera protestar contra eso, los gritos de Armin inundaron el lugar.

Todos se quedaron en silencio esperando a que siguiera hablando, todos parecían hipnotizados e incluso hasta conmovidos por las palabras del rubio.

Pero Wellman no. El estaba decidido a dar la orden de asesinarlos a los tres.

Maldita sea. Nadie parecía estar dispuesto a hacer algo para ayudarlos.

Estaba decidida a armar un alboroto hasta que Jean se percató de mis intenciones.

Jean: -¿Qué planeas hacer, May?-el sostenía fuerte mi muñeca-¿Acaso quieres que algo te suceda?-parecía preocupado, pero no lo entendía.

May: -¡Si no intentó hacer algo para ayudarlos, los matarán!-el castaño solo me miraba en modo de desaprobación. Intente forcejear mi agarre de el pero fue imposible-¡Jean!-grité con desesperación.

Reiner: -¡Miren!
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-¡Mátame! ¡Si vas a ejecutarme, hazlo ya!-

-¡Lo digo en serio!-

La gente no dejaba de causar un alboroto tras escuchar el rumor del plan que existía para recuperar Trost.

En el aire se escuchaban ideas negativas sobre lo que planeaban nuestros superiores.

Había gente que prefería matarse antes de ayudar a la humanidad. Antes de morir a causa de un titán.

Malditos cobardes.

Nadie estaba de acuerdo, ni siquiera las tropas estacionarias. Todos querían huir. Pero, ¿a dónde irían realmente?

"Este muro se terminará cayendo también"-escuche decir a alguno de esos soldados anteriormente.

𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐙𝐀𝐒 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt