Dudas sobre el nuevo tiempo

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Mi gobierno de mierda se está anunciando con recortes y dice por todos los medios de comunicación que el futuro será mucho mejor. Dicen ver con ilusión el año que está por comenzar. Los corruptos de mi nación tienen juicios que no van a ningún lado y los enjuiciados tienen sonrisas en sus caras como siendo conscientes que no les pasará nada.

Yo sigo en búsqueda de trabajo y subsisto con las actividades esporádicas que se presentan para tener un poco de dinero. no entiendo como se dice estar en crisis y veo gente que come y bebe desenfrenadamente festejando que se ha terminado un año. Supongo que uno bebe y tiene todo tipo de excesos por cualquier razón, puede que el año les tratase mal o que sorpresivamente haya sido el mejor de su vida, de igual manera se bebe y se festeja, aunque creo que la peor de las resacas es esa que viene con un golpe de realidad.

Me sorprende ver a gente comprando, alimentando su ego para pagar sus tarjetas durante los doce meses del próximo año, me da risa ver como compran un jean y una blusa de doscientos dólares para pagarla dentro de los próximos meses. Vivimos de las apariencias y es cuando sus aspiraciones no son cumplidas que comienzan a surgir las quejas. Yo este año no tengo para comprar ni siquiera un par de medias, no tuve para ir al hospital por un problema en la cabeza, no tuve para los medicamentos y llevo con las mismas prendas desde hace seis años. No pude conversar con mis amigos pues siempre me estoy quejando y eso no gusta, más bien asusta. Ha sido un año cargado de despedidas, cargado de ilusiones vacías y de fracasos anunciados por mi falta de sensatez o claridad en las cosas que deseo concretar.

Compré un auto, por el crédito otorgado y pasa estacionado porque no tengo a donde ir, me despidieron del trabajo y me di cuenta que era lo único que me mantenía ocupado, no extraño el dinero ni a los compañeros, pero extraño tener algo que hacer, sentirme útil así sea para recibir los insultos de un jefe que me ignora y me cambia el nombre cada vez que puede.

Quería huir de ese trabajo y pedí ayuda a mis contactos para conseguir otro, ninguno me recibió de buena manera y después del quinto contacto dejaron de responder. Parece una maldición, pero hasta mi pareja me dejó, ni puedo imaginar que en enero de este año que termina le propuse vivir juntos, creo que debí sospechar algo cuando se negó.

Y es así, como intenté reiniciar todo y me di cuenta que no tenía nada que reiniciar. Que mi vida comenzó a desarrollarse como un árbol que crece en la ciudad, en el pavimento de las veredas, estaba limitado por todo lado y dependía del cuidado de personas a las que poco o nada le importaba. Lo bueno de pasar por estos momentos es que sin darte cuenta llegan seres con mensajes increíblemente nobles que te hacen despertar y ves que los problemas en los que te ahogas no son importantes, es mas, ni siquiera son problemas. Pero, como duele y no sé qué es lo que duele, no sé si el dolor el físico o mental, no sé si el dolor en realidad existe o es solo una forma mediante la cual mi cerebro me sumerge en ese estado en el que quiero estar, una especie de autocomplacencia inconsciente... lo digo porque me gusta estar triste o eso he llegado a creer, es un estado en el que es bonito percatarse que aún hay cosas que pueden volverlo loco con tanta facilidad. Para completar el ambiente apago las luces y pongo música que me hace sentir triste, dependiendo de qué es lo deprimente en ese momento, hago algo relacionado para potenciar el sentimiento.

Me quiero quejar y me quejaré toda esta noche de lo infeliz que fui durante el año, me quejaré de las circunstancias así tenga la culpa de lo que ha pasado, quisiera experimentar esos cambios brutales de trama que se ven solo en las novelas o en la ficción. Me imagino mezquinamente que tengo alguna habilidad que mágicamente me hará superior a los demás y podré resaltar y seré el centro de atención. Pero reflexiono sobre esos deseos y no son tan atractivos, en realidad no quiero fama ni reconocimiento, en realidad no me gusta salir de casa mucho peor ir a fiestas, en caso de ir soy el amargado que no dice nada o que por compromiso comparte alguna opinión o se ríe de las pendejadas de los demás. no soy muy sociable y hasta he llegado a pensar que soy hipócrita felicitando a los demás por los éxitos que me remuerden al no ser propios. Soy humano, pienso todo esto porque no tengo idea sobre lo que voy a hacer el próximo año, el camino supuestamente trazado se ha ido borrando y supongo que se debe a que dependía en su mayoría del accionar de otras personas. Dependía demasiado de lo que quisiera el resto para mí o de complacer al resto por el placer de recibir reconocimiento o algún tipo de agradecimiento que me hiciera sentir feliz, así sea por un momento.

Tengo miedo y es el mismo sentimiento que me aborda cuando me festejan el cumpleaños, nunca me ha gustado que lo hagan pues me recuerda el paso de mi tiempo y es un recuerdo martillante ser consciente de la intrascendencia y caducidad de uno. Ver que sigue pasando el supuesto crecimiento que debería tener y aun no tengo nada que ofrecer, ni sabiduría, ni bienes así que bien podría ser aborrecido por todos aquellos que ya saben muy bien que es lo que quieren.

Y pienso todo esto mientras espero una llamada que soy consciente nunca va a llegar, cada fin de año mi familia solía llamar a dar buenos augurios, eso me fastidiaba pues no me gustaba hablar por teléfono. Trataba de cortar las llamadas lo mas pronto posible, no hacía conversa y solo replicaba aquello que me compartían. Si decían la típica frase de feliz navidad y próspero año nuevo, me llenaba de coraje y lo único que respondía era igualmente. Parece un libreto aprendido que nadie nos enseñó y solo lo replicamos al ver que todos lo usaban, palabras vacías para tratar de empatizar con alguien más, ya sea porque lo querías como amigo, contacto, socio o como pareja, las razones no importan. Hasta que por un periodo seguido de varios años recibí las llamadas a media noche de esa persona que aun hoy día sigue siendo importante, me enseñó que uno puede darle valor a estas festividades repetitivas y coreografiadas cuando se abre y es sincero con lo que dice.

Quedé tan impactado por esa iniciativa que lo único que hice fue replicarla, hacer lo mismo, escribir y llamar y dar buenos deseos a todos quienes consideré eran importantes, el fiasco fue grande cuando yo dejé de hacerlo y la iniciativa no fue tomada por ellos. supongo que por eso me siento solo y espero que no afecte a mi cordura ver que estoy sentado escribiendo, en lugar de estar embriagándome en una fiesta o cogiendo en el baño de un bar, es que me he llegado a imaginar que nuevamente revivo esas pocas fiestas en las que no pasé quejándome o aburrido. Mas supongo que es normal llegar a un punto en el que simplemente las ganas no dan y comienzas a ver interesante la prolongación de la obscuridad. Ahora espero su llamada, pero sé que va a ser el primer año en el que esa llamada no llegará, sé que perdí demasiado en este año que va a terminar y lo que más asusta es que soy consciente que todo puede empeorar. Soy pesimista, lo sé, pero quien no lo es cuando la racha de malas situaciones llegan y llegan sin parar, haciéndote pensar que alguien está entretenido en algún lugar viendo como pierdes hasta las ganas por respirar.

Espero que este año al comenzar, no sea favorable para mí, porque sé que será muy fácil que me llegue a afectar tener éxito sin haber aprendido la humildad de alguien que debe entender que no es diferente a los demás. 

Diario de un hombre modernoWhere stories live. Discover now