Ruben. || Rubelangel

Capítulo 15; Rubén. Ese es mi nombre.

Mangel (2017)

- ¡No puede ser! - comenta Flora sorprendida - ¿te hablo el fantasma? Es tan subrealista todo esto.

Me esperaba que Flora no me creyera, pero la dejare con el beneficio de la duda.

- Eso fue lo que paso, Florecita - le aseguro, mientras coloco un poco de cafe en polvo en la cafetera para tomar un poco.

- Es que... wow, es muy loco - dice analizando lo que le dije mientras apoya su cabeza en sus manos como si estuviera analizando todo lo que le he dicho - momento, momento, ¿dijiste que Samuel te vio?

Me siento a su lado en la mesa de la cocina, viendola con una sonrisa.

- ¿Qué? ¿Solo me vas a sonreír?¡vamos continúa! - exige arisca con una pizca de impaciencia.

- Calma fiera, ya voy a continuar- me río.

Mangel (2009)

- Yo... - sueno con nerviosismo en mi voz, digo lo primero que se me ocurre - ...hablaba solo.

- ¿Sólo? - pregunta con el entrecejo junto, con rareza en su mirar. No me cree.

- Sí, solo. A veces lo hago, es normal - trato de convercerlo mientras camino hacia él - ahora, si me disculpas Samuel, tengo que ir a buscar unas cosas a mi casillero.

Salgo lo más rápido que puedo, sin que parezca más extraño de lo que es.

Diablos siempre me pasan estas cosas a mí, mientras camino a mi casillero mi teléfono recibe un mensaje de Acacia.

"Hola Mangel, espero te acuerdes de mí, ¿te gustaría salir a tomar un café mañana?"

No estaría mal despejar mi mente del fantasmita un rato, le respondo afirmativamente. Abro mi casillero en busca de los libros que tengo que llevar para mi siguiente clase, aunque una voz hace que me sobresalte.

- Vas a tener una cita, de hecho, es lo que te hace falta, has estado muy nervioso últimamente - habla el fantasma que acaba de aparecer a mi lado.

No puede ser, ¿Acaso me puso un GPS o de verdad no tiene nada más que hacer? Me está siguiendo... y asustando.

- ¡Diablos! No puedes ser más sutil cuando apareces - espeto, cerrando mi casillero para voltear a verlo y encontrarme con su sonrisa ladina.

- Hmmm - lo piensa unos segundos - No, es de lo mejor asustarte. - me comenta con una sonrisa.

- Eres el cliché de los fantasmas - sigo mi camino antes de que los estudiantes que pasan por mi lado me sigan mirando raro.

- Me da risa que utilices el término "fantasma" - me comenta haciendo las comillas con sus manos, siguiendo mis pasos.

- Entonces dime tú nombre y ya no te dire así - le susurro mientras caminamos por los pasillos del colegio, rodeados de personas que pro lo visto no lo ven, porque algunos lo atraviesan aunque eso no le afecta en lo absoluto.

Suspira y me responde - Rubén. Ese es mi nombre, ¿ya estarás más tranquilo? - perfecto ya tengo un dato nuevo de la casa sombría, el nombre del fantasma que habita en ella.

- Eso depende. - vuelvo a susurrar - ¿Dejarás de asustarme cada vez que apareces? - pregunte casi con suplica en mi voz.

- Eso ya lo veremos... Es que soy un amor y lo expresó asustandote - me dedica una sonrisa algo macabra. Intento ignorar eso último.