[Three]

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- ¿¡Como puede ser esto posible Severus?! No tienes idea del desacato que acabas de hacer al mandar a Draco a estudiar al extranjero. No tiene ni siquiera un mes que se acaban de casar y él ya está fuera de tu mando. Fue un terrible error aceptarte como el esposo de Draco - negaba varias veces con la cabeza, mientras posaba ligeramente los dedos de su mano derecha en su frente - Exijo el divorcio de Draco como el patriarca de la familia Malfoy o bien lo traes de vuelta para que haga lo que se supone tiene como obligación; estar a tu lado como un buen doncel de clase alta que es en todo tiempo. Ese chico tiene que entender que no todo se hará su santa voluntad sino, acabará saliéndose del redil.

- Escúchame bien Lucius, Draco ya no es un Malfoy, el ahora es un Prince, y lo que haga o no, con mi esposo, no es de ti incumbencia, así como tampoco tienes derecho de meterte en mi matrimonio-

-¿Te estás escuchando Severus? Esto es una total falta de respeto a las tradiciones que se han fomentado aún antes de que tú existieras

- Escucha Lucius - soltó un fuerte soplido intentado calmar los nervios alterados para no cometer una estupidez - En lo que cabe decir, acerca de las tradiciones de como debería ser una familia perfecta, se puede ir mucho al carajo. Nunca me importo la amenaza dada por mi abuelo de desheredarme por no seguir el protocolo que todo heredero sigue para ser el patriarca de dicha casa. Tampoco me importo trabajar para sacar adelante mis estudios y llegar a tener una maestría en posiciones y mucho menos me importa que vengas a mi casa a exigirme hacer tu santa voluntad. Si decidí que Draco estudiara y tuviera algo en qué valerse, es porque no deseo que sea tratado como ahora lo estás haciendo. Una moneda de cambio. Así que si haces el favor de retirarte porque aún me falta asuntos importantes que atender.

Sin más que decir, con todo su orgullo, el patriarca Malfoy se retiro bastante molesto, directamente hacia la chimenea

-Esto no se quedara así Severus- tomando los polvos Flu y luego de dar la dirección desaparecio entre la llamarada color verde, en instante que su pequeño Cepheus hacia su aparición con un montón de hojas siendo regadas por todo el camino para encontrarse con su padre quien aún se encontraba pensativo en todo aquello que había pasado desde que se había enlazado con su ahijado.

Aun lo recordaba todo a la perfección.

Los más de mil invitados dentro de los cuales se encontraban diferentes apellidos de sangre puras, persona con un fuerte poder económico o político, unos pocos amigos de su joven "esposo" que se podían contar con sólo una mano pero eso si, muchos murmulladores que no dejaban más que hablar del "¿Como era posible que el padrino del primogénito de los Malfoy se casara con ese?"

Todos los desaires hacia su persona que tuvo que soportar por el tiempo que había durado la fiesta, valió cada segundo cuando por fin "Los recién casados" tuvieron que hacer su salida triunfal siendo acompañados del único heredero de los Prince, ahora también Malfoy, quien descansaba cómodamente en los brazos de su "ahora padrastro", que se retiraban a su luna de miel...

Como deseo con toda su alma burlarse enfrente de sus caras de todos esos tipos que decían desearles buena suerte en su matrimonio mientras a sus espaldas hablaban pestes de ellos, para decirles que si ellos se iban a América, no era para tener su tan esperada Luna de Miel, siendo todo lo contrario, habían decidido ir hacia ese lugar para que Draco pudiera continuar con sus estudios sin barreras que obstruyan su camino

Aun recordaba la emoción pintada en el casi siempre serio Draco para muchos que no lo conocían, pero para él quien desde pequeño lo vio crecer, sabía lo entusiasta que podía ser al encontrar algo nuevo y que haya sido elección propia podía causar en su interior.

Lo que debió ser la sorprendente y lujurioso luna de miel, se convirtió en una búsqueda de un departamento que se adecuará a las necesidades que tendría su ahijado tanto como estudiante como sangre pura, dado que las cosas que se inculcaban desde nacimiento muy difícilmente podían ser arrancados de raíz...

Lo que había empezado por algo minúsculo, porque carreras estudiar, se había convertido en una batalla interna para el joven de tan solo 18 años de edad.

El no saber escoger específicamente solo una carrera, dado que se le daba de maravilla las pociones, dado que aprendió del mejor, pero también deseaba hacerse cargo por lo que por derecho hereditario le tocaba, oh bueno, en este caso sería a sus hijos si es que tendría pero lo más sabio sería que le tocará a su sobrino que legalmente era como su hijastro.

Al final de tanto replantearse las posibilidades en cual carrera le iría mejor, había decidido estudiar ambas, aunque su padrino le había dicho, que pusiera más desempeño en aprender todo lo relacionado con la administración de empresas y todo lo relacionado a esto, ya que aunque si sus padres llegarán a rehusarse a darle su herencia a él directamente [Draco] Severus podría apelarla como suya, dado que era el consorte del heredero y tenía poder sobre ella.

Todo parecía tan bien calculado que muchas veces había admitido que sí no escalaba aún más alto entre el poder socio-económico y político era por el hecho de que odiaba estar rodeado de gente hipócrita.

-¡Papá! - el grito y el salto que había dado su pequeño hacia su regazo lo sacó de sus cavilaciones - ¿Cuando volveremos a ver a Draco otra vez? Lo extraño mucho-

-Aún no lose mi pequeño Rey, pero antes de que te des cuenta estará otra vez con nosotros, solo se paciente, ¿entendido? - el niño asintió varias veces sin comprender del todo

-Entonces... ¿Vendrá dentro de tres días? - preguntó inocente mientras ladeaba un poco la cabeza y sonreía al ver el rostro un poco serio de su padre pero podía notar el brillo de diversion en sus ojos - Puedo esperar aún más si me compras un helado de menta con chispas de chocolate - sonrió aún más grande mientras su risa se escuchaba por todo el pequeño salón en cuanto su padre inició hacerle cosquillas

-Pequeño bribón-

Y fue así como la espera inició para dar paso a los años en los cuales el pequeño había dejado de ser un pequeño hasta casi convertirse en todo un pre-adolescente con un aura que no sólo irradiaba dulzura y hermosura sino también un fuerte carácter cuando algo lo irritaba o molestaba hasta tal punto de recordar el porqué de su lugar tan prominente que tenía entre los hijos de los demás sangre puras.

El tiempo siguió corriendo hasta el momento en el cual, padre e hijo de la familia Prince esperaba paciente en la estación de King's Cross a su otro familiar que después de tanto tiempo [ni tanto se ah de decir dado que en vacaciones siempre los visitaba] podría quedarse con ellos para siempre.

Al cumplir los ocho años y preguntar que tipo de relación tenía su papá y Draco, le fue dicha las cosas como eran, sin ocultarle algún tipo de información dado que a pesar de ser pequeño tenía una madurez mental bastante distinta a los demás niños de otras familias pero sin ser tan rígido o tradicional que se creían mejor por ser varones y no donceles

Desde pequeño fue inculcado a respetar a todos por igual, donceles, varones y mujeres, pobre y ricos, pero eso no significa que podía aceptar todo lo que los demás querían introducirle en su mente infantil porque a pesar de su madurez, no dejaba de ser un niño.

El sonido del tren acercándose los hizo emocionarse aún más, a pesar que ambos se veían tranquilos, por dentro era como una explosión de emociones.

-Cuánto tiempo sin verles, Padrino, Cepheus - dijo con amabilidad el peli-plateado con toda la etiqueta que podía expresar a la cual mandó al carajo en el instante que sintió un calor cito en el pecho cuando los vio ahí esperando por él. Los abrazo tan fuerte como pudo, y sonrió como tenía tiempo que no lo hacía.

El tiempo en otro continente, distanciado a su familia, a lo conocido, lo había cambiado tanto que se había hecho fuerzo tanto físicamente como mentalmente pero sin perder aquella aura de elegancia que caracterizaba a los Malfoys.

-Vámonos a casa- dijo con tanta suavidad Severus que por un momento temió que rechazará aquello, y deseara ir a vivir a la mansión Malfoy, dado que tres años atrás, sus padres habían muerto y dejado todo lo que tenían a su único hijo a pesar de que siempre le decían cuanto lo habían decepcionado con su comportamiento, en cada ocasión que se encontraban

-Vamonos a casa - repitió con alegría, mientras tomaba la mano de Cepheus y tomaba la mano de su padrino, como cuando era niño. - Vamonos a casa- repitió más para sí mismo, sintiéndose en casa, no por el lugar a cual irían sino por quienes se encontraban a su lado...

Fin

 No Todas Las Maneras De Amar Son Iguales Where stories live. Discover now